De abogados y asesores.
El gobernador Peralta manifestó hace días, la posibilidad de vetar parcialmente las modificaciones a la Ley de Movilidad que, en su oportunidad, había aprobado el Congreso local; pero pazguato como siempre ha sido, lo meditó más de la cuenta y cuando por fin tomó la decisión de hacerlo, se le había vencido el plazo. Una vez más quedó demostrada la calidad de sus asesores y, sobre todo, de sus abogados. Pifia tras pifia. Así, Peralta no pudo acatar las instrucciones que públicamente le había dado, durante una reunión de priístas, el ex gobernador Moreno. No es normal que un gobernador cometa este tipo de errores, porque no es normal que un gobernador tenga asesores y abogados con tan poca calidad. Dijimos que se parece a Macri, el presidente argentino, porque nada le puede salir bien, y Peralta, tristemente, insiste en confirmar que tenemos la razón en nuestro dicho.
Algunos amigos cercanos al gobernador me han confiado que, desde aquel fatídico martes de carnaval, cuando primero se llevara una sonora rechifla durante la visita del presidente López Obrador a Manzanillo y después se desencadenara el capítulo trágico y vergonzante del Paseo de los Coocoteros, que lo obligó a dejar fuera de la Secretaría de Turismo a su amigo Angulo; Peralta se siente abatido y se muestra distraído, y que este error, es más bien producto del estado de depresión mayúscula en el que se encuentra. Dirían en mi pueblo, de todos modos, Juan te llamas y eso no disculpa la ineficiencia extrema de sus colaboradores cercanos, sobre todo los abogados, porque son demasiados los errores cometidos, desde antes, por el Jefe del Ejecutivo. Y pensar que López Obrador prometió venir cada tres meses, lo debe tener nervioso; pues cada tres meses habrá de enfrentar el rechazo casi unánime de su pueblo, porque si algo debe tener claro, es que nadie lo quiere (incluidos algunos de los burócratas que son obligados a asistir a esas ceremonias habiendo recibido instrucciones para que le muestren su cariño y apoyo).
Producto de esa severa depresión seguramente, son sus declaraciones fuera de foco en el sentido de que asistiría a la reunión de Tijuana, convocada por el Presidente para el pasado sábado, sólo si lograba la conexión de vuelos que le permitiera ir, pues no tiene avión y el Congreso del Estado no le permite rentar alguno. Una declaración desafortunada sin duda y completamente desfasada en el tiempo; como que no ha logrado darse cuenta que la realidad de Colima y de México ya es otra y que la que se fue, no volverá. Y deja asomar la idea de que su presencia era fundamental para el éxito del acto… Alguien debe explicarle cuál es el Colima de hoy, porque vive en otro; y de paso, aclararle cuál es su peso político real en el País.
Del tuitstar.
Y finalmente, tal y como lo había previsto CON SAL Y LIMÓN, los aranceles prometidos por el tuitstar Trump no se aplicaron. Eso quedó claro desde el viernes por la tarde y la noticia, evidentemente fue bien recibida por los mexicanos. Sin embargo, debemos hacer consciencia que la campaña de reelección del señor naranja apenas inicia y seguramente habremos de sufrir muchos embates más de su parte. Desde la campaña original ha quedado claro que México es su piñata predilecta. Pero ¿por qué México? Porque a pesar de que nos hemos convertido en el principal socio comercial de los gringos, existe una asimetría enorme entre nuestros dos países y esa circunstancia permite a Trump atacarnos cuanto quiera, pues por nuestro tamaño y poder, puede vencernos siempre.
Evidentemente, Trump quisiera atacar, pegar y vencer a China porque el centro de poder mundial parece trasladarse de Washington a Pekín, pero los chinos le contestan y con rudeza y pareciera que los gringos se llevan la peor parte en la guerra comercial que libran entre ellos porque China tiene una fuerza de la cual carece México. Evidentemente también, Trump quisiera atacar, pegar y vencer al Partido Demócrata, al cual desea enfrentar exitosamente durante su campaña de reelección y además porque ese Partido ha mantenido una posición aguerrida en no cumplirle sus caprichos presupuestales para que construya el muro en la frontera con nosotros (que resulta fundamental para sus propósitos de reelección) y claro, además porque los legisladores demócratas lo tienen en un puño con el asunto de la trama rusa, tema que es la espada que pende sobre su cabeza. Pero ese Partido tiene fuerza y puede derrotarlo, inclusive, pudiera no permitirle que vaya a la reelección, así que entonces, no puede pegar tan libremente como quisiera, porque si lo hace, puede demostrar debilidad ante sus potenciales electores y frustrar sus propósitos.
En tales circunstancias, el impredecible Trump, más que buscar quién se la hace, busca quién se la pague, y ese es el triste papel que toca a nuestro País. Y eso, aunque me gustaría estar equivocado, parece inevitable. Así que mejor prepararnos para soportar algunos períodos de sufrimiento, pues si a ese gringo, poco le importan los males que ocasione a la economía de su País, menos le importa la devastación que origine en la nuestra.
No por eso, habrá que dejar de echar porras y goyas a Marcel Ebrard, al equipo mexicano de negociadores y a López Obrador por las instrucciones dadas a todos ellos, sobre todo si consideramos que muchos políticos y comentólogos (sobre todo los derechangos) tenían la certeza o el deseo de que la misión regresaría derrotada, y no fue así. El gobierno gringo, al parecer, no han entendido del todo que el camino para que no lleguen los centroamericanos a territorio estadounidense, es uno que pasa por detonar el desarrollo de esos países para que puedan emplear la mano de obra de sus nacionales y evitar que las circunstancias los expulsen a buscarse la supervivencia donde puedan, porque en sus países, no es posible. Así que, no fue fácil que trajeran los resultados que logaron. Nos hubiera gustado más, que hubieran traído noticias mejores, pero en una negociación, ninguna parte puede ganar todo, sino al contrario, ambas deben ceder en algo.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.