Loros, la pésima “experiencia de aficionado”

Increíblemente, el incidente del domingo pasado en el Estadio Olímpico Universitario fue ignorado por jugadores y directiva del cuadro colimense de la Liga de Ascenso. Me refiero a la golpiza que se llevó un joven aficionado y jugador de ¡Loros de la Primera Fuerza!, solo por portar su jersey del Cruz Azul al asistir al duelo en el que Loros perdió en casa ante Alebrijes, tras un partido altamente asequible.

Si bien la directiva de Loros está en su derecho de enfrentar la crisis involuntaria en la que se vio envuelta, como lo hayan creído conveniente, la ausencia de respuesta desvela la poca importancia que le dan al hecho de que su afición (o seguidores), disfruten verdaderamente del juego por el que además, a partir de este torneo, pagan una entrada.

El deporte americano, entre otros, es sostenido en parte por los abonos de los aficionados que colman estos espectáculos, por muy altos que sean sus precios. Si bien la rentabilidad llega a través de la mercadotecnia, para las entidades deportivas del primer mundo es un objetivo esencial que su afición disfrute de la manera más cómoda del espectáculo deportivo por el que están pagando. A esto se le llama “experiencia de aficionado” (Fan Experience), y es uno de los preceptos más importantes en las ligas deportivas de primer orden.

Basándonos en esa exigencia, lo increíble es que a casi una semana del incidente, ni el Ascenso MX, ni el club, se han manifestado al respecto, y menos han evidenciado al o los culpables de que se violentara un espectáculo que los colimenses están arropando.

No son pocos los aficionados que consideran escasamente grata la visita al estadio; en redes sociales te encuentras con quejas sobre la temperatura de la cerveza que se vende, las largas colas que se hacen para adquirirla, la lejanía de los baños y otros detalles. En el duelo ante Alebrijes, la victoria previa ante Zacatepec había generado expectativas en la afición, que generaron una sensible mejora en la entrada, comparada con la de la primera jornada; pero si las victorias no llegan, la hinchada se alejará del estadio.

La verdad es que la mayoría de la afición que acude no es apasionada a Loros, es hincha del juego en sí. Por tal motivo, es inconcebible que una pseudo barra como La Kotorra haya advertido, a través de sus redes sociales, que los colimenses deben acudir al estadio solamente con jerseys del cuadro emplumado, o se atendrán a las consecuencias.

Son muy pocos los que tienen a Loros como su equipo primario; son mayoría los que comparten su afición con algún club de Primera, a sabiendas de que Loros tiene muy pocas probabilidades de ascender al máximo circuito. Eso no quita que la afición quiera ver un nivel de juego cercano al de Primera División y estén dispuestos a pagar cifras cercanas a lo que les costaría una comida familiar o una ida al cine en ese intento. El respeto por este desembolso debería ser prioridad por parte del club, y sobretodo, sus jugadores.

El incidente del domingo anterior evidencia muchos de los pendientes que hay en Colima en materia de cultura deportiva. La golpiza al cruzazulino es reprobable desde cualquier punto de vista; el mutismo del club lo es más. Y que el verdugo se vaya sin el castigo natural, ser vetado del estadio por un buen tiempo, es un atentado a esa Fan Experience.

*Periodista y escritor de futbol.

@alexberber7

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