LECTURA Y CREATIVIDAD

La conversación con Laura García Arroyo –traductora, lexicógrafa y divulgadora del español– durante su estancia en Colima para la presentación de su más reciente libro, Funderelele y más hallazgos de la lengua (Destino, 2018), en el marco del Festival de la Palabra 2018, tocó finalmente el tema de otros esfuerzos como el que realizan la propia autora y sus compañeros Pablo Boullosa, Eduardo Casar y Germán Ortega en el programa de Canal 22 ‘La dichosa palabra’.

En medios impresos está la revista Algarabía, comento. Pero ella destaca que “ahora hay nuevas plataformas para difundir la literatura, nacidas de amantes de la lectura, ni siquiera de editores. Como el público ya no quiere esperar a que las editoriales tomen esa decisión y emprendan el proyecto, mucha gente lo ha hecho por su cuenta y algunas iniciativas han salido muy bien”.

Con internet “tenemos una plataforma muy fuerte para divulgar cosas”, y desde siempre hemos tenido “talento e ideas”. En años recientes “se han juntado las dos cosas”, apunta Laura.

Y como haría el martes 23 de octubre en la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima, donde dictó una conferencia sobre ‘Leer en los tiempos del internet’, García Arroyo cuenta en nuestra entrevista varios casos de éxito:

“Maria Popova es una chava búlgara que vivía en Estados Unidos hasta que la deportaron cuando cambió la política migratoria. Volvió a entrar al país en 2010 y consiguió trabajo en una agencia de publicidad de Nueva York. Ahí se dio cuenta que la creatividad de los publicistas estaba bajando porque no hacían más que pensar en la publicidad y solo se fijaban en lo que hacía la competencia. Veían todo el tiempo comerciales de otras agencias y de otros países, pero no salían de ese entorno”.

Popova concluyó que sus colegas “necesitaban leer otras noticias, enterarse de otras realidades y llenarse la cabeza de otras ideas, para empezar a pensar de otra manera y abrir el espectro” de la imaginación.

Y entonces decidió mandar a sus amigos un correo electrónico cada semana con cinco noticias que no tuvieran nada que ver con el mundo de la publicidad. “Y poco a poco se dieron cuenta que la creatividad dentro de la agencia estaba mejorando”.

El círculo empezó en 2011 con siete personas y ahora tiene un millón y medio de vistas semanales. “Se convirtió eso en los Brain Pickings (brainpickings.org), una plataforma a la que todo mundo puede entrar y donde cada domingo, como si fuera newsletter, Popova divulga cinco noticias de diferentes temas casi siempre relacionados con la realidad”.

Su llamado a explotar la creatividad ya no se circunscribe al mundo de la publicidad, pero a todo aquel que la lee Popova le está diciendo: “sal de tu círculo, de tu hueco; si no puedes salir de tu casa no pasa nada, tienes una herramienta poderosísima que te puede llevar a hacer conexiones en tu cerebro que si sigues sentado en el sofá no se van a dar. Y si no quieres salir de tu casa, yo te voy a acercar una serie de cosas y poco a poco va a pasar algo. De vez en cuando se produce algo que hace que tengas mayor imaginación, que tu creatividad sea mejor, que tengas una nueva idea, que emprendas un negocio útil o que puedas ayudar a los demás”.

BOOKTUBERS, CASO DE ÉXITO:

Para emprender proyectos de divulgación en la red ya no necesitas ser Bill Gates, “basta con tener una conexión a internet y una idea, ponerla en marcha y si en el camino hay gente que aporte ideas complementarias, mejor”, apunta Laura García, autora también de Enredados: la redes sociales más allá de los memes (SM Editores, 2015).

“Ha habido gente que desde su casa tuvo una idea y mejoró la vida de otros, por lo menos el espíritu y la mente. Es esa gente que entre meme y meme puede llegar a experiencias [realmente creativas], existe. No es que tengan que desaparecer los chistes, pero no hay que desperdiciar como sociedad una herramienta que puede ser muy cómplice para todo”.

Es el caso de los booktubers que, “en México, hay muy buenos. En una sociedad donde pensamos que los chavos no hacen nada y solo se dedican a perder el tiempo en la computadora, surge este grupo de chicos que hacen videos de 15 minutos cuando los adultos no aguantamos ni 30 segundos viendo algo. En cambio, ellos se pasan un cuarto de hora hablando de un libro”.

Laura García empieza por hablar de la regiomontana Raiza Revelles que tiene un millón de seguidores. “Algo están haciendo bien los booktubers. Ninguna campaña de promoción de lectura ha logrado el impacto que logran ellos desde la sala de su casas, desde el dormitorio que muestran con la cama destendida. Algunos tienen ya una producción más sofisticada y un trabajo de edición, pero muchos con una simple camarita te dicen: ‘este libro no me gustó por esto y por esto’, y no tienen ningún problema en decírtelo. Tienen unos códigos de ética y de respeto bárbaros, nunca te van a contar el final de una novela por ejemplo”.

Los booktubers están abarrotando las ferias del libro, pero ellos mismos son conscientes que quizá ya se agotó la fórmula. Y están trabajando en lo que sigue. Llevan seis años y sienten que se está cayendo la audiencia o simplemente ya se hartaron. Están buscando otra manera de compartir sus lecturas, señala Laura García.

Porque “esa comunidad nació de la necesidad de compartir una lectura y no tener gente alrededor para poderla disfrutar. Raiza tenía una hermana muy pequeña y amigos de la escuela que no leían. A ella le había gustado mucho un libro y no tenía con quien hablar de él. Lo subió a internet y al rato tenía más de 200 comentarios de gente que, además, no se insulta, no habla de tonterías… ¡hablan del libro!”

Un booktuber se lee tres libros al mes. Y son “un caso de éxito pues, sin ser críticos literarios ni personas maduras en cuanto a crítica metodológica y análisis de una obra, están haciendo lo que les gusta y de la manera que les gusta. Eso es de aplaudir. Y si la gente de la crítica o de las editoriales se sienten amenazados, es su problema”.

VIAJE ALREDEDOR DE UNA MESA:

En México tenemos una larga tradición de escritores que usaron la televisión para hablar de literatura. Recuerdo a Luis Rius con su ‘Viaje alrededor de una mesa’ en Canal 13, y otros ejercicios conducidos por la dramaturga Maruxa Vilalta o la actriz Manola Saavedra.

¿Los booktubers son los seguidores de esos pioneros de la divulgación literaria?, le pregunto a Laura García:

“Son dignos herederos de Alejandra Aura, de Arrigo Cohen y Juan José Arreola, que se divertía mucho al hacer ese juego con los libros y las palabras. Ellos fueron pioneros de verdad, entendidos o no pusieron una semilla que seríamos muy tontos en no cosechar”.

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