La actitud de los misóginos líderes sindicales que irrumpieron ayer en el Congreso del Estado fue vergonzosa. Envalentonados por el arropo de un Poder Ejecutivo estatal que no pierde oportunidad de fotografiarse con ellos, pero que por otro lado denigra en el IMSS a sus propios sindicalizados, la protesta que ayer organizó la priista Federación de Sindicatos fue denigrante e insultante para la lucha histórica de la clase trabajadora, evidenciando un dinosaurismo que sólo provocará animadversión hacia su movimiento.
Cuando la diputada morenista Blanca Livier Rodríguez pidió que dejaran hablar al coordinador de su bancada, Vladimir Parra, se llevó un anacrónico, machista y/o misógino mensaje: “si quiere que le ponga una vieja que le ponga una arrastrada por ahí, dígame”. Violencia de género, y como dijo EL PRESIDENTE AMLO hoy por la mañana: “el machismo es anacronismo, un acto de brutalidad. Es una cobardía agredir a la mujer”.
Posteriormente, cuando Parra Barragán le recordó al líder sindical de Tecomán su ausencia en protestas ante las decisiones de anteriores administraciones priistas, Audelino Flores Jurado espetó: “nada más porque eres diputado, sino ahorita te apretaba el pescuezo”. Violencia política, por decir lo menos.
Y qué decir del escozor que generó en los sindicalistas el mensaje de Vladimir Parra sobre las diferencias en pago a pensiones que sí respeta la alcaldesa morenista Griselda Martínez, con respecto a las administraciones anteriores, incluyendo las del PRI.
Sin embargo, la vulgaridad de sus acciones no oculta el hecho de la validez de la exigencia de sus derechos sindicales, pero sí la denigra, vaporiza, ridiculiza y, sobre todo, ante cualquier persona con la mínima decencia, la demoniza.
La Federación de Sindicatos exige que se revise el adeudo en los pagos de sus cuotas de pensiones y se exija el pago de laudos. Lo hace sobre ex administraciones no priistas, por supuesto, lo que de entrada sectoriza sus protestas; porque no los veo arremetiendo contra la administración de su amigo Nacho Peralta por la severa falta de pago al Instituto de Pensiones.
En especial en Villa de Álvarez, el pleito sindical con la anterior administración privó a sus agremiados del pago de diversos derechos adquiridos, lo que derivó en un monto impagable para la actual y varias futuras administraciones. Tampoco el gobierno estatal podrá hacer mucho, como se les prometió hace meses; el Estado fue incapaz de pagar los últimos aguinaldos sin el rescate de la 4T, así que cualquier ayuda proveniente de ahí, denla por descartada.
Aunque en Tecomán, el tema es añejo y de un serio análisis. Sobra decir que desde la huelga que el Sindicato le impuso al panista Elías Martínez, ese ayuntamiento se fue al colapso financiero y nunca ha vuelto a brillar.
Pero ante un gran sector de la prensa que estuvimos ahí, y población que lamentó las agresiones misóginas contra la diputada morenista (incluyendo a la directora del Instituto Colimense de las Mujeres, Mariana Martínez), el hecho no es solamente deleznable, sino un distractor muy obvio.
La fórmula ya está muy gastada. Desde que el Legislativo es oposición al PRI, las envalentonadas protestas surgen en los momentos de crisis de la administración peraltista. Pocos momentos de crisis han sido tan obvios como la última semana para el gobierno de JIPS: 1) Quadratin exhibe incoherencias en la compra de la “embajada colimilla”; 2) MAM exhibe incoherencias en la compra de La Campana y exige se investigue la “permuta” de la ex Zona Militar; 3) MAM anuncia una marcha a su favor y trasciende que lo acompañarán ¡los propios sindicalizados de Nacho! ¿Verdad que en ese momento era muy necesario un distractor?
Por tales motivos, le creemos a Audelino cuando ayer dijo que podía acampar en el Congreso por 2 años 4 meses… el problema es que ni siquiera el gobierno de Nacho durará tanto. Ese gobierno tiene los días contados, y ante los ojos de la sociedad civil, el sindicalismo dinosáurico también los tiene.