La administración de Griselda Martínez ha invertido más de $100 millones de pesos en infraestructura; para este 2020 pretender invertir una cantidad similar, pues el rezago es tremendo en cuanto a las necesidades que tiene la comuna porteña relativas a mejoras en las vialidades, infraestructura municipal y drenaje.
De no haber sido por la tremenda deuda que heredó la administración manzanillense de anteriores trienios, cercana a los $700 millones, y por la que la administración de Martínez Martínez tuvo que abonar $100 millones el año pasado, los proyectos de obra pública hubieran podido ser de una cifra cercana a los $200 mdp, ¡que caerían mucho mejor en infraestructura que en pago de deuda!
En entrevista con carvajalberber.com, Griselda Martínez ha destacado la necesidad de invertir lo más que se pueda en infraestructura, motivo por el cual ha aplicado medidas de austeridad para que se reflejen ahorros que permitan una mayor inversión en las necesidades más apremiantes.
La idea, dice la alcaldesa, es invertir en su máxima capacidad, pues hay en stock un total de $2 mil millones en proyectos elaborados de acuerdo a las peticiones más sentidas de la gente en las distintas colonias y comunidades del municipio.
Es tal el rezago que tiene Manzanillo en infraestructura, que una de las obras más urgentes que está próxima a inaugurarse es la renovación total del rastro municipal, que de acuerdo a lo informado por la propia edil, en las condiciones en las que estaba “era increíble que tuviera las certificaciones de salud” necesarias para asegurar que la carne llegue en buen estado a los consumidores.
Una de las acciones de sabotaje al gobierno de Griselda Martínez es generar caos en las inmediaciones de CAPDAM para inhibir que la ciudadanía acuda a realizar sus pagos. Este es un ejemplo claro de lo que lo que la oposición pretende: que no haya mejoras en los servicios esenciales. La alcaldesa resalta la necesidad de que los manzanillenses paguen el servicio de agua, pues es en este rubro en el que tiene más peticiones de las familias.
La administración de Griselda se ha encontrado con la espalda de la API, pese a que en teoría también pertenece a la Cuarta Transformación. Del Gobierno del Estado se entiende que no le invierta en obra pública a la ciudad porteña, dado el desprecio tricolor que se le ha hecho en términos políticos a la alcaldesa de la capital económica de la entidad.
Lo que no se entiende es que la API Manzanillo de la 4T esté dirigida por un ex detractor de AMLO, mismo que anuncia obras en otros municipios, menos en la ciudad-puerto a la que pertenece. Tampoco se entiende que una de esas obras que la API sí ha anunciado, sea invertir en lo que queda de la Unidad Deportiva Morelos, que fue en términos de infraestructura, uno de los grandes fiascos de la inversión pública del sexenio de Enrique Peña Nieto en Colima, cuando hay tantos pendientes en Manzanillo.