Aunque el nado sincronizado de la derrota del TUMOR colimense quiere trasladar las culpas de la derrota de Mely Romero al vapuleado Locho Morán, en la campaña que finalmente le dio una contundente victoria a Indira Vizcaíno, el emecista hizo justo el papel que debía coestelarizar en dicha obra de teatro democrática: por un lado, atacar un día sí y otro también, prácticamente sin descanso, a la candidata de Morena a la gubernatura y, además, tratar de endilgarle el lastre que representa Nacho Peralta al ser el peor gobernador de la historia que conocemos en Colima, sobre todo, no tocar a Mely y tratar de dejar en el olvido que la auténtica priista y neoliberal era precisamente Romero Celis.
Por un lado, como lo mencioné, Locho en su afán de coadyuvar a que en esta elección no ganara Morena y el poder permaneciera en manos del establishment colimilla, destinó probablemente más de la mitad de sus productos de comunicación a atacar a la morenista, evitando las propuestas, simplemente atizando a la candidata del proyecto lopezobradorista en un rol de terrorista suicida.
Lo que tal vez no esperaba Locho era que su papel habría de ser sacrificado en forma demasiado pública por los orquestadores del TUMOR, cuando decidieron y anunciaron ya muy tarde (dijera Luis Carlos Ugalde), que él no tenía estructura para ganar el día de la elección, y que Mely Romero era la propicia, probablemente por el endurecimiento de las críticas que la ex senadora hacía contra el gobierno de la 4T, para encabezar los esfuerzos de los ultraconservadores colimenses por frenar la llegada de la Cuarta Transformación a la entidad.
Morán Sánchez se inutilizó después del debate de los candidatos a la gubernatura. Ahí, en un papel de demencia política, dio pie a que Mely iniciara su última parte de la estrategia coordinada, que no era más que la multiplicación de la campaña negra misógina, difamatoria y poco viril del nado sincronizado de la derrota del TUMOR en contra de la morenista.
Ya expuesto, Locho no solo se volvió el que en su disminución de votos nutrió la candidatura de Mely Romero, sino que también se convirtió en un lastre para sus dos principales proyectos políticos en la zona conurbada: el candidato a la alcaldía capitalina, Federico Rangel, así como su candidata a la presidencia villalvarense, Perla Vázquez Montes, quienes al tiempo del referido debate, encabezaban las encuestas de aceptación en sus municipios.
Ambos vieron cómo el lastre del “na na na na na” naranja los fue jalando al abismo, quemazón que los abrasó el pasado domingo, al colocarlos en las terceras posiciones de sus contiendas municipales.
Locho cumplió cabalmente su rol pro-priista. Tal vez no supuso que perdería tanto, porque se convirtió en un proyecto sumamente desinflado para los emecistas. No ganó una sola diputación, no compitió por la gubernatura, ni por los distritos federales, solo en un par de alcaldías. Se colocó en posición de que le soliciten soltar la franquicia de MC en la entidad.
Alguien tendría que haberlo puesto en sus cabales y avisado que Vizcaíno Silva es un portento de competidora electoral. Indira es una candidata con virtudes de sobra para contender por cualquier cargo; un tema que trataremos muy pronto, y que serán el inicio de la explicación del por qué la morenista se impuso por miles de votos a su favor, pese a los viles y ruines ataques del nado sincronizado de la derrota del TUMOR colimense.