“Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”
El autor de esta aseveración, corresponde a un destacado y prestigiado intelectual: Don Nemesio García Naranjo, y jamás al dictador Porfirio Díaz, como algunos pretenden otorgarle la autoría.
En mi juventud, siendo miembro de la Federación de Estudiantes de Colima, recién fundada y miembro activo de la Respetable Logia Juvenil Benito Juárez, asistimos a la conferencia que dictó el Gran Maestro Vicente Lombardo Toledano, dirigente nacional del Partido Popular Socialista, sobre el tema “La profecía”, celebrada en el patio que ocupa el Centro Cultural Colimense de esta ciudad. “La Profecía” versa sobre la estrategia del expansionismo, característica de un país como ha sido y lo seguirá siendo Estados Unidos, y en el caso particular, en esta ocasión invadir y apropiarse de la mitad del territorio mexicano.
Robert Lansimg, Secretario de Estado durante la Presidencia de Thomas Woodrow Wilson en los años 1913 a 1921, escribió “La Profecía”. Debemos recordar que el mencionado presidente norteamericano, fue enemigo acérrimo del “Centauro del Norte” Pancho Villa, a quien persiguió para vengarse de la invasión que hizo a la pequeña ciudad de Columbus, colindante con la frontera norte de México, cometido que nunca logró.
Este histórico suceso ha sido la única invasión que los yanquis han registrado en su vida como nación y como potencia mundial.
Así las cosas, el visionario Robert Lansimg, en su profecía afirmaba: “México es un país extraordinariamente fácil de dominar, pues basta controlar a un solo hombre: el presidente de ese país. Tenemos que abandonar la idea de instalar en la presidencia de México a un ciudadano norteamericano, ya que esto, nos conduciría de nueva cuenta a la guerra.
La solución requiere de mayor tiempo, debemos abrir las puertas de nuestras universidades a jóvenes ambiciosos y educarlos en el modo de la vida americana, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos. Ellos harán lo que nosotros queramos, y mejor y más radicalmente de lo que nosotros lo hubiésemos hecho”.
Yo pienso que nuestra idiosincrasia tiene sus raíces en la secuela de invasiones, racismo, riñas y crímenes cometidos por los encomenderos españoles, respaldados por la iglesia católica, apostólica y romana, a través de la santa inquisición que asesinó a cientos de nativos por supuestas prácticas de ceremonias a sus deidades prehispánicas y por un supuesto ateísmo.
Con el paso del tiempo, nuestros enemigos, los Estados Unidos del Norte, respaldados por los sectores más reaccionarios del país, encabezados por el ex presidente Antonio López de Santa Ana, en reuniones bilaterales con el gobierno y los notables de esa época,llegaron al acuerdo de vender a los norteamericanos más de la mitad del territorio de nuestro país en quince millones de dólares.
Al someterse a la consideración de la Cámara de Diputados, el llamado Tratado Guadalupe Hidalgo, en el año de 1842, los diputados en su totalidad aprobaron en todos sus puntos el infame tratado.
Los quince millones fueron distribuidos entre los legisladores, y el resto se fue a los bolsillos de Antonio López de Santa Ana.
En pleno siglo XXI, el neoliberalismo en contubernio con los partidos políticos más reaccionarios de nuestro país: el PRI y el PAN, designaron como Presidente de la República al analfabeta Enrique Peña Nieto, supuestamente cuadro distinguido del PRI, respaldado por Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y el sanguinario Felipe Calderón Hinojosa, quienes le asignaron un grupo de tecnócratas para que elaborara un proyecto de reforma energética, cuyo tema central fue privatizar la riqueza del suelo y el subsuelo, como los yacimientos petroleros generadores de gasolina y otros derivados, para ofertarlos a los mejores postores de México y de las trasnacionales. Esta puñalada los mexicanos la llamamos traición a la patria.
Los diputados y senadores que representaron a Colima en la LXII Legislatura Federal, electos en forma directa y plurinominal, y que aprobaron irresponsablemente la reforma energética, fueron:
Senadores: Mely Romero Celis, Norma Alicia Galindo Matías, Itzel Ríos de la Mora, representantes del PRI y Jorge Luis Preciado Rodríguez, del PAN.
Diputados Federales: Francisco Alberto Zepeda, Miguel Ángel Aguayo López, Arnoldo Ochoa González, pertenecientes al PRI; Nabor Ochoa López, por el Verde Ecologista; Martha Sosa Govea y Patricia Lugo Barriga, ambas del PAN.
Es de justicia destacar que únicamente cinco diputadas del PAN, entre ellas nuestra paisana Paty Lugo Barriga, fueron las únicas que no aprobaron la citada reforma. Según me comentó Paty Lugo, su argumento para negar su voto fue que esta reforma reforzaría la impunidad y la corrupción que se acrecentaba en nuestro país.
Se rumora que los diputados y senadores que hoy se les conoce como vendepatrias, por su traición al pueblo de México, aumentaron sus cuentas bancarias a seis ceros, con la gratificación que el gobierno les otorgó por su respaldo a la citada reforma.
Ahora que se acercan las elecciones para renovar la gubernatura, alcaldías, diputaciones locales y federales, estamos viendo que los mismos que apuñalaron a México, aspiran sin vergüenza alguna, a ocupar nuevamente cargos de elección popular; no olvidemos que el que traiciona una vez lo volverá a repetir, y votar por ellos sería una grave e imperdonable falta de memoria y de patriotismo de la familia colimense.