No eran periodistas, eran quintacolumnistas del prianato, es decir, soldados pagados para que legitimaran gobiernos corruptos

Esta semana se reveló que los periodistas al servicio del PRIAN recibieron más de mil millones de pesos. Tan solo el historiador neoliberal, Enrique Krauze, del gobierno de Enrique peña Nieto recibió más de 144 millones. El farsante historiador que puso sus servicios intelectualoides para hostigar y descalificar cualquier gobierno social que llegara a gobernar el país; tenía apetito por el dinero de las arcas nacionales públicas. Arruinado moralmente, este seudo historiador, que llamó “mesías tropical” al hoy presidente más querido y legitimado por el país; que agradezca que no hay rencor contra esta caballada o mafia neoliberal.

Y no es el único, Joaquín López Doriga era otro bufón que vendía noticias elogiosas al gobierno, denostando el verdadero periodismo, arremetiendo contra la objetividad, contra la verdad, y ensañándose contra las organizaciones populares y las luchas sociales del pueblo mexicano; también recibía decenas o cientos de millones, para vivir como príncipe, sin trabajar, como parásito. Era este uno de aquellos soldados de la corrupción priista que dijera el dueño de la mentirosa empresa televisiva, el corrupto Emilio Azcárraga. El angelito, periodista embozado de negociante con la información -no se le puede llamar de otro modo- recibió más de 250 millones de pesos mediante empresas suyas o ligadas a él.

Otro, aunque de las ligas menores y a quien se le pagaba millones, es el farsante Ricardo Alemán, un miserable que utilizó el periodismo solo para mentir, obedeciendo las ordenes ciegas de sus amos. Lo usaban -y l gustoso se echaba el collar- como perro de presa contra la izquierda en general.
Peña Nieto gastó en sobornar, acallar, premiar el silencio, darles hueso para que no ladraran, más de 30 mil millones de pesos. Y porque el valiente y patriota gobierno nacionalista, honesto y trasparente que encabeza Andrés Manuel López Obrador, ya no continuó esa tradición corrupta, es que ahora arrecian las críticas desvirtuando la verdad y los éxitos que día a día cosecha el gobierno actual.

Hubo claramente en el antiguo régimen de la corrupción, enormes gastos para mantener silenciada la opinión de esos mozos de medios neoliberales, es decir, de estructuras poderosas de comunicación que sostenían ese mundo de privilegios y de complicidades entre gobernantes deshonestos y empresarios delincuentes, la mafia centrada en la relación de la política y la economía.

Esos que critican al cabecita de algodón, palafreneros de los magnates neoliberales, dan pena; sus argumentos rabiosos en contra de un gobernante honesto que en solo unos cuantos meses ha revertido arraigadas costumbre de la corrupción pública, se basan también en la mentira con que trataban los asuntos del gobierno, esos periodistas y empresarios hoy señalados públicamente por sus montos y sus nombres.
También Federico Arreola, un político metido a periodista que viene desde los tiempos de Colosio, dueño del portal digital SDP noticias, recibió para sesgar la información, casi 155 millones de pesos.

La filtración de esa lista que revela una larga tradición de corrupción de periodistas, va a ocasionar una rabiosa guerra contra el gobierno federal, que de hecho, ya la venían haciendo con moderadas hostilidades, que se convertirán en una guerra contra el gobierno federal. Entre ellos, un periodista con estudios en el oficio en universidades gringas, Raymundo Riva Palacio, quien escribe bien y es capaz con las habilidades del lenguaje, engañar bobos creyendo que su metodología periodística se apoya en fuentes creíbles. No es así. En algún punto tuerce la línea, en contra del gobierno actual, y a favor de la vieja tradición. Este viejo pero poco objetivo periodista, recibió 31 millones, suficientes para pagarse algunos caprichos de confort de vida.

El vulgar periodista Ricardo Alemán, a quienes los panistas idolatran; este angelucho de la corrupción, le significaba al gobierno de Peña Nieto 28 millones, y a la Adela Micha 24 milloncejos.

Por eso se entienden sus rabiosas críticas contra el cabecita de algodón por yodos los medios en donde ofrecen sus servicios deshonestos. Y de ello, los críticos del prianato, ahora distribuidos en varios gobiernos de distinta banderas, no dicen nada, que no sea seguir atacando al gobierno honesto que encabeza López Obrador.

PUNTO Y RAYA
Le llegará la lumbre a los aparejos al gobernador Nachito Peralta. Nos enteramos que las instancias militares nacionales no quieren que el gobernador Ignacio Peralta manche con sus presuntas deshonestidades a la oficialidad del glorioso ejército nacional hoy de paz y en una nueva moralidad de conducta.
Dice una nota de la destacada periodista colimense Heidi de León Gutiérrez, en un reportaje sobre este asunto que lleva ya meses de estigmatizar de deshonesto al gobernador, que “en los archivos de la Secretaria de la Defensa Nacional, SEDENA, no existe ninguna evidencia que acredite que el gobierno de Colima le realizó algún pago económico o en especie a esa institución castrense por los terrenos donde se ubicaba la XX Zona Militar en la Calzada Galván en Colima”.
Y que tampoco se encontró documentación que acredite “las donaciones económicas o en especie que el gobierno de Colima realizó a la SEDENA entre el primero de enero de 2017 y el 26 de febrero de 2019”.
Esta información es muy interesante, por las consecuencias que a estas horas debe estar teniendo en el ánimo del gobernador Ignacio Peralta, que ha de sentirse acorralado por este caso de presunta corrupción protagonizada por él y sus cercanos colaboradores, muchos de ellos con historiales de acusaciones de deshonestos, y que si no están en la cárcel, es porque el PRI todo lo controlaba cuando tuvieron otros encargos, como de posiciones interinas. No dejaron ni para el papel sanitario en los baños oficiales.
El gobernador del estado es uno de los últimos servidores del peñato sumido en el mayor descrédito por el desprecio a la vida pública e institucional. Nacho Peralta es un enemigo de las instituciones de gobierno actuales, y en consecuencia de esa posición suya, sigue terco en seguir atacando los espacios públicos y seguramente promoviendo en ellos negocios oscuros.
En estos momentos hay graves señales de que este mal gobernante ha supuestamente venido los terrenos históricos donde se ubicaba la 20 Zona Militar hasta hace unos meses. Y señal de que sigue aferrado a que se vendan espacios del interés público, es lo que está ocurriendo en el interior de esos privilegiados terrenos verdes.
Pero, también hay un silencio del Congreso, de las barras de abogados, de los institutos que supuestamente trabajan por la transparencia y en contra de la corrupción; por intelectuales y partidos y grupos de izquierda. Parece que han bajado la guardia ante este grave asunto, como la bajaron en atropellos anteriores en espacios del patrimonio público como el parque metropolitano Griselda Álvarez, La campana, y otras obras públicas sobre las que se cierne la sospecha de que fueron habilitadas para obtener ganancias económicas laterales, sin barreras o supervisión fiscal.
Ante tal situación, amerita que en serio, se enfile una investigación a través de la auditoría superior de la federación, Hacienda y el Ejército Nacional, porque hasta ahora, si bien la concha de un gobernante acusado de deshonestidad, no se arruga; el glorioso ejercito institucional en su nueva etapa de moralidad, en sintonía con el gobierno de AMLO, no debe salir manchado por negocios turbios.
¡Hasta la próxima!

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