MONTAJE EN AYOTZINAPA

“Una parte de la comentocracia y de la oposición ha desestimado el informe de la Comisión de la Verdad presentado por el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, diciendo que no aporta realmente nada nuevo a lo que ya se sabía del caso Ayotzinapa. Y en este nado sincronizado han participado varios analistas, señala Hernán Gómez.

¿Todo esto ya se sabía?, ¿es igual la verdad histórica del entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, que el informe de la Comisión de la Verdad? ¡Claro que no!, exclama el conductor de El Octágono en la emisión del lunes 5 de septiembre de 2022 (https://www.youtube.com/watch?v=tYTQkevod-E&t=1829s).

Ese espacio en La Octava Digital lo dedicó Gómez Bruera al tema de los montajes que los gobiernos anteriores hicieron en colusión con los medios de comunicación. Habló entre otros del caso Cassez-Vallarta y, en lo que respecta al informe de Ayotzinapa, Hernán hizo el recuento de las principales diferencias entre una y otra versión.

SIETE DIFERENCIAS

– Primero, la verdad histórica decía que los estudiantes de Ayotzinapa tomaron los autobuses donde los detuvieron porque, supuestamente, iban a boicotear el informe de la esposa de José Luis Abarca, el entonces presidente municipal de Iguala. En cambio, el informe de la Secretaría de Gobernación (Segob) señala que los jóvenes tomaron los camiones para ir a la manifestación del 2 de octubre en la Ciudad de México. La interpretación de Murillo Karam revictimizaba a los estudiantes, la de Encinas no lo hace.

– Segundo, la verdad histórica decía que la desaparición fue un hecho fortuito. En cambio, el informe dice que las autoridades tenían información de los movimientos de los estudiantes y participaron en su desaparición.

– Tercero, la verdad histórica dice que los estudiantes fueron llevados por la policía de Iguala a la comandancia. En cambio, el nuevo informe dice que sólo fueron llevados los estudiantes de uno de los autobuses, el número 1568. Los del camión 1531 fueron detenidos por policías de Huitzuco e Iguala.

– Cuarto, la verdad histórica dice que los estudiantes fueron entregados por la policía de Iguala a Guerreros Unidos en dos entregas. En cambio, la Comisión dice que esto sólo ocurrió con los estudiantes del 1568, mientras que los demás estudiantes fueron llevados a otros puntos. Hubo, pues, muchas más personas involucradas en la desaparición de los 43 estudiantes de las que aparecían señaladas en la verdad histórica. Los dos últimos puntos dan una versión mucho más apegada a la realidad de lo que habría sido un crimen de Estado.

– Quinto, la verdad histórica dice que la desaparición de los estudiantes fue por instrucciones de El Gil [Gildardo López Astudillo], líder de los Guerreros Unidos. En cambio, el informe dice que hubo colusión de las autoridades civiles, presuntamente José Luis Abarca, con los líderes de Guerreros Unidos que decidieron ejecutar a los jóvenes.

– Sexto, la verdad histórica dice que los estudiantes fueron ejecutados al mismo tiempo y que, después, sus cuerpos fueron quemados en el basurero de Cocula. El informe de Segob lo niega y aclara que a los jóvenes se les dividió en grupos. No todos fueron eliminados al mismo tiempo. De hecho, sobrevivieron seis la primera noche, que fueron entregados a un coronel del ejército quien habría tomado la decisión de ejecutarlos. Este punto le pega directamente a las fuerzas armadas, ésas que según la comentocracia nunca iban a ser tocadas por López Obrador y, como parece, han sido investigadas

– Séptimo, la versión de Murillo Karam dice que tiraron los restos de los estudiantes en el río San Juan. En cambio, el informe sostiene que fueron repartidos en distintos lugares. Además, en este punto se contempla la participación de unos supuestos asesores de México que, se entiende, son funcionarios federales en la desaparición de la evidencia. Y se señalan las responsabilidades civiles.

NO LO QUIEREN VER

En resumen, la verdad histórica de Murillo Karam oculta toda la participación del Estado y presenta una evidencia muy simplificada de los hechos, que atribuye toda la responsabilidad a Guerreros Unidos, mientras que el informe de la Comisión de la Verdad reconoce la participación activa de autoridades de gobierno, locales y federales, incluido el ejército, en el seguimiento, captura, asesinato y desaparición de los 43 estudiantes.

Si esos comentócratas no pueden ver las diferencias entre el informe de Murillo Karam y el presentado por la Comisión de la Verdad, es que honestamente no quieren hacerlo, concluye Hernán Gómez.

Para hablar de estas diferencias, Gómez Bruera invitó a Manuel Vázquez Arellano, diputado federal por Morena, mejor conocido como sobreviviente de la masacre y vocero del movimiento de Ayotzinapa con el seudónimo de Omar García, un alias que adoptó el luego activista y defensor de derechos humanos para proteger su identidad y la de su familia.

CRIMEN DE ESTADO

Tras recorrer el país como promotor de la consulta para procesar a los expresidentes, Omar García fue postulado a la diputación plurinominal aun sin ser militante del partido, porque compagina en gran parte con el proyecto de nación del presidente López Obrador. Hoy se posiciona desde su cargo legislativo en la bancada de Morena que sabe pasajero, y como integrante del colectivo nacional de sobrevivientes de Ayotzinapa. En cuanto al informe de Encinas, comenta:

“La oposición va a demeritar cualquier avance. Si no hubiera nada nuevo en el informe, Murillo Karam no estaría en la cárcel. Como constructor de la verdad histórica, el exprocurador intentó encubrir los hechos manipulándolos o torturando personas para obligarlas a declarar de cierta manera, dejando sentado que mis compañeros habían sido calcinados en un basurero”. Desmentida “por completo esa supuesta verdad histórica, ahora hay órdenes de aprehensión contra otros funcionarios, incluidos militares. Eso es muy importante”.

El nado sincronizado de la comentocracia insiste en que el informe no acredita la comisión de un crimen de Estado, y que pareciera más una bandera política para satisfacer un reclamo social importante, plantea Hernán.

“Hay que acompañar todos estos preceptos. Falta mucho por hacer en México en cuanto a la tipificación de ciertos delitos. A nivel social y en el discurso político se habla de crimen de Estado desde 2014, bajo el argumento de ciertos tratados internacionales, pero falta tipificar ese delito. Y una de las tareas que me impongo como diputado federal para este periodo ordinario es tratar de tipificar los crímenes de Estado porque, ya que no queda claro ni siquiera en un informe de acontecimientos, debe haber un precedente legal para que en adelante la sociedad mexicana tenga claridad respecto a qué es un crimen de Estado.”

VAN POR CIENFUEGOS

¿Qué hace relevante el informe de la comisión de la verdad?

“En primer lugar, a nivel político lo más importante es que asumen el costo que esto implica. Decir que fue el Estado es algo a lo que no se habían atrevido las administraciones pasadas. No sabemos si para protegerse entre ellos o a las instituciones del Estado.

“En segundo, es importante que ya existan órdenes de aprehensión también contra militares que ahora son generales de división. Esperábamos que tocaran a Cienfuegos (el exsecretario de la Defensa Nacional) e incluso al expresidente Peña Nieto por la responsabilidad de encubrir un delito como éste, pero ya veremos.”

¿Hay que llegar hasta el general Cienfuegos?, insiste Gómez Bruera.

“No necesariamente. Para las familias de los desaparecidos y de las otras víctimas, la exigencia es que no se actúe sólo contra mandos menores. También es la posición de muchos de los movimientos sociales, pero no necesariamente la mía. Si bien, tengo claro que Cienfuegos protegió al ejército. Incluso, afirmaba: ‘A mis muchachos no me los tocan’. No tuvo, pues, la apertura para decir: ‘Si nos quieren investigar ahí están los archivos, revísenlos’. Pese a todo, no me siento desilusionado, hay que esperar. A lo mejor, una cosa conduce a la otra”, confía Omar García.

Respecto a las discrepancias entre el GIEI (Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes) y la Comisión de la Verdad, Manuel Vázquez Arellano piensa que “no necesariamente deben ir de la mano. Desde el principio de la investigación, con Peña Nieto, el GIEI era un ente independiente que trabajaba en paralelo. Es obvio que si el gobierno federal en su posición oficial dice una cosa, el GIEI debe cuestionar y aportar nuevas acciones. Que trabajaran juntos tampoco estaría del todo bien, debe haber dos versiones y, en un determinado momento, tiene que haber una sola conclusión en base a las dos o tres versiones que hay”.

AL MATADERO

Gómez Bruera pide hablar de la reacción de la comentocracia: columnistas como Pablo Majluf y Guillermo Sheridan han lanzado la pregunta de quién mandó a los jóvenes a tomar los camiones, una forma de revictimizar a los estudiantes como queriendo decir que se la buscaron. Majluf afirmó en Es la Hora de Opinar que quienes mandaron a los estudiantes a tomar los camiones, los enviaron al matadero.

“Desde hace tiempo se nos ha querido responsabilizar a quienes, como yo, éramos dirigentes. Esas preguntas las hicieron los familiares desde el principio. Y la respuesta es simple: nosotros los mandamos respondiendo a una vieja tradición de lucha, conmemorar el 2 de octubre”.

“Ayotzinapa es una organización estudiantil, tiene su propio gobierno escolar. Los normalistas tenemos conciencia social, sabemos de las realidades sociales. Nadie nos manda, como asamblea tomamos acuerdos, decidimos por mayoría. El comité estudiantil actúa obedeciendo a esta mayoría”, comenta Omar García.

Esos columnistas “claramente tratan de demeritar y estigmatizar al movimiento. Incluso nos acusan de que seamos infiltrados del Ejército. Es un trabajo de personajes que defienden la verdad histórica, tratando de incidir”.

QUE HABLE ZERÓN

Si Israel extradita a Tomás Zerón a México, ¿qué podría aclarar?

“Junto a Murillo Karam, Zerón fue de los principales artífices de la verdad histórica. Junto al ex procurador, obligaron a varias personas bajo tortura a declarar de cierta manera, buscando encubrir a funcionarios y desviar la responsabilidad hacia el narcotráfico y no hacia el Estado. Esperemos que una vez que se logre la extradición, que al parecer está costando mucho trabajo, no pase como con Cienfuegos y no le hagan nada.”

¿Qué más falta, además del testimonio de Tomás Zerón, para resolver el caso?

“Falta saber el paradero final de los muchachos: si realmente fueron reducidos a cenizas, quiénes los incineraron y quiénes lo ordenaron. Falta decidir de qué manera reparar el daño y cómo penalizar a quienes participaron. Falta también que se escuche la voz de los sobrevivientes, porque nos han acusado de muchas cosas. Hay muchas personas en el movimiento social, incluso familiares de mis 43 compañeros, que piensan que nosotros los sobrevivientes somos responsables. Estamos abiertos a que se nos investigue, si es el caso. Y si nos han de responsabilizar de algo, que lo digan oficialmente.”

¿Se va a llegar hasta el fondo en el caso de los militares de alto rango involucrados, siendo que un coronel es responsable de ordenar la ejecución de seis estudiantes que no habían sido asesinados por los sicarios?, pregunta finalmente Hernán Gómez.

“Pienso que sí se va a llegar hasta las últimas consecuencias. Sé de buena fuente dentro del mismo ejército que el presidente dio un manotazo sobre la mesa ante el alto mando. Algunos de los mandos locales en Guerrero, en el 27º. Batallón y otros, no querían entregar los archivos. Como a la vieja usanza, querían darlos de forma selectiva. Encinas tuvo que ver con el presidente la manera de llegar a los archivos. Hay muchas resistencias dentro del ejército, cabe decirlo, pero al final de cuentas se han abierto a dar conocer todo lo que tienen en sus manos y se sepa la verdad de lo que pasó en Ayotzinapa”, concluye Omar García.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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