El grave atentado que sufrió la presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez, en las primeras horas de la noche del viernes, cuando cuatro moto sicarios le dispararon con la mira de hacer el mayor daño en su vida y de su escolta; ha movido a reflexiones entre la sociedad y el aparato policial estatal, pero también a criticas ligeras, licenciosas de personeros y voceros de la mentira y la vileza políticas, que han quedado exhibidos por un pueblo que conoce el modus operandi de quienes no hacen periodismo como tal, sino que se mueven entre la calumnia y el chayote.
Entre las reflexiones serias, que se hacen algunas personas de la mejor buena fe, una de ellas es la de que el ataque a una presidenta municipal honesta y transparente en la vida pública, no ocurrió antes, cuando las autoridades municipales no se dedicaban a gobernar, sino a traficar con el cargo, enredándose en negocios y turbios intereses políticos y carranclanes; a los que, también, afortunadamente, el pueblo manzanillense, su sociedad dinámica, emprendedora, critica; sobrevivió.
Manzanillo está cambiando, como lo está haciendo el país en lo general, sumergido en una gran transformación social, moral y político-económica. Allá, a la cabeza un gran presidente, que mantiene a raya a la perversa critica de la derecha y sus falsarios seguidores, contra quienes diariamente en las mañaneras, responde el mandatario, exhibiendo la vileza de los promotores de una guerra sucia mediática que en el ánimo y el empeño del presidente, ha hecho lo que el viento le hizo a Juárez: sólo le sopló la cabeza, y nunca lo desmoralizó.
Y acá en Manzanillo, solamente los perversos depositarios de la corrupción política y partidista, que no quería a Manzanillo; sino que veían a nuestro querido puerto, con ojos de quienes perseguían solo enriquecerse, o tener el control de la autoridad y la diputación de este distrito, para hacer negocios de familia, y de familia nunca había sido el termino itálico tan acertado.
Pero acá Manzanillo, la alcaldesa Griselda Martínez, está siguiendo con gran cercanía y de acuerdo a las capacidades económicas de este municipio, las grandes políticas que en lo nacional despliega el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para transformar verdaderamente, construir, crear economía social; con obras y acciones públicas que generen bienestar social.
Apenas traspuesto la reacción al atentado, la alcaldesa, que ha estado al pendiente de la situación de salud de la maestra y de su escolta herida y a quien ha demostrado públicamente todo su apoyo en la atención medica; la alcaldesa salió a encabezar brigadas de trabajo comunitario, con gran entusiasmo, predicando con el ejemplo y apoyándose en los trabajadores de confianza. Este espíritu de trabajo, de entereza moral y política, ha generado una gran manifestación de apoyos y saludos de los ciudadanos a su presidenta municipal.
A esa solidaridad colectiva que le han mostrado los ciudadanos a Griselda Martínez, con gran impacto anímico y positivo en el trabajo municipal; la presidenta ha respondido con gratitud, y trabajando con el gran entusiasmo que le caracteriza y pide a sus funcionarios y colaboradores respondan de esa misma forma a la confianza de la gente en este nuevo gobierno, que trabaja para que Manzanillo siga progresando en lo económico pero de manera enfática en recuperar el desarrollo social.
PUNTO Y RAYA
Una clase política solidaria. La alcaldesa Griselda Martínez recibió muestras de solidaridad de diversas personalidades de la política local, donde destacan las de algunas compañeras y compañeros de MORENA, que dejando de lado diferencias, mostraron así el compañerismo, que ojalá se manifieste en respaldo más firme hacia las políticas públicas y las demandas que tiene Manzanillo, en términos de gestiones municipales en materia presupuestaria, de seguridad, de obra pública.
¡Hasta la próxima!