A ocho días de que la aspirante a la presidencia nacional de Morena, Bertha Luján, haya visitado Colima en gira de acercamiento con su militancia, su visión no pudiera ser más acertada con respecto a lo que está sucediendo en un sector morenista local, cuyas vergüenzas más recientes son las de dos regidores porteños, Ángeles Camberos y Fabián Soto, quienes se aliaron con los conservadores para socavar la administración de Griselda Martínez.
“Hasta ahora hemos sido movimiento, desde el desafuero hasta 2015, nos metimos de lleno para 2018, aunque necesitamos ser más un partido”, dijo atinadamente quien fuera contralora de AMLO en la Ciudad de México cuando el actual Presidente fue Jefe de Gobierno, en la administración 2000 a 2006.
En esa misma visita a Colima, Luján Uranga explicó que en su momento los morenistas dejaron la estructura municipal un poco pendiente para atenderla posteriormente, por lo que ahora ve la necesidad de enfocarse “en la organización del partido. Debemos seguir siendo un movimiento, porque eso tiene que ver con la agenda de las demandas de la gente y de la 4T”.
Una de las urgencias, según su estimación, recae en revisar “los perfiles que se van a arropar con Morena, que no tengan antecedentes o sean corruptos”, ya que algunos “se aprovecharon de la popularidad de AMLO para subirse al barco de Morena, tuvieron antecedentes históricos, gente que vio sus barcos hundirse”, vaya, llegando a este partido como infiltrados.
El ejemplo más reciente de estas fallas detectadas en la organización morenista son los dos regidores porteños ya mencionados en el primer párrafo de esta columna. Injustificable sería su comportamiento ante la Comisión de Honor y Justicia de Morena, pues con sus acciones se han sumado a la resistencia de cambio por el que los ciudadanos de Manzanillo votaron masivamente en 2018.
Griselda Martínez ha impulsado cambios en la administración manzanillense que han desafiado al régimen anterior, cambios que han sido complicados de afianzar por las luchas de aquellos que se quedaron acostumbrados a otros tiempos.
La transparencia en el manejo de los recursos, la austeridad en puntos clave de la administración han redituado en que se hayan invertido cifras récord en seguridad pública, en la planta de tratamiento de aguas residuales, en el aseguramiento del pago de aguinaldos sin necesidad de endeudamiento, y como lo supimos ayer, en la compra de 13 camiones de recolección de basura que terminan con un dispendio de 2 millones de pesos mensuales en la renta de vehículos para suplir este servicio, sin olvidar las denuncias públicas por una enorme deuda que sufre el municipio manzanillense.
El hecho de que dos regidores que llegaron colgados de la popularidad de AMLO en la elección de 2018 hayan traicionado la implementación de la 4T en Manzanillo es significativo y no debe dejarse pasar por la dirigencia partidista. Aquellos que atentan contra los cambios que conllevan la Cuarta Transformación deben ser desvinculados de las siglas de Morena a la brevedad posible. Eso, en correspondencia a la visión de la mujer que tiene el panorama más claro con respecto a lo que querría AMLO de su partido, Bertha Luján.
Por cierto, la misma dama que en su visita a Colima no dudó en enfatizar la importancia de “resolver las diferencias de manera interna; las dirimimos en medios de comunicación, eso hace que no se resuelvan”, refiriéndose de manera directa a la campaña de odio que desde propias trincheras morenistas ha sufrido la delegada del Gobierno de México en Colima, Indira Vizcaíno Silva.