+ Aseguró además que no es necesario que todas las mujeres sean gobernadoras, “pero podemos ser parte de la sociedad civil movilizada, podemos ser diputadas y senadoras”.
En entrevista, la académica, activista y estudiosa de la condición femenina, Marcela Lagarde y de los Ríos, de visita de trabajo en la Universidad de Colima, dijo que integrar la perspectiva de género, además de hablar con un lenguaje incluyente, implica muchísimas cosas, entre ellas plantear la paridad, la igualdad de derechos, de oportunidades en todos los terrenos, y la imposibilidad de los hombres de ejercer violencia.
Comentó que si las mujeres lograran lo anterior “viviríamos en un mundo de paz, porque toda esta cultura violenta que vivimos está engarzada con el machismo y misoginia que se ejecuta contra las mujeres, niñas y también entre los hombres. Es terrible vivir en nuestro país ahora”.
Marcela Lagarde, en la entrevista, se pronunció por lograr una convivencia entre las mujeres, que sea equitativa, de colaboración y apoyo mutuo, con lo cual se podrá dar vuelta a esas relaciones de dominación que sufren las mujeres en casa y en los ámbitos familiares. “El cambio –dijo– permitiría a ellas el reconocimiento de las libertades, del conocimiento y del saber”.
Aprovechando el ámbito académico, señaló que “las universitarias tienen un plus de desarrollo y condiciones de vida mejores que otras generaciones de mujeres no han tenido”. Y ante la desigualdad que existe en todas partes, “ya no es lo mismo enfrentarla con un buen piso de conocimiento que nos permita vivir mejor y defendernos”.
Lagarde de los Ríos coincide con el derecho a la educación universal, del jardín de niños a la universidad técnica o científica, “porque está comprobado que los países que basan su desarrollo en el conocimiento, las llamadas sociedades del conocimiento, tienen un nivel de desarrollo mucho más alto porque incorporan a las mujeres a la productividad, competitividad, al trabajo consentido, a la progresividad de ampliar conocimientos, y a la participación ciudadana”.
Aseguró que no es necesario que todas las mujeres sean gobernadoras, “pero podemos ser parte de la sociedad civil movilizada, podemos ser diputadas, senadoras, y ojalá queramos ser eso, porque si logramos la paridad en la política ya tendremos la mitad del problema resuelto”. Añadió que si logramos que la política deje de estar ligada a la corrupción, habrá más mujeres en la política.
También habló de su participación como diputada constituyente en la elaboración de la Constitución de la Ciudad de México, “gracias a un movimiento ciudadano de años y tal vez décadas para convencer a mucha gente. Despegamos la imaginación posible hasta que logramos que fuera una necesidad social volvernos Ciudad de México. Hicimos un Congreso Constituyente que fue un lujo, y la primera Asamblea Paritaria con 50 por ciento de hombres y 50 por ciento mujeres”.
Sobre el tema, pero en otro sentido, remarcó la necesidad de más formación en la clase política. Comentó que cada vez hay más queja de que quienes tienen que impulsar las políticas de género no saben de género; “las ONG señalan que funcionarios y autoridades no saben y se les pide que tengan formación, ya ni siquiera capacitación o sensibilización”.