LE PASARON EL EXAMEN

En el Poder Judicial empezó la selección de jueces para el Jurado de Adolescentes, al tiempo que se desarrolla el proceso de selección para varias plazas en el cuerpo de jueces mixtos. Estos ven lo mismo asuntos de las materias mercantil o familiar que derecho civil.

El comité de selección de quienes se harán cargo de los juzgados mixtos es presidido por el magistrado del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado de Colima (STJEC), René Rodríguez Alcaraz. Y, por lo pronto, en la celebración del examen de conocimiento el jurista ha dado muestras de parcialidad para favorecer a colaboradores suyos.

Por ejemplo, el concursante que sacó mayor puntaje fue David Corona, exsecretario particular del magistrado Bernardo Salazar, todavía presidente con licencia del STJEC a menos que haya logrado convencer a su suplente, Leticia Chávez Ponce, de devolverle la titularidad antes que concluya el plazo de todo este mes de agosto que Salazar Santana solicitó de permiso.

Corona y otro aspirante obtuvieron 120 respuestas correctas de 120 reactivos, en un examen cuyo cuestionario preparó y repartió personalmente René Rodríguez. El magistrado tendría motivos de sobra para apoyar al hoy director del Centro Estatal de Justicia Alternativa: David Corona es uno de sus operadores.

Entre otras tareas, Corona tuvo un papel destacado en la organización del complot que armaron los siete magistrados priistas para adelantar casi tres meses la elección de la nueva presidencia del Tribunal. Con el argumento de mantener la independencia del Poder Judicial, lo que estos magistrados quieren es evitar que la gobernadora Indira Vizcaíno intervenga políticamente en el proceso. Y, por supuesto, René Rodríguez buscó ser el nuevo presidente del pleno.

LOS SIETE SAMURAIS

Como lo expresamos en columnas anteriores, los magistrados priistas conspiraron para mantener fuera del Tribunal a la 4T, pero no se pusieron de acuerdo en quién sería el sucesor de Bernardo Salazar. A la hora de la hora aspiraron los siete priistas, especialmente René Rodríguez, Sergio Marcelino Bravo y la propia Leticia Chávez que no han obtenido su definitividad como magistrados. De hecho, su permanencia en el Tribunal depende de que los diputados no nombren, a propuesta de la titular del Poder Ejecutivo, a los tres magistrados que entrarán al relevo.

La expresión judicial del viejo régimen se está resquebrajando, pero los magistrados que se declaran enemigos de la Cuarta Transformación buscan hacer un frente común con jueces y funcionarios judiciales para mantenerse a salvo de la intromisión de una gobernante que prometió en campaña moralizar al Poder Judicial.

Entre otras medidas, esto lo conseguirá el Gobierno del Estado separando la estructura administrativa de la jurisdiccional con la creación de un consejo de la judicatura. Si así ocurriera, entre otros privilegios perdidos ya no podrían los magistrados repartirse como cuotas de poder las plazas de jueces y funcionarios en los juzgados.

Las sospechas de la parcialidad del presidente del jurado no se fundan en el aire, sino en antecedentes. No es la primera vez que René Rodríguez hace el examen a los aspirantes a jueces ni tampoco la primera vez que alguno de sus protegidos parece recibir inspiración divina al contestarlo. En todos los casos, el magistrado ha cuidado celosamente ser el único redactor de las preguntas.

Por otro lado, cuando Rodríguez Alcaraz fue presidente del jurado que definió quién iba a ser la juez del Tribunal Laboral, la elegida resultó ser su sobrina, hija de su difunto hermano y apasionada defensora de su tío René en las redes sociales. Ese tribunal, como se sabe, sustituyó tras una reforma a nivel nacional a la junta local de Conciliación y Arbitraje, y su estructura ahora forma parte del Poder Judicial.

NO ME CAMBIES LAS PREGUNTAS

Aunque sólo se publicó el número de folio asignado a cada uno de los aspirantes, en la gran familia judicial de Colima donde todos se conocen ya muchos funcionarios y hasta litigantes que deberán vérselas con esos jueces identificaron a quienes están participando. Especialmente dentro de la estructura laboral, donde se concentran los aspirantes, el tema de la convocatoria para jueces mixtos se ha ido calentando por las múltiples anomalías detectadas en el proceso de selección.

Todavía no termina el proceso de calificación, el examen de conocimientos es sólo una parte, pero es emblemático el puntaje que se obtenga. En este último examen, curiosamente todos los que pasaron sacaron arriba de 9 de calificación. El resto, cuyos resultados no se publicaron, sacaron menos de 8 que es el mínimo de aprobación.

No por casualidad, el día de la prueba el magistrado Rodríguez estuvo diligente entregando y recogiendo personalmente los exámenes. Habría sido desastroso para quienes tuvieron previamente acceso al examen, que otro magistrado integrante del jurado llegara con su propio cuestionario y cambiara las preguntas.

Huelga decir que una selección manchada de los jueces dañará la legitimidad de los futuros impartidores de justicia. Lo que se busca es certidumbre, es decir, que las sentencias de los jueces sean aceptadas porque son obviamente justas.

EL PRECIO DE LA HISTORIA

El alcalde de Tecomán, Elías Lozano, no va a disputar políticamente la conmemoración por los 500 años de la fundación de la Villa de Colima con la edil capitalina Margarita Moreno, dice en una entrevista con CarvajalBerber.

Ambos ediles tienen una relación de amistad de años que supera las diferencias ideológicas entre Morena y el PRIAN, los partidos que tienen mayoría en los respectivos cabildos. Y en pocas palabras, sugiere Lozano Ochoa, no va a comprar pleitos.

Pero tampoco va a desaprovechar la oportunidad de refrendar el papel de su municipio como el lugar donde se libró la batalla entre los nativos colimotes y los conquistadores españoles (que, sí, ya sabemos que venían acompañados de sus aliados purépechas) y donde se dio el primer establecimiento colonial en este territorio: Colima-Caxitlán.

Al margen de lo declarado por Lozano, esta discusión entre los historiadores por la cuestión de las respectivas fundaciones de la primitiva y la definitiva villa de Colima se ha decantado hacia el reconocimiento de la fecha en la que se constituyó el Ayuntamiento de Colima, de esa acción jurídica se cumplirá cinco siglos en 2023. Con esa lógica, que el asentamiento original luego se haya trasladado al lugar donde ahora está la ciudad son etapas de un mismo proceso administrativo.

Sin embargo, no se puede obviar que el derrotero que siguieron los colonizadores españoles en estas tierras abarca los dos municipios. Y eso los hermana, al mismo grado que compartir fiestas patronales ha vinculado históricamente a Villa de Álvarez con Colima. Tecomán puede presumir de ser el lugar donde se originó la idea de Colima.

LA IDENTIDAD ESTATAL

Nuestra Colima, como suele decir la gobernadora Indira Vizcaíno, no es la ciudad que gobierna Margarita Moreno –cuyo calendario político no puede esperar a 2027, cuando se cumplirán 500 años del traslado de la villa de Tecomán al actual municipio capitalino– sino nuestra tierra de Colima. Y si de construir una identidad con base en ese concepto se trata, no se puede excluir de la unidad a Manzanillo. Hay que seguir el ejemplo de Veracruz donde, al contrario de lo que ocurre en Colima, el eje es el puerto y no la capital Jalapa.

Con las autoridades del estado en materia de Cultura y Turismo, el gobierno municipal de Tecomán emprende acciones y programas para rescatar simbólicamente el asentamiento original de Colima. En el sexenio de Gustavo Vázquez y Silverio Cavazos se reconoció el sitio por las ruinas de un antiguo mesón. Pero no sólo porque se decidió la ubicación a fuerza de un decreto sino porque el lugar está en medio de la nada e infestado de mosquitos, Caxitlán sigue ignota para la mayoría de los colimenses.

En la nueva historiografía se critica el uso ideológico de los símbolos históricos (historia de bronce, le dicen) pero, así como ciertas lecturas de los hechos del pasado sirvieron para construir la identidad nacional, a nivel regional también se le puede dar un aprovechamiento turístico y cultural a los mitos. Vean, si no, al Rey Colimán.

Por lo demás, los 500 años pueden servir para alentar o retomar, para luego divulgarlos, estudios sobre el pasado prehispánico, la presencia española y la mortandad de la población originaria por guerra, genocidio o epidemias, así como el surgimiento de un mestizaje donde terminaría habiendo mayor aporte genético que el de los españoles, por parte de los esclavos africanos y trabajadores filipinos que trajeron para cultivar la palma de coco. Esa cultura trasterrada, como la llama Ernesto Terríquez, ha sido por cierto fundamental para la identidad tecomense.

Nuestro correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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