“Desde un primer momento alerté a Carlos Loret de Mola que se trataba de un montaje, y no atendió”, dice la periodista Laura Barranco –quien el 9 de diciembre de 2005 era parte del equipo de producción del noticiero matutino de Televisa– con respecto a aquella transmisión de la captura ‘en vivo’ de Florence Cassez e Israel Vallarta.
Al comunicarse con Julio Hernández López ‘Astillero’ durante la emisión de medio día en Radio Centro del 27 de agosto de 2019, Barranco abonó con su testimonio a lo dicho por Nancy Flores, reportera de Contralínea, José Reveles, autor entre otros muchos libros de El affair Cassez, una historia de novela (Temas de Hoy México, 2018), y Daniela Pastrana, editora de Pie de Página (piedepagina.mx), durante la mesa de análisis sobre montajes periodísticos infames, como ese en el rancho Las Chinitas o el fallido rescate de Frida Sofía tras el terremoto del 19 de septiembre de 2019 (https://www.youtube.com/watch?v=Sxv8xIWuToM).
“Loret todavía no acaba de vivir las consecuencias de lo que hizo, un acto literalmente criminal porque hay gente que estuvo y sigue en la cárcel derivado precisamente de ese montaje.
“No podemos hablar de ingenuidad, del afán de tener una primicia ni de un legítimo interés periodístico. Aquí estamos ante dos montajes fabricados desde un poder político y desde un poder mediático que han actuado, sistemáticamente, en franco contubernio y en detrimento de los derechos humanos, los derechos sociales y los derechos democráticos”, advirtió Laura Barranco.
PRESIÓN DE LA INMEDIATEZ
Antes de su llamada, y eso fue lo que motivó que Barranco se comunicara al programa, Julio Astillero había comentado que el engaño de la alumna del Colegio Rébsamen le ocurrió a un solo medio, Televisa, y a una sola reportera, Danielle Dithurbide, quien estaba al lado de los mandos militares y navales que le suministraban la presunta información detallada de esa telenovela.
El resto de los medios no tenían acceso para poder siquiera verificar la información, para escuchar, preguntar y contrapreguntar, aclaró el también columnista de La Jornada, quien añadió que con mucha frecuencia en el pasado reciente Televisa se convertía en una fuente de información privilegiada que, bajo su filtro, hacía que los demás medios siguieran reproduciendo las versiones oficiales.
Para Nancy Flores, lo que ocurrió en el Rébsamen se dio en “un contexto muy complicado porque el sismo puso en shock a todos en este país. Fue una tragedia terrible con muchísimos muertos y heridos, con el rescate encima. Y hay que entender lo que significa la emergencia para un periodista. El plantel tenía todas las miradas encima por lo que significa que los niños estén atrapados: era una doble tragedia, por ser niños y por estar enterrados”.
Y aunque medios como Contralínea “no reportamos esa historia”, la prensa sí tenía que haber hecho “algún tipo de verificación, de cruce de información, para no quedarse con una sola versión”. Si bien, también es verdad que los medios “teníamos la presión de las redes sociales” que se han vuelto un apremio por la “inmediatez de ganar la nota”.
Esa “vorágine nos está llevando hacia un punto insostenible para el periodismo. Al final, el periodismo va a tener que cambiar, hacer investigación y trabajar seriamente, porque no vamos a ganarle a las redes sociales con esa inmediatez del internet como dijo Ignacio Ramonet hace como 19 años”, porque “no somos instantanealistas, nuestra reflexión debe llevar tiempo”.
TORTURA EN CADENA NACIONAL
Durante su intervención telefónica, Laura Barranco dijo no apostar por la seriedad del periodismo televisivo. “No sé qué pretendían con el caso de Frida Sofía”, pero no se disculpa Televisa con el hambre de obtener una primicia.
Trabajando ya para otra empresa en 2017, a ella le consta cómo afuera del Colegio Rébsamen, mientras su reportero “Porfirio Patiño empezó a recabar algunas opiniones con su celular, porque era el único instrumento que teníamos”, Televisa tenía una unidad satelital y toda una infraestructura montada en un lugar privilegiado”. Danielle Dithurbide era la única reportera que estaba dentro del lugar de siniestro. Y ese privilegio no se puede disculpar como un interés periodístico legítimo, con el afán de obtener una primicia.
“Es importante que como gremio aceptemos ya esas verdades, que se le dé su justa dimensión al papel que ha tenido Televisa, no nada más en este caso de Frida Sofía, sino en episodios anteriores”, subraya Barranco.
Al respecto, específicamente en el caso del montaje de Las Chinitas, ¿desde qué momento supo Carlos Loret de Mola que todo aquello era una farsa?, le pregunta Julio Astillero.
“Desde el momento en que yo le destaqué cómo estaban acomodadas las cosas” en la cabaña donde supuestamente los Zodiaco habían mantenido a las tres víctimas de secuestro, “y las tortura típicas que estaban ejerciendo sobre Israel en cadena nacional”.
Lo único que al conductor “se le ocurrió responderme fue que no me calentará como un cautín. Trece veces le dije: ¡Para ya! Y en la última ocasión, cuando ya lo fastidié, me dijo: ‘¿Qué no te ha quedado claro?, es nota. Fin de la historia’. Y prácticamente dejó de responderme”.
Pero no era ninguna nota, insiste Barranco, “era una cosa montada desde un poder corrupto, máxime cuando veníamos además de desmontar otra historia como fue la supuesta captura de una banda de traficantes de personas en el Instituto Nacional de Migración, el caso de Artemisa Aguilar”.
ALIMAÑA EN LOS PINOS
En diciembre de 2005, Laura Barranco era coordinadora de Información en el equipo de producción de Carlos Loret de Mola; Azucena Pimentel, quien ahora colabora con Jesús Cantú, coordinador adjunto de Comunicación Social en la Presidencia de la República, era la productora.
Por eso, cuando Julio Astillero le pregunta sobre la responsabilidad que tuvo la hoy funcionaria federal en ese montaje, Barranco responde:
“Ella incitó todo, generó que se alargarán los enlaces lo más que se pudiera. Ese afán por el circo barato, así se esté destazando a alguien, lo promovió Azucena. Por eso, al terminar se fue todo el equipo a festejar con un gran desayuno el gran éxito de rating que habían alcanzado ese día.
«Bernardo Gómez estaba en la cabina también, incitando a su productora estrella que era como ubicaban a Azucena Pimentel.
“Yo no estaba en la cabina, pero me resulta sumamente creíble que ese: ‘regresen, vamos en 5, 4, 3, 2, 1’, que alcanzó a escuchar Yuli García en los testigos de los videos que ella encontró en la videoteca, por supuesto fue instrumentado y orquestado por Azucena Pimentel. Esa mujer no tiene moral, nunca la ha tenido. A los colegas que tenemos como contactos en el gobierno federal, les alertamos literalmente respecto a qué alimaña estaban adquiriendo”, señala Barranco.
OPERACIÓN DISTRACTORA
Tras colgar, Daniela Pastrana le da la razón a Laura Barranco y matiza su original afirmación de que en estos montajes hay dos niveles de responsabilidad, cuando en realidad son cuatro niveles de responsabilidad:
“El primero y más importante, es el de las autoridades” que montan las escenas. El segundo, Televisa o mejor dicho las televisoras porque en ambos episodios hubo otras empresas que se sumaron a la cobertura: en 2005, TV Azteca; y, en 2017, hasta Aristegui Noticias. El tercer nivel es el de los medios, entendido como “circuito de medios que siempre estamos en esta pelea por ganar la noticia”. Y el cuarto nivel, los reporteros.
Durante la espera por el rescate de Frida Sofía, “y dentro del mismo caos donde, insisto, todos podemos equivocarnos, nadie se preguntaba por qué no había familiares de la niña en la escena después de ocho horas”.
Pie de Página cubrió el rescate con la reportera Celia Guerrero, quien sí se preguntó por la ausencia de los padres. “Y también recuerdo un texto de Ernesto Núñez en la Revista R (de Reforma) del domingo siguiente, que desmontaba la escena, se desocupaba de Frida Sofía y se ocupaba de asuntos como el de la directora del Colegio Rébsamen, Mónica García Villegas, a quien vio sacando sus cosas de un penthouse con la ayuda de la Marina.
“Dentro de ese núcleo de reporteros que estaban ahí, hubo unos que se salieron de la atención sobre Frida Sofía; incluso hubo medios que se salieron, pero hay que reconocer que fue la minoría porque en el circuito de medios gana siempre la tendencia”, sentencia Pastrana.
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