MC, PAN y PVEM en busca de alianzas

Luego de analizar en las dos entregas anteriores la situación en que se encuentran tanto el PRI como el bloque de partidos identificados con la autodenominada cuarta transformación, 4T, ahora el turno corresponde al resto de opciones políticas que sumándose unas con otras, incluyendo al PRI, bajo ciertas circunstancias podrían tener alguna oportunidad de ganar la gubernatura del estado en el 2021.

Movimiento Ciudadano

Es sabido que este partido político en Colima fue concesionado, por así decirlo, al ex panista Leoncio Morán Sánchez, quien después de ganar la alcaldía de Colima, como todos quienes acceden a dicho cargo, se convirtió a priori en aspirante a la gubernatura del estado. Con el control absoluto de lo que sucede dentro y en la periferia de MC, y sin competencia interna que le dispute el control de los espacios de su franquicia, Locho se asumió sin problema alguno como candidato de facto por la opción política que representa.

Con un menor margen de acción para ofrecer resultados debido a la situación económica por la que atraviesa el Ayuntamiento, Morán Sánchez entendió bien que como nunca antes necesita de nuevos aliados para dar la pelea en 2021. Además parece entender que sus arrebatos y protagonismos, más allá de “dar la nota” y ser motivo de escándalo, le generaron algunos saldos negativos y una imagen que no es precisamente la que lo va a llevar a la gubernatura del estado. Quizás por ello se olvidó, al menos por el momento, de la combatividad y el tono agresivo mostrado en el pasado, que por cierto, de manera extraña en ningún momento se dirigió en contra del gobernador José Ignacio Peralta.

De esta manera, con una inusual cordura y con el control absoluto de MC, el alcalde capitalino se esfuerza en entregar buenas cuentas de su actual encargo, a la vez que trabaja para sumar nuevos aliados.

El PAN

Herido de muerte y no solo por la debacle electoral, sino también por las secuelas de las disputas entre los grupos identificados con Jorge Luis Preciado y Pedro Peralta Rivas, el PAN luce con una presencia casi nula en la actual coyuntura. Salvo las propuestas y el trabajo realizado por el diputado local Francisco Rodríguez, que por cierto, ni panista es, este partido está prácticamente borrado del acontecer político colimense. De su dirigente estatal, Alejandro García, solo se conocen sus limitaciones, que no son pocas. De ahí en más, el PAN no existe en Colima, ni para defender a sus correligionarios, hacer eco de lo que digan sus representantes populares y menos para recordarle al gobierno lo que ha hecho mal o ha dejado de hacer.

Los alcaldes Donaldo Zúñiga y Rafael Mendoza están prácticamente aislados y se refugian en sus propias demarcaciones. La bancada panista en el congreso local mantiene un bajo perfil y pese a la experiencia política de Fernando Antero y Gretel Culin, quien sobresale es Francisco Rodríguez García. De los legisladores federales Liduvina Sandoval y Jorge Luis Preciado solo podemos decir que ni por accidente se dejan ver. A esto hay que añadir la diáspora creciente de ex militantes y seguidores producto de las deserciones de Felipe Cruz Calvario y Gabriela Benavides, así como los saldos del desánimo derivado de las pugnas que no hace mucho sostuvieron los grupos de Ricardo Anaya y del ex presidente Felipe Calderón.

El momento actual está marcado por un pacto entre el primo del gobernador, Pedro Peralta y Jorge Luis Preciado, acuerdo al que parece haberse integrado Fernando Antero. La paz aparente, que según comentan fuentes panistas incluye reparto de cargos y candidaturas para el 2021, no ha podido revertir la crisis de credibilidad hacia el partido ni la desvinculación que éste ha tenido de los asuntos que más afectan e interesan a los colimenses. La renuncia de Enrique Michel Ruiz, cuadro emblemático del panismo en Colima, expone la gravedad de la crisis, la cual podría agravarse todavía más si la ruta del panismo está decidida, como sospechan algunos, por una alianza establecida con el gobernador José Ignacio Peralta.

PVEM

A Virgilio le urge ser candidato a gobernador, y sabe, al igual que Leoncio Morán, que para lograr su propósito necesita aliados, pues por sí mismo es prácticamente imposible que pueda vencer a quien sea la candidata o candidato de la 4T. Virgilio es el dueño del PVEM en el estado y desde esa posición se esfuerza por incorporar fuerzas políticas y aliados que lo aproximen a su máxima aspiración. Además de ello tiene a su favor que en los últimos cuatro años el PRI dejó de impulsar nuevos cuadros y que los pocos que había, como es el caso de Mely Romero Celis y José Manuel Romero Coello, se encuentran en una especie de limbo político, alejados del primer círculo priista en el estado.

La estrepitosa y humillante derrota del 2018 de Virgilio Mendoza, quien encabezó la que parece haber sido la campaña política más costosa en la historia de Manzanillo, no fue suficiente para apaciguar sus ansias de poder y olvidarse, después de tan vergonzoso revés, de volver a competir por un cargo de elección popular.

Ante la carencia de cuadros priistas que le disputen la candidatura, aparentemente Virgilio no tendría mayor problema en hacerse de ella. Lo que sí se antoja difícil es que lo sea por el PAN, esto aunque cuente con el respaldo de Pedro Peralta, pues al interior de ese partido aún tienen presente cuando previo a la elección del 2015 Virgilio rechazó ser candidato a gobernador, pues declinó la postulación con el argumento de que no podía competir contra su amigo priista José Ignacio Peralta. Eso es lo que no olvidan los panistas, que Virgilio los dejó colgados por una gran amista que surgió de manera espontánea y que derivó en que  Jorge Luis Preciado fuese el candidato de dicho partido.

Si para los priistas la suma de Virgilio fue una muestra de amistad, para los panistas fue una vil traición, que sin duda se suma a otros episodios de ingratitud que Mendoza Amezcua tiene en su trayectoria política, concretamente hacia Nabor Ochoa y otros políticos porteños.

Es mucho lo que tiene que hacer Virgilio Mendoza para lograr tan ansiada candidatura, y no solo en el aspecto político como brevemente ha sido expuesto aquí, sino también en el aspecto económico, sobre todo porque a diferencia de otras ocasiones, ahora no cuenta con el control de las finanzas del ayuntamiento de Manzanillo.

En cuando a los partidos que se están conformando y el Partido Nueva Alianza, habrá que esperar qué circunstancias los hacen mostrar la fortaleza necesaria para poder influir en los resultados del 2021.

Amarrando Navajas

+ Ahora que los diputados locales suelen blindar ocasionalmente el edificio del H. Congreso del Estado, como ocurre durante algunas reuniones y sesiones del legislativo, valdría la pena que se decidieran a tomar decisiones de fondo que en lugar de orientarse a contener protestas de grupos inconformes, trasciendan en medidas de seguridad que realmente garanticen la integridad de los diputados y del personal que ahí labora. Desde hace tiempo se elaboraron diversos diagnósticos y estudios que ubican la sede del Poder Legislativo en Colima como una de las más vulnerables de todo el país, particularmente en el área del recinto parlamentario.

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