LOS CONSERVAS NUNCA PIERDEN… Y CUANDO PIERDEN, ARREBATAN

Ese pareciera ser el trasfondo de la reciente decisión del Instituto Nacional Electoral, INE, al modificar, de última hora las reglas para la asignación de las diputaciones por lista regional en las elecciones que se celebrarán dentro de tres meses. Dizque tratan de impedir la sobre representación de un partido político en la Cámara. 

El citado Instituto que cada vez más va arrastrando la cobija y ensuciando el apellido, como reza la canción, quiere, bajo el comando de los incompetentes y desprestigiado consejeros Lorenzo Córdova y Ciro o Circo Murayama, cambiar las reglas del juego para favorecer a los partidos conservadores, los de siempre, en los próximos comicios y evitar a toda costa que las fuerzas de la 4T, puedan continuar con la consolidación de la transformación de la vida pública. Quieren ganar en la mesa, lo que no pueden ganar en las urnas. 

La oposición al Presidente López Obrador se muestra desarticulada e incapaz de captar el apoyo y el voto popular porque sus propuestas continúan siendo engañosas y en el fondo, pueden resumirse en que significan más de lo mismo: el regreso a un neoliberalismo superado y rechazado por la mayoría de los mexicanos que deseamos que no continúen haciendo más daño del que ocasionaron al País, que no deseamos que avancen más en el desmantelamiento de la política social, que no queremos que se ahonden más las diferencias entre los ricos y los pobres, que no queremos que los intereses de unos cuantos continúen en el centro de las decisiones políticas y exigimos que el interés general y la Constitución sean los ejes rectores de la política nacional y de las decisiones de nuestro gobierno. En pocas palabras, que termine el saqueo y la desigualdad, que acabe la destrucción del País. 

Eso condiciona los votos a favor de Morena. A los mexicanos, nos ha gustado el gobierno que encabeza Andrés Manuel y queremos que el Gobierno de México continúe por el camino que va. Esto augura un triunfo que otra vez, le otorgará al Presidente, los diputados suficientes para gobernar y para proponer leyes nuevas o reformas a las existentes o incluso cambios a la Constitución, de manera que se pueda continuar con la transformación de la vida pública. Recordamos que ninguno de sus antecesores propuso tantos cambios como Peña Nieto, que propuso 155 veces reformar un artículo constitucional. Es decir, en promedio, uno cada dos semanas, uno casa catorce días,incluyendo festivos, fines de semana y vacaciones. No descansaron y por eso, tuvieron que recurrir a los estímulos ilegales, o sea, tuvieron que comprar los votos de los muy respetables señores legisladores. 

Los mexicanos debemos votar porque de ese modo entregamos nuestro mandato tanto a quienes nos gobiernan como a quienes nos representen en el Congreso y el mandato fue uniforme hace tres años y ahora, lo que deseamos, ante la renovación de la Cámara de Diputados es, por congruencia, que continúe la transformación. Y para ello, nos aprestamos a votar. La oposición la determinamos nosotros, por mayoría, y no los consejeros del INE. Es más, los pluris, ni siquiera debieran existir y el que gana, debiera ganar todo, porque nosotros hemos de determinar el balance de las fuerzas políticas. No tenemos ninguna intención de otorgar curules a cualquier cantidad de políticos inútiles y fracasados que no serían capaces de ganar una elección porque resultan impresentables. 

Un partido, al presentar sus listas, debiera elegir a aquellos resulten incuestionables y al parecer, han preferido incluir en éllas a aquellos personajes por los que nadie desea votar. Y a esos es a quienes apoya el INE. 

Los consejeros prefirieron ampararse que acatar el mandato de ganar menores sueldos que el Presidente de la República, no les importó el respeto al marco legal y ahora dicen ser los grandes defensores de ese marco legal que despreciaron. Si alguien los entiende, que explique a este juntador de letras y a sus lectores, porque sólo somos capaces de encontrar contradicciones en el actuar de ese Instituto. Carecen de capacidad, de calidad moral y por tanto, de respeto, son impresentables. 

Los consejeros de ese elefante blanco, sólo han aprendido a solicitar un presupuesto cada vez más gordo. Si hay austeridad, para ellos, no aplica. Ni reciben ni cuentan votos porque para eso estamos los ciudadanos. Lo que les toca es organizar y vigilar los procesos electorales y eso nunca han aprendido a hacerlo, por eso, las elecciones terminan por decidirse en los tribunales. No garantizan nada porque los mexicanos no les tenemos confianza y no se las tenemos porque no han sabido ganarla. A la hora de la verdad, siempre salen con su domingo siete. 

La gran aportación a la democracia que ahora intentan imponer, seguramente, terminará por ser desechada en los tribunales y los señoritos consejeros, habrán hecho el ridículo una vez más y con esa acción, más lejos quedarán de la legitimación. Una vez, tuvieron el reconocimiento popular y luego la perdieron y desde entonces, no han podido reencontrar el norte. Y esto es así porque en su mayoría, no son ciudadanos independientes sino ciudadanos interesados en pagar sus compromisos, pues fueron electos como parte de un sistema de cuotas a los partidos políticos, y ese es un sistema que ahora se ha superado. 

Ojalá que un día podamos sentirnos orgullosos de nuestro órgano electoral,como un día nos sentimos, pero ahora, más bien nos provoca ganas de volver el estómago ante tanta descomposición y desperdicios del sistema corrupto que tratamos de superar. Que Dios proteja nuestros procesos electorales, porque el INE no lo hará. Ojalá que el Instituto permanezca lo más ausente posible a lo largo de su desarrollo, porque de otro modo, todo lo descompondrá, como siempre. 

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana. 

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