NACHO Y LOCHO: RIESGOS PARA LA SALUD DE LAS INSTITUCIONES SOCIALES Y PÚBLICAS

Primero hicieron a los despedidos, y ahora dizque andan promoviendo despensas miserables, que no se ve que lleguen a nadie. Es un absurdo, un ejemplo de lo peligroso que son para las instituciones sociales y públicas, para el gobierno. 

Ambos, se ligaron y son varios los ejemplos que  manifiestan que van juntos… juntos hasta en lo errático. Como se verá líneas adelantes y como se demostrará que los electores se equivocaron al llevar a los respectivos gobiernos a estos Fifís convenencieros, incapaces de conducirse con políticas de agenda social, y menos en situación de contingencia.

Insensibles como piedras,  egoístas y  perversos que,  lejos de emprender ajustes en el gasto superfluo de sus potentados miembros de uno de los peores gabinetes estatales en la República -véase el rango casi en el suelo donde se encuentra calificado el gobierno estatal de Peralta, y el descrédito de su segunda era del Locho- arremetieron en sus respectivos ámbitos contra los trabajadores, enviándolos a la desgraciada situación de no poder alimentar a su familia.

Peralta y Locho, es la expresión más acabada de políticos que no entienden el cambio de régimen, y reproducen, ciega y torpemente, las mismas líneas de ejercicio de gobierno que fracasaron en el régimen pasado, y que siguen fallando acá en provincia.

Hay un contubernio, una complicidad política entre el gobierno estatal y el municipal del otro Sánchez, o sea Leoncio Morán. Esta complicidad política no es nueva en estos dos hijos de Sánchez empoderados por sus intereses económicos y políticos, pues se recuerda que, en el caso del alcalde capitalino, que ha venido cegando  dependencias y edificios fundamentales del servicio público, éste llegó al poder por una sistemática guerra mediática impulsada por el periódico del  tío del gobernador Ignacio Peralta Sanchez. Y ahí está la hemeroteca para recordar que el catrincito Locho, supuesto  personaje de una moralidad que no se le encuentra por ningún lado, aceptaba y pagaba favores porque atacaran al  anterior presidente municipal.

Ambos perfilaban el negocio político que creen que van a tener en el 2021. Ingenuos. El pueblo colimense ya no quiere a políticos mañosos, engallados con el poder para atacar las líneas sociales de las políticas públicas, que tanto urgen a los colimenses, abandonados a su suerte y cuyas familias de miles de ellos, son víctimas del atropello de esta dupla de coaligados por conveniencia de sus propios intereses.

¿En qué se parecen? Además del lloriqueo financiero que los une, ambos tienen la misma percepción abusiva y prepotente conque ven el fenómeno social y laboral, lo mismo que la administración pública. Se conducen como si fueran gerentes, hacendados o caciques.

Véase esto:
Recientemente, algunos medios independientes -de los pocos que hay-, por ejemplo Avanzada, publicaron noticias relacionadas con el ataque a los trabajadores que han venido haciendo de manera sistemática y con argumentos insostenibles: supuesta incapacidad de cubrir la nómina, pero ese es un argumento  falso, pues gastan  estos gobernantes inescrupulosos y mediocres disponen de millones para la prensa o en publicidad, y por lo que debieran ser auditados, descubriendo las mañas que se dan para desviar recursos hacia sus precampañas políticas, la de Locho, y la del gobernador Nacho en pro de este mismo alcalde.

Nacho Peralta, gobernador en ocasiones, educado que fue en la peor escuela de las privatizaciones y la ponderación de lo capitalista sobre lo social; amigo íntimo de uno que casi, o en verdad, anda huyendo, como lo es el deshonesto Videgaray;  acudió a una receta tradicional para esconder la mediocridad y la falta de luces para emprender acciones en favor del pueblo colimense. Le echó la culpa al  antecesor, que disque le había dejado un cochinero; y sí, pero en ese cochinero el gobernador actual también fue participe, como  ha resultado de las evidencias de corrupción.

Y además de echarle la culpa a su compañero de partido, corrupto absoluto, Mario Anguiano;  Nacho Peralta se  rodeó de un gabinete fifí, hijos de notables politiqueros y familias colimenses que han vegetado siempre a la sombra del poder priista, como los Leoncios y los Nachos.

Esos juniorcillos  del gabinete, alejados de toda sensibilidad y conocimiento de  lo que son políticas públicas, se encargaron de confeccionar sus gobiernos mediocres, dando tijeretazos criminales en contra de  los y las trabajadoras. Y esto aplica también respecto al gobierno incapaz de Leoncio Moran Sánchez, que a su vez colocó en los cargos no a personas eficientes y eficaces en el servicio público, sino que en su interacción pareció guiarse por la heráldica de apellidos y posiciones o status, o sea, confundió el cargo en su segunda etapa, con una posición de poder para cubrir favores.

Los dos gabinetes, el de Nacho y el de Peralta, se identifican por integrar sus gobiernos con enemigos -cultural y formativamente hablando- de los trabajadores y del servicio público. Y así lo han venido demostrando, y ejemplos hay muchos. Pero aquí, por el momento, tras el recuento de identificación de la lacra  que pare el desarrollo de las políticas sociales, en que se han convertido estos dos gobernantes; quiero rematar señalándolos como enemigos de los trabajadores y como verdugos traficantes  con el dolor de sus propias víctimas, a quien  pretenden llevar despensas miserables que mas bien se convierten en  una burla, tras quitarles el sueldo y retirar del trabajo a los jefes y jefas de familia despedidos.

A  Nacho Peralta, se le atribuye el despido de más de 2 mil trabajadores, a quienes sus operadores aplican una estrategia de terrorismo laboral y sicológico; engañándolos con  la mentira de la re contratación si se desisten de  formalizar la respectiva demanda laboral. Y en esto es vergonzante el silencio cómplice de los dirigentes de los sindicatos de la burocracia estatal y municipal, a quienes les hace falta una capacitación moral y ética more lo que es la solidaridad de los trabajadores.

Locho Morán, incapaz desde el comienzo de su segunda temporada de pseudo político disfrazado de ciudadano, de diseñar un gobierno eficaz y eficiente,  basado en resultados de su propio gabinete de familias;  con la complicidad sindical  se encargó de correr a trabajadores basificados, becarios y por honorarios, que eran los que venían desarrollando un trabajo responsable, y hoy por eso, el gobierno municipal de Leoncio navega en la mediocridad y no ha logrado superar al gobierno anterior,  que ya es decir.

La suma de  despidos de trabajadores responsables y eficientes, que sacaban adelante el trabajo que no han podido desarrollar los dos gabinetes de fifís de familia que  conformaron Nacho y Leoncio; alcanza la cifra de más de 2 mil 500, que hoy se encuentran en el desamparo, pero que mantienen su lucha, sea en el tribunal laboral respectivo o en la manifestación, representados por heroicos trabajadores como las mujeres y hombres que  se manifestaron en la casa de gobierno- con minúsculas.

Es evidente que Leoncio y  Nacho no saben gobernar, o como dijera mi compadre: les quedó la yegua grande.

PUNTO Y RAYA

La Cuarta sí da resultados

Muy diferente es el gobierno de Manzanillo, que sí da resultados y que  ha dejado atrás a los gobiernos  estatal y municipal de Colima. Cuyos titulares han regado el campo de la función pública con lágrimas y oyes lamentosos por supuestamente la falta de recursos. Lo que pasa es que no entienden de prioridades sociales, y ven  la función pública como una carga que debe administrarse con políticas neoliberales de recortes laborales y de programas y acciones sociales.

No se necesita tener educación neoliberal en centros educativos privados o del extranjero, como los han tenido estos dos gobernantes de esta colaboración periodística. Basta con tener honestidad,  responsabilidad social y entrega al servicio público.

La alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martinez, por su gran trayectoria de compromiso de lucha social, y ahora arropada por las líneas  de acción de la Cuarta Transformación impulsada por el gobierno federal;  está logrando una calidad de gobierno que ha superado por grandes distancias náuticas a los gobiernos anteriores del prianismo y verdismo en el municipio.

Desde el inicio de la contingencia, lejos, muy lejos de los desatinos del gobierno estatal y el capitalino; Manzanillo fue puntero en las correctas acciones que demandaba este problema. Inició tempranamente con la entrega de despensas las familias vulnerables, y este lunes arrancó la implementación de comedores populares o comunitarios en el Casino de la Feria.  

La presidenta municipal de Manzanillo, a diferencia de Nacho y Locho, no se puso a llorar por el cochinero que le dejaron las administraciones pasadas, ni a despedir brutalmente a trabajadoras y trabajadores, como  estos dos citados; sino que desde el principio se dedicó a gobernar con gran responsabilidad social y administrativa, y hoy el municipio porteño y su alcaldesa, son referencia nacional de excelente gobernabilidad.

¡Hasta la próxima!

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