El que junta estas letras siempre se ha quejado de que Comala es un pueblo sin ley y sin rumbo. Los comaltecos festejamos con razón las bellezas de nuestro municipio y los valores y tradiciones presentes en la mayoría de los hogares de nuestra gente. Muchas veces, festejar esos puntos positivos no nos ha permitido fijarnos y exigir a las autoridades que enfrenten sus obligaciones, que son muchas.
Así, con frecuencia se ha detenido CON SAL Y LIMÓN para comentar con sus escasos lectores lo que sucede en nuestro bellísimo pueblo. Y claro, siempre resulta raspado el Ayuntamiento: Su inacción es por lo general, lo que marca los problemas que sufrimos. Pero a veces (no con frecuencia), actúa y cuando lo hace, ocasiona algún desastre. Ni el presidente municipal ni sus colaboradores cuentan con la preparación para ejecutar las labores que tienen encomendadas y eso se refleja en la cotidianeidad de los comaltecos.
Ahora que es temporada de lluvias, muchas esquinas (sirva como ejemplo la de Progreso y 5 de mayo), se llenan de lodo, porque a lo largo del año, cuando se repara el empedrado de alguna calle, sólo se realiza utilizando tierra y entonces al llover, la corriente arrastra esa tierra superpuesta en forma de lodo y la deposita, generalmente, en las esquinas y nadie se preocupa por recogerla, Se hicieron rampas para discapacitados y entonces el lodo invade las banquetas y quienes caminan, se resbalan con frecuencia. Seguramente el remedio es muy sencillo: Hay que reparar correctamente los empedrados ¿lo saben hacer?
El reloj público continúa sin funcionar y cuando lo hace, es de manera incorrecta. Este dolor de cabeza abarca un período ya muy largo. Se trató de suplir con unas horribles bocinas colocadas encima del propio reloj y difundiendo a través de las mismas algunas grabaciones de un falso carrillón, con melodías, a veces, muy feas y cursis y a veces, de un gusto mejor. Pero no se soluciona el fondo de asunto: A veces no se pone la grabación y a veces, se hace antes de la hora y otras después, y en períodos muy irregulares. Así que, o lo resuelven o lo callan y que quede como otro gasto inútil, de esos que ilustran la incompetencia del Ayuntamiento.
Insisto sobre los que, con la complacencia oficial, se estacionan en la esquina que forman Capitán Llerenas y Corregidora: Con mucha frecuencia originan retrasos al autobús que cubre la ruta La Trinidad-Colima. El viernes me enteré que algunos de los usuarios de ese servicio nombraron esa esquina como La Reuma de Gaby, refiriéndose al chófer de autobús que quizás ha tenido la peor suerte para encontrar bloqueado el paso. Cuando un problema resulta tan repetitivo, significa ausencia de voluntad y carencia de deseos de resolverlo, es decir, falta de autoridad.
El Jardín Principal cada vez se convierte más en un centro comercial. Cada día se colocan allí cantidades crecientes de comerciantes: Se compran tacos tuxpeños, tejuino, tamales, raspados, pan, yogurt, galletas y cuanto más se acumule cada día. Se trata, por lo general de comaltecos que buscan un ingreso y es bueno que se permita a los vecinos del pueblo ganarse la vida de manera honesta. Pero tiene que hacerse con orden y por supuesto, otorgarse los permisos mediante el uso de piso parejo; para lo cual existen reglamentos y los reglamentos se elaboran y aprueban para que se cumplan: Así, durante las tardes y noches se coloca un señor, en la esquina de Venustiano Carranza y Capitán Llerenas, para vender elotes y verduras al vapor. Y cuando alguno de sus clientes le sugería que vendiera elotes asados, contestaba que le fue denegada la autorización correspondiente porque daría mal aspecto el uso de un anafre. Pero ¿cómo mantiene caliente lo que vende? Y además, enfrente, durante las mañanas hay una estufa que funciona con gas, y se usa para vender tacos de asada. Entonces ¿a veces, sí y a veces, no? ¡Qué alguien me lo explique!
Pero lo narrado es descriptivo del desorden que impera en ese comercio callejero y de la falta de capacidad de gobierno del Presidente municipal: Si existe un reglamento, no se aplica y las decisiones son casuísticas y, por tanto, opacas. Es un pueblo típico, que además está orgulloso de serlo. No puede autorizarse el uso de hieleras plásticas o manteles de esos materiales, ni mesas de lámina, ni tantas otras cosas que se consienten. Y el problema es creciente: Al rato no cabrá otro comerciante en el Jardín y poner orden resultará mucho más difícil. Sin duda, el Ayuntamiento debe actuar ya.
Permitir que se venda en ese lugar debe significar además compromisos de calidad y precio de los productos comercializados y algunos de ellos, como el pan, se venden con un importante sobreprecio. Y también deben revisarse los criterios de actuación de algunos de los comerciantes que se colocan los fines de semana en el portal del Palacio municipal.
Con tanta demanda de espacios comerciales, ya se debería haber implementado un espacio comercial adecuado que se usara en vez de El Jardín y los Portales. Los comerciantes entonces, en lugar de realizar un pago al Ayuntamiento, pagarían una renta por el uso de ese espacio. El orden debe existir y por supuesto, la Ley debe respetarse. Los comaltecos no tenemos duda al respecto.
Y la lista de irregularidades podría continuar, es muy larga. Posteriormente nos ocuparemos de comentar otras muchas, que al igual de las citadas aquí, muestran esas incapacidades de la autoridad municipal. Aquí, hemos comentado problemas de administraciones anteriores y ahora, no podemos permanecer inmóviles. Deseo comentar algo positivo y ni los anteriores ni el actual presidente me han querido brindar la oportunidad de hacerlo. Ojalá pronto podamos comentar alguna acción que nos guste en vez de parecer disco rayado.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.