Desde que Michael Moore estrenó su primer documental, “Roger & Me”, en 1989 en el Festival de Toronto, ha buscado empezar el tour de sus películas por ese certamen. Lo hizo de nuevo este año durante la inauguración con “Fahrenheit 11/9”, y el público canadiense le recibió de pie al grito de “¡Michael for President!”.
El cineasta les dio las gracias por existir y por su primer ministro. Y dijo que Canadá sería su refugio si las cosas se pusieran tan feas en Estados Unidos como en la serie basada en la novela de Margaret Atwood, “El cuento de la criada”. “Por suerte aún no”, bromeó.
Según Irene Crespo, que reseñó el estreno para El País, “Michael Moore planta cara a Trump”, el pasado 9 de septiembre, “Fahrenheit 11/9” va “del miedo al apocalipsis a un futuro esperanzador”.
El título de su nuevo filme juega con el del que hasta hoy es su documental más taquillero, “Fahrenheit 11/9”, aquel que dedicó a Bush hijo y a su guerra del terror. En el primero, las cifras son por el 11 de septiembre de acuerdo a la notación anglosajona; en el más reciente, el 9 es por noviembre y el 11 el día en que Donald Trump ganó las elecciones.
“Si la gente espera una película sobre Trump, no lo es”, dijo Moore. Su objetivo, en cambio, es responder a una pregunta. ¿Cómo chingados sucedió esto? ¿Cómo llegó “el bufón de Trump” a la Casa Blanca?
En su habitual tono cómico, Moore señaló primero a una persona que no es Steve Bannon ni Putin… “Es Gwen Stefani”, la cantante de No Doubt. Cuando Trump se enteró de que ella cobraba más como jurado de “La voz” que él en su reality show, “The Celebrity Apprentice”, decidió presentarse a las elecciones como prueba de su popularidad a la NBC, recuerda Irene Crespo.
Ya había amenazado otras veces, “desde 1988”, dice el director, pero esta vez se creció ante el apoyo y el ruido mediático. Sin duda, los medios de comunicación fueron culpables de su éxito, sostiene Moore. Las audiencias se disparaban cada vez que le sacaban en pantalla hablando del muro que iba a construir en la frontera con México.
“Donald J. Trump no cayó del cielo”, escribió el director de “Bowling For Columbine” justo antes del estreno en Toronto. “Era el resultado lógico de una larga espiral cuesta abajo que culminó con uno de nuestros más odiados ciudadanos conquistando nuestra oficina más poderosa”.
Llega justo a tiempo
Observa la enviada de El País que “Fahrenheit 11/9” es la película “con mayor sentimiento de urgencia” que ha dirigido Moore. La ideó tras las elecciones, y en menos de dos años la estrenó en EUA, justo a tiempo de los comicios legislativos para el Congreso federal del próximo noviembre.
“Creo que el estreno de la película será el principio del fin de Trump” -dijo Moore y probablemente no bromeaba- “y quizá, más importante, el posible final del sistema podrido y corrupto que nos dio a Trump”.
En el documental Moore culpa al establishment del Partido Demócrata, por la manera en que trampeó los resultados de la elección de Hillary Clinton frente a Bernie Sanders. Culpa a Obama y su “falsa esperanza”. Culpa a los medios por hacer como hicieron con Hitler, no viendo el peligro que amenazaba -incluso presenta montajes en el filme con imágenes del líder nazi y la voz de Trump-. Y habla de una corriente de permisividad corrupta como la que permitió la crisis del agua contaminada de Flint (Michigan), la ciudad del cineasta. O la defensa incondicional de las armas como derecho que ha llevado a nuevas masacres, como las de Parkland.
“Trump es nuestro Frankenstein y nosotros somos su doctor Frankenstein”, dijo. Aunque por muy fatídico que se ponga -fue de los pocos que, públicamente, vio claro y anunció la victoria de Trump meses antes-, Moore sigue viendo esperanza. Más ahora.
Al final, en “Fahrenheit 11/9” aparece acompañando a los nuevos candidatos al Congreso, como la aspirante latina por el Bronx, Alexandria-Ocasio Cortez, o la primera musulmana en presentarse: Rashida Tlaib por Detroit.
También Moore le da voz a la mujer que filtró los engaños de Flint, April Hawkins, y al grupo de estudiantes que comenzó el movimiento “March for Our Lives”, después de la masacre en su instituto en Parkland. Y sigue la histórica huelga de los profesores de West Virginia, que después se propagó a otros estados.
De hecho, trajo con él a Toronto a algunos representantes de estos grupos, y prefirió que hablaran ellos después de la proyección. Además, llenó la sala de pañuelos rojos, el símbolo del red neck estadounidense, la clase trabajadora, “no porque se les quemara el cuello con el sol, sino por su afiliación sindical”, aclaró. Otro golpe de efecto para su objetivo de acabar con Trump.
Moore se siente confiado: “Fahrenheit 11/9” se estrenará el 21 de septiembre en más salas que ninguno de sus títulos anteriores (1,500 en todo EUA). Y tras el tibio éxito de su anterior filme, “¿Qué invadimos ahora?”, este documental ya lo ha vendido a muchos territorios.
El cineasta no solo tiene un mensaje para sus conciudadanos, sino para todo el mundo, como aseguró antes de entrar en la proyección en Toronto: “Por favor, confíen en que hay millones de americanos trabajando lo mejor que saben para deshacer el daño que Trump está infligiendo al mundo”.
El perfil de un vocero
Para quienes se preguntan de dónde salió el coordinador general de Comunicación Social del inminente gobierno de López Obrador, he aquí algunos datos:
Jesús Ramírez Cuevas es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde estudió para politólogo aunque ese plantel también ofrece la carrera de Ciencias de la Comunicación.
Es reportero desde principios de los 90. Escribió para las agencias Reuters y AP y fue corresponsal del diario La Jornada en Chiapas cuando el auge del movimiento zapatista. En ese periódico escribió también su conocido reportaje de investigación sobre el exterminio gubernamental de “La Liga Comunista 23 de Septiembre”.
También peleó por los derechos homosexuales en el underground mexicano de los años ochenta, según se dice en la reseña que publicó el propio diario que él dirigía, Regeneración.
Fue secretario técnico de Gobierno en el gabinete en la sombra que López Obrador, como “presidente legítimo”, integró tras las elecciones de 2006. Fue secretario de Comunicación y Difusión del CEN de Morena, entre 2012 y 2015. En 2013 comenzó a dirigir Regeneración, el órgano oficial de Morena. Y como presidente de la Comisión de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas, participó en la Asamblea Constituyente que entre 2016 y 2017 redactó la Constitución de la Ciudad de México.
En 2008 Ramírez Cuevas publicó en coautoría con Carlos Monsiváis el libro Ciudad de México. Historia de sus delegaciones. No por nada, cuando AMLO lo presentó como “profesional y confiable”, recordó: “Y como mi pecho no es bodega, les comparto que conocí a Jesús porque me lo recomendó Carlos Monsiváis”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com