Las tensiones entre algunos sectores de la prensa y el poder político en México tienen que ver “con los cambios” que se están llevando a cabo, comentó el presidente Andrés Manuel López Obrador a una reportera que, se infiere, le preguntó sobre las “hordas” que lanzan en las redes sociales ataques a periodistas, tanto los críticos como los adeptos al régimen de la 4T.
“Antes […] sólo existía la prensa escrita, la radio, la televisión, por cierto, los medios muy controlados, muy al servicio del poder, distantes del pueblo”, dijo el mandatario.
“Ahora se está llevando a cabo una comunicación distinta, porque se tienen las redes sociales. Surgió el internet y cada persona es un medio de comunicación […] Eso es bueno.
“Nosotros, que padecimos en la oposición el cerco informativo, como la… [mafia del poder] Ya no puedo usar la palabra, pero los que se sentían dueños de México tenían el control de los medios y se silenciaba todo. Podían reprimir, hacer lo que quisieran, como pasaba.
“Por ejemplo, la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa. No se le dio en los medios seguimiento, no hubo las denuncias suficientes, y así otros casos”. La excepción fueron “dos, tres medios de comunicación; todos los demás, alineados”.
“Surge este nuevo fenómeno de comunicación que permite ahora, a todos, expresarnos. A todos, ya no hay intocables”. Y cuando pensaba ejemplificar con el caso de Fernanda Familiar, creyendo que la reportera trabajaba en ese medio, descubrió que en realidad escribe para Fernanda Tapia y Rompeviento TV.
La Fernanda que tiene su espacio en Imagen Radio, “ayer me vetó”. Y sí, lo censuró diciendo: ‘No vuelvo a…’ (mencionar al presidente en su programa). “Pero no pasa nada, […] como ahora hay más libertad, pues todos estamos expuestos”.
“A veces molesta. En la casa, Beatriz es a veces objeto de cuestionamientos en las redes, fuertes. Se meten con Jesús [su hijo menor] y ya sabemos, ustedes, las mamás. Y bueno, tenemos todos que irnos acostumbrando a esta nueva realidad.
“Desde luego, debemos de procurar ser respetuosos, que no haya agresiones, que no haya violencia; sobre todo, que no haya campañas pagadas en las redes sociales en contra de ninguna persona. Los llamados bots, eso es inmoral”, definió el presidente.
¿ORQUESTADAS POR PRESIDENCIA?
Lamentablemente, en la transcripción que publica la Presidencia de la República de la conferencia matutina, no suelen identificar a los reporteros que preguntan, salvo como interlocutor o interlocutora.
Pero la periodista que tocó el tema en la mañanera del 25 de noviembre de 2020 (https://www.gob.mx/presidencia/es/articulos/version-estenografica-conferencia-de-prensa-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-del-25-de-noviembre-de-2020?idiom=es), donde se había estado hablando de feminicidios y homicidios de periodistas y activistas de los derechos humanos, se explayó:
Tiene razón, “ahora todos nos hemos convertido en medios”. Ella trabaja en uno de los que “queríamos romper cercos con Radio AMLO, pero también ahorita hay un grupo de youtuberos que son abrazados por Presidencia y que, desgraciadamente, son los principales orquestadores de estos ataques”.
Haber votado por López Obrador no implica callar “los errores que hay. Y ese es justamente lo diferente y maravilloso de este gobierno, que no teníamos antes, esta democracia, este ejercicio de libertad”. Pero esos “grupos de youtuberos que están ligados -o son cercanos- a Presidencia, son los orquestadores de estas campañas”. Sería importante que desde el Ejecutivo “hubiera también este arropo, este abrazo”.
POLÍTICA DEL BOLETÍN
Sobre el tema, el presidentehace tres observaciones:
Primero, “no tenemos ningún grupo de comunicadores, no se orquesta nada desde la Presidencia, se los puedo garantizar, o sea, no estamos a favor de esas prácticas, porque las hemos padecido”.
El presidente se queja que, antes, todavía hace muy poco, “leía uno un periódico y otro y otro y otro y era la misma nota, eran los boletines, porque había consigna, a veces el mismo texto, ni siquiera lo cambiaban, porque era la política del boletín”.
“Eso existe en las redes, desde luego, son los que manejan los bots. Por eso nuestra exigencia a Face, Twitter, [que] den a conocer quiénes les compran espacios, que se transparente y que se impida eso”. Pero “nosotros no hacemos nada de este tipo de propaganda en contra de nadie”.
Refirió entonces una entrevista publicada en El Universal, donde un periodista dijo algo que le gustó a López Obrador: ‘Sí, es el gobierno más atacado o más criticado o más cuestionado, pero también es el gobierno más defendido’.
Eso que es cierto, apunta el mandatario, “también habla de que a nadie se le limita su libertad” y del “fenómeno de las redes”.
No como presidente de México sino como ciudadano que estuvo en la oposición y como el luchador social que fue durante mucho tiempo, “creo que lo mejor de todo es estar bien con nuestra conciencia, que ese es el o debe ser nuestro tribunal: la conciencia”.
“Si uno está haciendo el bien o uno está luchando por una causa justa, si uno está ejerciendo su libertad, incluso con exceso, uno debe sentirse satisfecho con uno mismo. Y eso es un escudo protector, pueden decir lo que sea y no pasa nada.
“El problema es cuando se es inconsecuente, cuando se dice una cosa y se hace otra, cuando se miente, cuando se es falso, cuando se es hipócrita; entonces sí se preocupan, porque suele pasar que el que es chueco es al mismo tiempo miedoso […] y nada más les gusta estar cuestionando, criticando.
“Cuando a ellos los cuestionan y los critican se sienten muy mal, muy mal. Entonces, lo mejor es estar bien con nuestra conciencia, es una recomendación personal, ese es el tribunal”, advierte López Obrador.
ASUNTO DE CONCIENCIA
“Imagínense, si yo me guiara por lo que dicen de mí en los periódicos, en los programas de radio, en la televisión o lo que cuestionan al gobierno, pues no podría yo vivir, no podría yo dormir, no me podría yo reír, no sería feliz.”
Pero como “tengo ideales, tengo principios, estoy luchando por una causa justa, estamos buscando una transformación del país” de manera sincera y honesta, por eso “el pueblo nos está ayudando, alentando, animando”.
“Pueden haber todas las campañas en los medios y no pasa nada. No nos desmoraliza; al contrario, nosotros tenemos mucha fortaleza moral. Lo que decía Ponciano Arriaga y que yo siempre repito: ‘Entre más me golpean -decía, pero era Ponciano Arriaga- más digno me siento.’ Entonces no hay que preocuparse.
“Esto que tú mencionas y que amigos, hasta en la familia de nosotros, que se quejan de que ‘Ya no quiero tener la cuenta de Twitter, a este lo borro, esta señora se pasó’. Nada, hay que acostumbrarse a eso y si está uno bien con la consciencia puede uno salir adelante”, remata López Obrador.
PUDRIÉNDOSE EN LA CÁRCEL
Rocío Jardinez, periodista independiente de Sinaloa, aprovechó la mañanera “para exponerle un caso de […] violación de derechos humanos muy grave que […] estoy viviendo yo en persona”.
Periodista que trabajó 11 años en Ríodoce hasta finales del año pasado, y hoy es freelance de algunos medios informativos, resaltó que a su hijo Rafael lo detuvieron de forma arbitraria hace ya 13 años, cuando él tenía 20.
Lo torturaron policías del Estado de México, agentes federales y militares. Y lo encarcelaron en una prisión federal por delincuencia organizada, en 2008, “cuando la guerra contra el narcotráfico estaba en su apogeo, cuando había esa coordinación interinstitucional que le llamaban entre los tres niveles de gobierno para aprehender a los supuestos delincuentes. Muchos sí, muchos no”.
Pese a que él denunció la tortura, no se investigó; “al contrario, se presentaron en el proceso un sinfín de trabas jurídicas, burocráticas, para alargar el juicio, así que pasaron cuatro años para que a él le dictaran sentencia y pasaron ocho años para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación revisara su caso y ordenara”. Ocho años para que “investigaran la tortura que él había denunciado”.
Sin embargo, cuando el expediente regresa al juzgado federal se le detiene de nuevo. Lo más grave es que Rafael ya cumplió su sentencia, el 2 de marzo del 2018. Hace casi tres años que lo mantienen preso, sin base legal porque no hay justificación jurídica para que una persona siga en prisión cuando ya cumplió su condena.
“Por toda esta situación, el Grupo de Trabajo de Detención Arbitraria del Comité de Derechos Humanos de la ONU conoció del caso de mi hijo, lo analizó un tribunal en Suecia, en sesión ordinaria a principios del año pasado, y emitió una resolución. Este tribunal internacional ordena al Estado mexicano que libere inmediatamente a Rafael y que se le reponga el daño ocasionado en todos esos 13 años; sin embargo, no ha pasado nada, señor presidente.”
La angustiada madre ha acudido a diferentes instancias, ha enviado cartas, una a López Obrador hace dos años, también a la Secretaría de Gobernación y al fiscal general. “He tocado puertas que no se abren o he tocado puertas que se abren y dicen: ‘Está bien, lo vamos a investigar’, y no pasa nada”.
QUE SE HAGA JUSTICIA
Su hijo, aclaró, ya estaría libre desde hace tres años “si hubiera renunciado a practicarse los exámenes médicos y psicológicos de acuerdo al Protocolo de Estambul”, para comprobar que fue torturado.
Le han practicado cuatro de esos protocolos: cuatro exámenes médicos y cuatro psicológicos. “Todos los dictámenes concluyen que él tiene secuelas físicas y psicológicas debido a las acciones de tortura a los que fue sujeto durante de detención”. Pero no pasa nada.
Hay dos carpetas de investigación abiertas, una en la Fiscalía General de la República y otra en la fiscalía del Estado de México, para investigar la tortura por parte de los agentes estatales y, en su caso, por parte de los agentes federales y militares. Carpetas abiertas, pero guardadas.
Como periodista, Jardinez está segura que “en un principio la detención de mi hijo fue consigna por mi trabajo periodístico”. Trece años he estado siguiendo los procedimientos legales, todas las reglas y procedimientos del sistema jurídico y penal, “pero el proceso no avanza, se estanca” porque no renunció a hacerse los exámenes.
Hasta la ONU está de acuerdo en que no le dan su libertad porque, el sistema judicial, no quiere aceptar que se equivocó como se equivocan los juzgados con muchas personas.
“Esa guerra contra el narcotráfico, esa política genocida dejó muchas víctimas, miles de muertes y desaparecidos, y eran jóvenes de 18, 20 a 25 años”, en Sinaloa y en todo el país.
Aparte de las muertes y desaparecidos, hay cientos de jóvenes presos que son inocentes, porque la política consistía en aportar números para justificar la guerra contra las drogas.
Rocío Jardinez sabe que este asunto no le corresponde al Ejecutivo sino al Judicial, y que hay autonomía de los poderes, pero como responsable de la seguridad pública, de la paz y del Estado de derecho de este país, le pide al presidente que se haga justicia.
JARDINEZ Y JARQUÍN
López Obrador giró instrucciones a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para que vea cómo resolver el asunto y se procure justicia.
“Aun cuando este asunto esté en el Poder Judicial, tenemos una relación de respeto, de independencia de poderes, de autonomía, pero también de cooperación con el Poder Judicial, sobre todo con la Suprema Corte de Justicia, con el presidente de la Suprema Corte de Justicia”, aclaró el mandatario.
Sánchez Cordero adelantó que, “hasta donde te escuché, la Corte resolvió favorablemente que se investigara la tortura y el juez de distrito probablemente no la investigó”. Y confió en que sus gestiones ante la SCJN prosperarán.
De paso, la responsable de la política interior informó al presidente que, “por instrucciones de usted, el día de ayer recibí a Soledad Jarquín, también periodista [y defensora de los derechos humanos]. Estamos atendiendo su caso en las fiscalías, porque ahí está el tema”.
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