Durante el último año, el PAN ha adoptado la política de oponerse, prácticamente a toda propuesta o acción que provenga del Presidente de la República o de los diputados o senadores de Morena. Están empeñados en distinguirse como los principales opositores de la 4T y en ese afán han recogido los despojos de lo que un día fue el PRD. No han importado, prácticamente nunca, que haya propuestas que resulten positivas para el País, pues lo que desean, es mostrar que son una oposición indómita y, sobre todo, no les ha importado cual es el deseo mayoritario de los mexicanos, o al menos de los mexicanos a quienes representan desde sus posiciones.
Sabido es que el presidente López Obrador ha encabezado un régimen austero con la finalidad de re direccionar los recursos del erario hacia la atención de renglones de gasto que puedan favorecer a los más pobres y tender a redistribuir el ingreso nacional para disminuir la desigualdad. En tal sentido, se han modificado programas y prácticas. Los azulejos reniegan de que ahora, el Gobierno Federal ejecute directamente programas de gasto y distribuya sin intermediarios, los fondos de muchos programas, sobre todo los de carácter social. El deseo de ellos es que los gobernadores y ayuntamientos azules, tengan un mayor manejo de recursos porque, del manejo de los mismos, se obtienen beneficios para los bolsillos de los gobernantes.
A lo largo de los tiempos, los gobiernos azulones no se han caracterizado por su eficiencia ni tampoco por la honestidad de quienes han ejercido cargos; pero se encuentran desesperados porque quieren recursos para los estados y municipios que gobiernan y los quieren sin realizar esfuerzo recaudatorio alguno y que les llegue como producto de lo recaudado por el Gobierno Federal. Algunos, como don Aldo, el presidente de Comala se ha confesado traicionado por el gobierno morenista porque no recibe lo que supuso que recibiría, como no dándose cuenta de que las cosas ya cambiaron. Y es que quizás la capacidad no les ha alcanzado a estos panuchos, para entender su nueva realidad.
Ineficientes y poco conocedores de la administración pública, como son y han sido, un buen número de alcaldes acurrió el día 22 a las puertas de Palacio Nacional para solicitar mayores fondos para sus respectivos gobiernos. No acudieron a las cámaras, donde los presupuestos se pueden modificar y se aprueban, sino a la sede del Ejecutivo Federal, donde se elaboran los proyectos que se envían al Legislativo. Y para cumplir su objetivo, lo hacen después de tiempo, cuando los proyectos cumplen ya su última etapa antes de convertirse en leyes especiales y se agotan los tiempos previstos legalmente para ser aprobados. No negociaron ni seguramente, deseaban hacerlo, iban a presionar al Presidente de la República, aunque decían que iban en busca de audiencia con ese alto funcionario.
La voz que más se escuchó frente a las puertas del Palacio Nacional, fue la de un tal Salomón Carmona Ayala, presidente municipal de Yuriria, Guanajuato; un municipio cuyo lema es, por cierto: Yuriria, La Esperanza Turística de México (que suena más a morenista que a panista) y cuya bella cabecera municipal es considerada Pueblo Mágico. ¡Salgan, para matarlos a balazos!, gritaba semejante niño héroe con toda prepotencia y provocación a las afueras de la Puerta Mariana del Palacio. Los funcionarios federales, Jesús Ramírez Cuevas y Leticia Ramírez, quienes pertenecen al primer círculo de la Presidencia, les ofrecían una mesa de negociación en la Secretaría de Gobernación, pero esa no era la idea de los ediles, ellos acudían con la idea de oponer su prepotencia con el Presidente de la República. Los guardias del Palacio sintieron la amenaza de los agresivos panuchos y usaron gases lacrimógenos para dispersarlos. Los reconocidos represores azulones, recibieron una sopa de su propio chocolate.
Las negociaciones se efectúan de otro modo y en opinión de este juntador de letras, los alcaldes se congregaron allí cuando alguno de ellos tuvo la ocurrencia de hacerlo, no lo hicieron oportunamente porque la ocurrencia no llegó en tiempo; y, total, lo que buscaban era publicidad, así como mostrar su supuesto músculo. Si el PAN desea ser protagonista en estos tiempos debe actuar con inteligencia (lo cual significa pedir peras al olmo) y por supuesto, recuperar la confianza de los ciudadanos a los cuales ha defraudado (lo cual se antoja difícil). Y por supuesto, debe actuar con prudencia. La violencia y la prepotencia están divorciadas de la oposición responsable y el derecho divino que sienten tener, no les alcanza para sus propósitos particulares.
¿Qué pensarán los yuririenses de su muy particular Salomón? El que junta estas letras, no conoce a los de ese municipio, pero se puede adivinar que no deben sentirse orgullosos por lo sucedido. Un desquiciado violento como el Carmona ese, no puede ser Presidente Municipal. ¿Qué pensarán hacer los panuchos? Seguramente continuar la pauta que les dicte Marko Cortés, su desprestigiado y desacertado líder nacional y continuar transitando por el camino que van. Los resultados serán la calificación que los mexicanos le otorguemos en los comicios del 2021, cuando sea tarde para que rectifiquen su actitud.
¿Será que cada pueblo tiene el gobierno que merece? Yo supongo que Yuriria como Comala, merecerían otra cosa: alguien que realmente represente los intereses legítimos de sus pobladores. Y sí, los alcaldes fueron por lana y resultaron trasquilados. Los gobiernos locales han de procurar su propia recaudación y depender menos, de las ayudas federales. No desean el desgaste de imponer cobros, la quieren peladita y en la boca. Los gobiernos locales deben tener un mínimo de inteligencia y entender que México vive nuevos tiempos.
Y a propósito de presidentes municipales panuchos y gloriosos ¿Ya estará preparada la play list para el reloj público de Comala durante noviembre? ¿Y en lugar de música de Guerrero, Puebla o Jalisco, incluirán algo de Colima? ¡Qué manera de perder el tiempo! ¿A quién corresponderá esa complicadísima labor? De seguro, a un genio culto (¿O será genio oculto?).
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.