LOS HAMPÓN LETRINA

Los periodistas que antes fueron privilegiados se ponen furiosos cuando leen en las redes sociales comentarios en su contra. Los toman como una campaña que viene directamente del gobierno, para censurarlos y perseguirlos. No aceptan que se les cuestione o discuta su trabajo, ni que les pidan pruebas de lo que afirman, coinciden los periodistas Alejandro Páez Varela y Álvaro Delgado con los moneros Helguera, Hernández y Rapé.

Los conductores de Los Periodistas, el noticiero vespertino de La Octava, fueron los invitados de la primera emisión de la séptima temporada de El Chamuco TV, transmitida el 7 de febrero de 2021 por Canal 22 (https://www.youtube.com/watch?v=pFsVpcvSa9c&t=1741s).

Ahí, Delgado ejemplificó esta campaña para atribuirle al gobierno de la 4T un supuesto plan de acoso informativo, con el caso de Alejandro Rosas. El divulgador de temas históricos publicó un tuit afirmando que nunca antes le habían pedido en un programa que no criticara al presidente, y ahora con López Obrador sí. “Pero no dice quién se lo pidió”.

“Cuando uno hace una imputación pública, tiene el deber de documentar la denuncia. Nos compete a todos saber si desde el gobierno de López Obrador hay censura, presiones o represalias contra la actividad profesional en el ámbito periodístico o de cualquier otro tipo. Queremos saber si la 4T está persiguiendo empresarios (como no sea para que paguen los impuestos) u onegés.

“Levantaría la voz en defensa de Loret si supiera que lo corrieron de Televisa por presiones de López Obrador, pero antes le pediría los detalles”, sostiene Delgado. Y Páez Varela se suma al decir que “sería un escándalo internacional como los que Loret anda persiguiendo: si tuviera elementos, ya lo habría soltado”.

“No creo honestamente que el gobierno haya presionado a Televisa – cuestiona Páez Varela–. La empresa lo corrió porque Loret estorba en este momento para su relación con López Obrador. Es algo muy distinto y habría que discutir, por ejemplo, ¿por qué Televisa sigue siendo la gran ganona de la publicidad oficial?, ¿cuál es la lógica de eso cuando se está cayendo a pedazos, cuando se está muriendo sola?”

Para Delgado, “es un asunto de connivencia y de complicidades”. Y señala a otro medio al que “también le han canalizado millones de pesos y no es La Jornada: el grupo de los Hampón Letrina (los Cantón Zetrina), dueños entre otros medios de Tabasco Hoy, impreso acostumbrado a hacer un periodismo vil”.

“Si hay una prensa miserable en México, es la de Tabasco, como pude ver cuando cubrí la campaña de 94 y sus secuencias en 95 y 96. Uno de los miembros del clan fue diputado federal del PRI y senador por el Verde. No obstante que se condujo de una manera muy cuestionable, Óscar Cantón Zetina es hoy –aparte de dueño de un medio al que Andrés Manuel le da ríos de dinero– delegado de Morena en el sureste de la república.”

“Hay connivencia con ese tipo de medios, con Televisa y Televisión Azteca claramente”, sostiene el reportero de Proceso. Y eso no es responsabilidad de Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación Social y vocero de la Presidencia, sino del presidente, porque Andrés Manuel decide a qué medio le da o no publicidad oficial.
 
INTERÉS PÚBLICO

En palabras de Alejandro Paéz Varela, “la política de comunicación social como tal, no existe”. El presidente maneja la relación con los medios. Aun así, “¿cuándo, en los sexenios anteriores, uno podía decirle de cosas al director de Comunicación Social sin que hubiera represalias? Eso es un cambio muy importante. Hay una libertad profunda y, si no la hay, ojalá documenten los actos de censura porque el primero que levantaría la mano para protestar soy yo”.

Delgado está en la misma sintonía: “Esos que ahora hablan de represión y censura, que hasta reclaman el asesinato de periodistas, ¿cuándo levantaron la voz ante los actos de clara censura y asesinato en sexenios anteriores?”

Su compañero de noticiero lo ejemplifica con el caso de Lázaro Ríos, exdirector de Reforma que luego fue vocero de Coparmex y ahora trabaja con Gustavo de Hoyos en el sitio #DICES (que depende del sindicato patronal). Cuando Páez Varela trabajó en Reforma con Ríos, “absolutamente ninguno de los periodistas asesinados en Veracruz mereció una nota en interiores, mucho menos en portada. Ni siquiera los casos más sonados que involucraron a medios como Proceso o La Jornada. Y, ahora sí, todos los casos salen”.

Esa misma derecha que patrocina a De Hoyos es la que decidió meterle dinero a Reforma a principios de este gobierno, recuerda Helguera. Sacaron a Ríos de la dirección para meter a Juan Pardinas, que no es periodista, y convertir al diario en un ariete político. “Hasta caricaturistas ha cooptado la Coparmex”.

Para Delgado, también es de interés público saber por qué un grupo de presión que representa a los patrones del país financia una organización como #DICES, aunque no sea con dinero del erario. Como es de interés público saber quiénes son los dueños de los medios de comunicación, y quiénes dirigen esos medios de comunicación.

“En ese sentido, no debe haber limitantes para emitir opiniones. Aquella vieja expresión de ‘perro no come perro’ es aberrante. Para empezar, porque no soy perro, yo me dedico al noble oficio de informar, y ya si lo hago bien o mal es a criterio de la audiencia. Molesta la expresión porque encubría la impunidad: ‘no hables de mí que soy corrupto y no hablo de ti que eres corrupto’. Esa era la lógica.”

“Hoy más que nunca debemos hablar de los medios y de los periodistas. Los periodistas debemos investigar, procesar y difundir los asuntos que nos conciernen a todos, pero dentro de ese universo está lo que pasa en los medios”, resume Delgado. Porque, además –dice Hernández–, el poder mediático está ahora totalmente ligado al poder económico y al poder político.
 
PERIODISTAS DAN EL VIEJAZO

Hace unos meses, la periodista argentina Olga Wornat, autora de Felipe, el oscuro: secretos, intrigas y traiciones del sexenio más sangriento de México (Planeta, 2020), platicó con los chamucos acerca de cómo fue perseguida durante el sexenio de Calderón, al grado de tener que salir del país, menciona Rapé.

Contó que, como se sabía vigilada, le mandó unas cartas a Enrique Krauze para que se solidarizará con ella, pero el director de Letras Libres nunca le contestó. Y eso que se lo pidió “justo en los días cercanos a ese desplegado” en donde 300 intelectuales decían que la libertad de expresión estaba en riesgo en México, señala el monero.

Delgado recuerda que ese manifiesto sentó las bases de la actual coalición Sí por México. El desplegado expresamente proponía crear un bloque con todos los partidos de oposición: reactivar, formalizar y legalizar el PRIAN (a sabiendas que los del PRD “son los que van a ir por los chescos”, bromea Helguera).

Hernández se mofa porque ahora dicen que la libertad de expresión y la democracia están amenazadas. “¿Pues cómo estaban antes, cuando hubo hasta fraude electoral?”

Helguera evoca que los promotores del desplegado, Aguilar Camín y Krauze, son los mismos que antes copaban los medios de comunicación: “las mismas personas estaban en los periódicos, los programas de radio y de televisión; eran las mismas voces, todo el tiempo, en todos los espacios, diciendo siempre el mismo discurso”. Pero cuando aparecen voces nuevas y se les cuestiona, entonces claman que “está amenazada la libertad de expresión”.

En efecto, continúa Delgado, “la uniformidad periodística prevaleció décadas. Los mismos que conducían los noticieros estelares de radio o televisión, ocupaban los principales espacios en los medios escritos”. De hecho, siguen ocupando las páginas de opinión y las cápsulas en radio y televisión en este sexenio, lo que pasa es que cada vez los leen, oyen y ven menos. Sobre todo, añade Helguera, “les creen menos”.

No obstante, Páez Varela insiste que ese poder mediático “va a trascender a Andrés Manuel López Obrador: son medios y personajes muy poderosos”. Que de la victimización están haciendo una manera de seguir vigentes, de sobrevivir a este gobierno, precisa Helguera. A lo que Alejandro Páez advierte, esos medios y periodistas son más sofisticados de lo que parece:

“Traen dinero y sí construyen historias, no nada más se apegan al discurso de la victimización. El noticiero de cualquiera de estos personajes opositores a Andrés Manuel tiene reporteros haciendo historias muy específicas, con un ángulo muy concreto. No los menosprecio en lo absoluto, van a sobrevivir a López Obrador y van a seguir siendo muy poderosos cuando el sexenio termine. Claro, no todos, algunos van a envejecer en estos pocos años y acabarán dando el viejazo. No sé quiénes, tampoco”, ironiza Páez Varela.
 
Mi correo: carvajalberber@gmail.com

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