MÁS ESTADO

¿Qué tan neoliberal es el gobierno de la 4T?

Para responder a esta pregunta estuvieron el 9 de diciembre de 2021 en Perspectivas, uno de los programas de Rompeviento TV (https://www.youtube.com/watch?v=1WLFWOCbPrI&t=46s), los coautores de La economía de la 4ª. Transformación (Juan Pablos Editor, 2021) que abordan en el libro el aspecto neoliberal del modelo económico que sigue la administración federal de López Obrador.

Participaron en esa primera emisión de la serie la coordinadora del volumen Violeta Núñez Rodríguez –profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana y doctora en Desarrollo Rural por la UAM-Xochimilco–, José Gandarilla –economista de la Universidad Nacional Autónoma de México y doctor en Filosofía Política por la UAM-Iztapalapa– y Arturo Huerta –profesor del posgrado en la Facultad de Economía de la UNAM y doctor en Economía por esa misma casa de estudios.

El conductor del espacio Ernesto Ledesma pidió a sus invitados partir de una definición de neoliberalismo, planteando el asunto de la manera más pedagógica posible:

Para Arturo Huerta, “el neoliberalismo implica más mercado y menos Estado. Esas políticas estuvieron presentes a principios del siglo XX y llevaron a la gran depresión de 1929 a 1933. Para salir de la crisis, el presidente de Estados Unidos, Franklin Roosevelt, antepuso el Estado frente al mercado”.

Eso implicó mayor gasto público, control de la moneda por parte del gobierno, regulación del sector financiero, subordinación del sector productivo al Estado y políticas proteccionistas. “Gracias a ellas, crecimos tanto los países desarrollados como los subdesarrollados durante las décadas de los cuarenta, cincuenta, sesenta y setenta”.

MÁS MERCADO

“Sin embargo, cuando vino la crisis de deuda en México y en América Latina, a inicios de los ochenta pasamos a más mercado y menos Estado –sigue diciendo Huerta–. Predominaron las políticas de austeridad fiscal, libre movilidad de mercancías y capitales, desregulación del sector financiero y privilegio de la estabilidad en la moneda. Es lo que exige el sector financiero: estabilidad del tipo de cambio y baja inflación.

“Todas las políticas económicas que venían predominando a nivel mundial desde la década de los ochenta y hasta la fecha, actúan a favor de lo financiero y en detrimento del sector productivo, el cual requiere de un incremento en el gasto público y la demanda, así como de bajas tasas de interés y un tipo de cambio competitivo.

“Como nada de eso se dio, después de haber crecido al 6 por ciento promedio anual en países desarrollados y subdesarrollados, pasamos a crecer menos de la mitad a nivel mundial. El crecimiento se fue a China y, en general, a Asia.

“El gobierno actual ha seguido con las mismas políticas económicas que vienen de la década de los ochenta, es decir, sigue privilegiando más al mercado y menos al Estado, manteniendo la austeridad fiscal y respetando la autonomía del banco central, lo que implica no tener control de la moneda por parte del gobierno.

“Y como ya no puede financiarse con la emisión de moneda, el gobierno tiene que trabajar con austeridad fiscal. Para eso deja de invertir, impulsa un proceso de privatización y privilegia la estabilidad del tipo de cambio en favor de un sector financiero que requiere estabilidad en la moneda del país donde ellos invierten.

“Para estabilizar el tipo de cambio, se establecen altas tasas de interés para que el capital venga y no se vaya. Eso frena la inversión y el crecimiento económico, privilegia una política de austeridad que lleva a disminuir el gasto y la inversión del sector público, así como la participación del Estado en la actividad económica.

“La disminución del gasto y la inversión disminuye la demanda y la actividad económica. Por eso continúa a la fecha el pobre crecimiento que tenemos desde los ochenta. En la economía mexicana pasamos a tener baja inflación desde 1988 a la fecha, porque se estabiliza el tipo de cambio y la austeridad fiscal, que relegan al sector productivo y a la generación de empleo. Y el desempleo se traduce en menores salarios.

“La reducción de la inflación beneficia al sector financiero, basta ver las ganancias que tiene la banca y el mercado de capitales. En cambio, en el sector productivo estamos en un proceso de desindustrialización: hay menos industria a la que teníamos en 1981. Y hemos perdido la autosuficiencia de granos básicos en este proceso de libre comercio que nos lleva a importar más de lo que exportamos.

“Y ahí están las consecuencias, se ha recrudecido la desigualdad del ingreso y la riqueza. El gran capital financiero y el gran capital transnacional y nacional han ganado por esas políticas de más mercado y menos Estado”, sostiene Arturo Huerta.

¿AÚN NEOLIBERAL?

Violeta Núñez recuerda cuando el presidente de la república, al inicio de su mandato, declaró desde Palacio Nacional que el neoliberalismo había muerto. ¿Es verdad? Si no lo es, ¿cómo podemos reconocer el neoliberalismo de la 4T?

“La visión que tiene José Gandarilla del proceso neoliberal en el mundo entero y en México es, en parte, coincidente con lo que ha señalado Huerta. Pero encuentra una sustancial diferencia.

“Si eso lo hubiese dicho Arturo en 2018, yo también lo suscribo enteramente. Evidentemente, el horizonte de la crisis que ha conformado el neoliberalismo es un desafío para cualquier proyecto que se plantee cambiar el escenario económico, la política económica y los motores que activan la estructura productiva, buscando generar una economía con mayor justicia social.

“Cuando el neoliberalismo nace como ideología, corriente de pensamiento o filosofía económica, se liga en sus primeras estructuras a una forma de discurso económico de fines del siglo XIX que incluso llegó a conocer Marx, quien llamaba a sus representantes economistas vulgares, marginalistas o neoclásicos.

“Tiene un segundo empuje en el marco del creciente fascismo en Europa, cuando fue una verdadera oposición a cualquier política administrativa desde el gobierno que intentase orientar la acción pública hacia la justicia social y el reconocimiento de los derechos de los trabajadores. O que apostase por reactivar el mercado interno mediante una política pública estatal y de gobierno favorable al factor trabajo.

“Tuvo una tercera generación muy fuerte, cuando los neoliberales clásicos del primer cuarto del siglo XX emigraron primero a Viena y luego hacia Estados Unidos. Ese siguió siendo su arco de confrontación: la acción del gobierno orientada hacia una lógica de justicia social.

“Por esa razón, el neoliberalismo no consiente un análisis exclusivamente en el terreno de las medidas de su política económica. El neoliberalismo tiene que ser entendido dentro del esquema completo de su marco teórico. Y este incluye un marco normativo y un horizonte de política o de teoría económica. Eso que los economistas llamarían un determinado modelo”, expone la investigadora.

TRES ÁMBITOS

“En ese sentido, el neoliberalismo debe ser debatido en los tres ámbitos: teórico, normativo y político.”

Teórico: “a veces los economistas nos concentramos en el ámbito del modelo o de las teorías de política económica propuestas, pero descuidamos la vinculación de ese modelo con un marco normativo que integre dimensiones éticas, epistemológicas y ontológicas”.

Normativo: “en ese sentido, el modelo básicamente en términos de su marco normativo tiene una visión egoísta de la acción humana competitiva, y no consiente connotaciones que la lleven a conformar una economía y una sociedad orientadas hacia una mayor justicia social. Siempre preferirá el horizonte de la libertad negativa: una libertad de…, no una libertad para…”

Política: “por esa razón, un proceso político que apunta a un horizonte que plantea como principio ético una lógica de ‘primero los pobres’ y abajo los privilegios, coloca el tema de la justicia social como parte de su marco normativo. Y es absolutamente contrapuesto al marco normativo del neoliberalismo.

¿Qué tan capaz sea este gobierno de la 4T de arribar a esas condiciones?, es otra cuestión que tiene que ver con el horizonte nacional y su inscripción dentro de un contexto de crisis internacional”, concluye parcialmente Violeta Núñez.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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