MÁQUINA DE FANGO

‘¿Por qué no se calla?’ ‘Poder, dinero y venganza: la transformación de Pablo Iglesias en un troll de los medios’. ‘Así funciona la máquina del fango de Pablo Iglesias. Canal Red. La nueva televisión impulsa su plan para señalar enemigos, controlar el partido y presionar a la Moncloa’. Todos los anteriores son encabezados de la prensa española, complementados con imágenes que hacen lucir a Pablo Iglesias como psicópata, reseñó el tertuliano de La Base en su sección ‘Titulares al Banquillo, el análisis mediático de Manu Levín’, en la emisión del 23 de enero de la mesa de opinión de Canal Red[1].

“Mandar callar a Canal Red” es un buen resumen de la actitud hostil que el establishment mediático asumió ante el surgimiento de este proyecto, incluso desde antes de su propia existencia. El reportaje del suplemento Papel en el periódico El Mundo titulado ‘Por qué no se calla’, se publicó antes de que Canal Red hiciera su primera emisión, enfatiza Levín, quien irá haciendo el análisis de los encabezados con la ayuda de sus compañeros de mesa: Inna Afinogenova, Irene Zugastti y Pablo Iglesias.

“Si a los poderes mediáticos corporativos les molesta la existencia de un medio de comunicación como el nuestro, tanto que ya estaban saltando “antes de que comenzáramos a emitir un solo video, es porque lo que hacemos aquí cada día pone frente a un espejo la corrupción y el servilismo al poder de la gran mayoría de las empresas mediáticas y de muchísimos periodistas”, apunta Pablo Iglesias, director de Canal y Diario Red y moderador de La Base.

Algunos de esos políticos, medios y periodistas parece que “no soportan ver la imagen que les arroja ese espejo. Y eso no sólo les pasa a medios como El Mundo, el establishment mediático de varios países de América Latina ha reaccionado de forma bastante similar ante el surgimiento de un medio de comunicación que se enfoca en la región con varios programas producidos desde y para Argentina, Bolivia o México; que lo hace con una línea editorial de izquierdas, independiente de los grandes poderes económicos o de la agenda estadounidense; y que critica a los medios de comunicación igual que al resto de los actores políticos.

EL PECADO DE IGLESIAS

Recuerdan en la mesa el berrinche de la derecha mediática colombiana cuando se anunció que La Base se emitiría una vez por semana en la televisión pública de ese país. “Todavía siguen desconsolados”, como lo demuestra un perfil en la revista Semana: ‘Este es Pablo Iglesias, el comunista y admirador de Hugo Chávez que opinará en la televisión pública colombiana. El programa de opinión del exdiputado español y fundador del partido Podemos será retransmitido por RTVC’.

Semana se esforzó por dejar en claro que La Base es un programa de opinión, no de información o análisis. De opinión, no como los “hechos contrastados” que se pueden leer en la revista, comentan con sarcasmo la cuestionable línea editorial del medio colombiano:

Sin ir más lejos, Semana tomó una resolución del Ministerio de Educación de Perú sobre un cambio en la jornada escolar, y la publicó como si fuera noticia local. El bulo creó el caos en toda la comunidad educativa colombiana. Y cuando el Ministerio de Educación de Colombia solicitó al director de la revista la rectificación, Semana retiró la nota de su sitio web pero no desmintió la información pese a que continuó generando confusión e incertidumbre entre profesores y padres de familia.

“Estos son los que dan lecciones de periodismo, mentirosos profesionales. Y precisamente porque aquí sí informamos de este tipo de prácticas corruptas que están envenenando las democracias en todo el mundo, los corruptos con carne de periodista no lo pueden soportar”, apuntó Levín.

La pieza que publicó Semana sobre La Base incluyó dos bulos: ‘En Colombia se encendió la polémica por el uso de recursos públicos [primer bulo] para retransmitir un programa de la izquierda más radical de España que en buena parte representa Iglesias’; Pablo ‘hizo parte de la fundación del partido Podemos, que es señalado en España de ser aliado de autoritarios’ [segundo bulo].

En otras palabras, las dos mentiras sobre Canal Red consisten en decir que alguien intentó abrir un medio de comunicación que miente más que la revista Semana (la primera), y que ese medio fracasó (la segunda).

IDEOLOGÍAS FRACASADAS

El berrinche de Semana no paró ahí. En Confidenciales publicaron que ‘María Fernanda Cabal le canta la tabla a Hollman Morris por programa de Pablo Iglesias en RTVC: “Medios públicos al servicio de ideologías fracasadas”.

Y es curioso que hablen de ideologías fracasadas quienes, a pesar de dominar todas las grandes compañías y todos los grandes medios de comunicación de Colombia, además de haber recurrido históricamente a la violencia y al terror para mantener su poder, fueron derrotados ante un movimiento popular que obtuvo la mayor votación de la historia electoral del país, se mofa el equipo de La Base.

Ideología fallida y candidatura fracasada será la de la aspirante a presidenta de Colombia, Vicky Dávila, hasta hace poco directora de la revista Semana. “Así lo anticipa el escaso apoyo popular que le auguran las encuestas”.

Pero eso no le impidió a Semana decir sobre quienes integran la mesa de análisis de La Base que ‘son líderes de opinión cercanos a la izquierda’, y que ‘han manifestado afinidad con la agenda política del presidente Gustavo Petro y de otros presidentes que pertenecen a ese espectro político [la izquierda] en la región’.

Para la revista Semana por lo visto, el problema es que en La Base no haya “líneas editoriales de ultraderecha o subordinadas a los intereses de Estados Unidos en América Latina”, subraya Iglesias. El problema es que, por ejemplo, Canal Red se oponga al genocidio en Palestina.

La violencia digital fascista llegó a tal extremo que varios de los colaboradores de Diario Red (Iglesias, Afinogenova, Zugastti, Levín y el humorista Pepe Arroyo) recibieron amenazas de muerte, llegadas por correo desde Colombia y firmadas por “un funcionario con ínfulas llamado Henry Mesa Balcázar que ha colaborado con medios dirigidos por neonazis”. El mensaje de advertencia decía: ‘Dios no permita que un día sus teléfonos les exploten en la cara’.

CELOS PROFESIONALES

En México, las grandes empresas mediáticas y sus prestigiosas figuras se ensañaron con Inna Afinogenova cuando entrevistó a Andrés Manuel López Obrador y, luego, a Claudia Sheinbaum. Celosos porque consiguió la exclusiva, borraron de su biografía que la periodista renunció a su trabajo en Russia Today porque no estaba dispuesta a avalar la política informativa de RT en Español sobre la invasión a Ucrania que, inevitablemente, iba a quedar contaminada por la propaganda de guerra.

Notipress tituló: ‘Polémica entrevista de Inna Afinogenova a AMLO, la califican de propaganda rusa’. Todavía no se hacía la entrevista y el medio ya afirmaba que ‘Afinogenova ha sido señalada y acusada de ejercer el periodismo desde un enfoque propagandístico en favor del régimen ruso’. Los colegas mexicanos de Inna descalificaban una conversación que aún no sucedía: ‘La entrevista que le realizará a AMLO está siendo criticada por medios y usuarios, pues esto es apreciado como un indicio de la cercana relación entre el presidente y el régimen de Putin’.

León Krauze, “estrella mediática mexicana afincado en Miami” que opina en El Universal, The Washington Post y The New Yorker, escribió en X a sus más de 1.6 millones de seguidores: ‘Vergonzoso que el presidente de México, que le ha cerrado reiteradamente las puertas a los periodistas mexicanos que le han solicitado entrevista uno a uno (como son las entrevistas, no el ejercicio propagandístico de las mañanas), le conceda una exclusiva a la mujer que ha sido la principal propagandista de la Rusia de Putin en América Latina. Vaya ignominia, de verdad. Escribí sobre ella hace tiempo para el Washington Post’. El tuit de Krauze, observó Levín, “olía un poco a celos’.

Otra periodista mexicana, Dolia Estévez, tampoco se midió con sus más de cien mil seguidores en X: ‘Conozcan quién es Inna Afinogenova, reina de la propaganda rusa activada en México, a quien AMLO abrió las puertas de Palacio para dar su segunda entrevista extranjera. Putin debe estar celebrando por partida doble’.

Estévez citaba al periódico español ABC y compartía una pieza “llena de falsedades” contra Afinogenova, escrita por el ‘prestigioso’ David Alandete”, corresponsal de ABC en la Casa Blanca y de COPE (la cadena de radio de la Conferencia Episcopal Española) en Washington, quien se anuncia como especialista en política internacional y desinformación.

¿DE QUÉ SE RÍEN?

Jorge Fernández Menéndez pontificó en Excélsior: ‘Inna Afinogenova es una periodista rusa que mantuvo magníficas relaciones con el Kremlin y con Vladimir Putin. El presidente López Obrador decidió otorgar la entrevista a Inna el mismo día que fue asesinado en una remota cárcel de alta seguridad en Siberia, Alekséi Navalni, el principal opositor de Putin. A Navalni los servicios rusos lo quisieron matar una vez con ácido, luego con una sustancia química. Pero como sobrevivió y de todas formas regresó a Rusia, fue encerrado y condenado a por lo menos 20 años de prisión, acusado de terrorismo’. Murió en una lejana prisión de Siberia y, por supuesto, ‘ni una palabra de esto se habló en la divertida entrevista de López Obrador con Inna Afinogenova y uno se pregunta: de qué se ríen’.

Habrá que reírse de las exageraciones de Fernández Menéndez, quien no duda en cuestionar que Inna sonría durante la entrevista con AMLO, mientras ese “héroe contemporáneo”, Alekséi Navalni, era asesinado en un gulag siberiano. Se burla Pablo Iglesias del tremendismo del periodista argentino naturalizado mexicano, a quien los lectores recibimos como un perseguido de la dictadura militar sólo para verlo convertido en el vocero de la policía política durante la era neoliberal.

Así como Jorge Fernández se atreve a sugerir por el anterior trabajo de la periodista rusa como directora de contenidos de RT para América Latina, que Inna es una cínica pro soviética que se ríe de la muerte de Navalni (aunque cuando se grabó al entrevista con AMLO no se conocía la noticia del fallecimiento del disidente ruso), “el establishment mediático mexicano” no va a estar muy contento de que Canal Red América Latina, con sus oficinas en Ciudad de México, pueda “darles la batalla mediática a los trumpistas y a los mentirosos profesionales”. Sin duda, van a rodar muchas “lágrimas de facho”, anticipa Iglesias.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com


[1] ‘La Base 5×77 | ¡Canal Red América Latina abrirá una redacción en México!’ YouTube. La Base, 23 de enero de 2025. https://www.youtube.com/watch?v=ozy9dl6BThA

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