En un proceso tan competido y con tan altos niveles de participación –no sólo en el número de planillas (cinco), sino de votantes– como fue la elección de secretario general de la Sección 6 del SNTE el 14 de noviembre, era de esperarse que la contienda derivara en un conflicto poselectoral.
Aunque fue diseñada como una etapa más del proceso, pensada para desahogar las impugnaciones y contemplada en los términos de la convocatoria, el reclamo se volvió político cuando la representación del comité nacional electoral se apuró, el viernes 15 de noviembre, a calificar la validez de la elección y declarar ganador a Miguel Rivera Huezo, candidato del dirigente saliente José Jaime Núñez.
No esperaron siquiera a que cerrara el periodo de impugnaciones que es de 48 horas después del cierre de las mesas de votación, para levantarle la mano al ganador. De hecho, el lunes 18, a las 9 de la mañana se realizó en el Teatro Hidalgo la toma de protesta a Miguel Huezo y al resto de los integrantes de la planilla amarilla ‘Unidad y fortaleza sindical’.
Probablemente lo marca así el protocolo (aunque lo obligaría la cortesía política) pero si nos guiamos por las menciones del maestro de ceremonias, al acto acudieron autoridades sindicales (incluido el líder de la Sección 39) y educativas ( “exsecretarios de Educación”), mas no Adolfo Núñez, titular de la Secretaría de Educación y Cultura (SE) en el gobierno de Indira Vizcaíno, ni la subsecretaria Katia Vázquez que, como coordinadora de los Servicios Educativos del Estado de Colima, lleva la relación directa con el magisterio federalizado.
Presumiblemente no asistieron estos funcionarios porque, para la patronal, el proceso electoral en la Sección 6 no ha concluido, toda vez que fueron aceptadas las impugnaciones que presentaron dos planillas: la blanca, encabezada por Carlos Hugo Carrillo; y la naranja, liderada por Cristhyan Joaquín Sánchez Cosío.
Las apelaciones seguirán su curso independientemente de que ya arrancó el nuevo periodo, comprendido del 18 de noviembre de 2024 al 17 de noviembre de 2028. Aunque es secretario general en funciones, en teoría Huezo podría ser removido: hipotético, mas no viable.
Ahora bien, lo que pide la planilla naranja es nada menos que la anulación del proceso. No les serviría de mucho que declarasen inelegible a Huezo, ya que la planilla blanca, ‘La unidad somos todas y todos’, obtuvo más votos que la de Cosío y el triunfo en esas circunstancias sería para Carlos Hugo.
HUELE A ALQUIMIA
El sábado, Cristhyan Cosío al frente de la planilla naranja ofreció una rueda de prensa donde denunciaron “un proceso viciado en el que, sobre todo, no hubo piso parejo” durante la campaña ni durante la jornada electoral.
El representante general de la planilla naranja, Oscar Romero Nava, resumió el recurso de inconformidad entregado el 16 de noviembre ante el comité nacional electoral, señalando que está fundado y motivado en los agravios que la planilla ‘Un cambio generacional sindical’ considera que se dieron durante los comicios seccionales.
En el Título VI, “De Nulidades”, Inciso f), el reglamento señala que una de las causales de anulación es la existencia de irregularidades graves, plenamente acreditadas y de posible reparación dentro de la jornada electoral que, en forma evidente, pongan en duda la certeza del resultado, enfatizó Romero.
Como no queriendo, sugiere Romero, hubo una serie de disposiciones que operarían en contra de las probabilidades de triunfo que tenía Cristhyan Cosío, beneficiando a la planilla amarilla que logró una ventaja de 272 votos sobre la planilla blanca que quedó en segundo lugar, y de 329 sobre la naranja.
La primera de estas irregularidades es que de las cinco planillas que fueron registradas, la suya fue la única en que, como emblema, aparece sólo el lema de la planilla, “Un cambio generacional sindical”, sin el nombre de batalla del candidato: Cristhyan Cosío.
La planilla naranja se inconformó “en tiempo y forma”, dice Romero, pero hasta el sábado no había recibido respuesta a esta petición. Como en la boleta apareció el lema de la planilla pero no el nombre del candidato, muchos electores al no ver escrito ‘Cristhyan’ en ninguno de los recuadros, buscaron en el reverso de la papeleta cuál de las planillas era la que encabezaba Cosío y, en ese espacio, marcaron la cruz. Automáticamente con eso, quedó anulado el voto.
Otra irregularidad consistió en que los directores de planteles que simpatizaban con Huezo no permitieron que entraran a hacer proselitismo el resto de las planillas. Algunos abrieron las puertas, precisa Cosío, pero condicionando el paso a que la plática fuera maestro por maestro, aula por aula, y no de manera grupal.
Eso hizo que las dos semanas que duró la campaña fueran insuficientes para dar a conocer el plan de trabajo de los diferentes candidatos. Los integrantes de la planilla amarilla, en cambio, pudieron realizar verdaderos mítines en cada centro de trabajo.
¿RASURARON EL PADRÓN?
Otra situación extraña es que, en cada una de las asambleas delegacionales electivas, los sindicalizados descubrieron con inquietud que el padrón que manejaban los presidentes de la ADE estaba incompleto, había sido rasurado.
El personal cuyo nombre no aparecía en el listado tuvo tres días para solicitar, en forma individual, una constancia que los acreditase como trabajadores de la educación afiliados al sindicato. Y muchos de los excluidos del padrón general, no lograron completar el trámite.
El comité electoral pretextó que se ajustó al registro que llevan los secretarios generales delegacionales y representantes de los centros de trabajo. Pero el ejercicio más sencillo, dice Cosío, no era cotejar todos esos censos escolares sino solicitar a la SE la información de recursos humanos que tiene actualizada. En ella se ve quiénes son los trabajadores de base, quiénes están como interinos y quiénes laboran por contrato.
Sin duda, la alteración al padrón que más señalamientos causa es la inclusión de esos trabajadores de contrato. Como ellos no tienen plaza sindicalizada no podrían votar y, sin embargo, algunos lo hicieron.
Las planillas inconformes detectaron cachirules en la lista nominal de electores, de la manera más obvia: bastó ver en el pago de nómina a quiénes les descuentan el concepto 58 y a quiénes no. Es la cuota sindical, y el patrón no entera la aportación de quienes no están en el SNTE. Por lo mismo, los de contrato tampoco pueden votar en una asamblea sindical.
No deberían porque, de poder pudieron, se queja Cosío. Muchos trabajadores de contrato, incluso a sabiendas de que no tienen derecho al voto, acudieron a la mesa receptora para descubrir, ¡oh sorpresa!, que su nombre estaba en el padrón. Ese fue el acuerdo, dice la planilla naranja: sufragar por Huezo con la promesa de que serán considerados preferentemente en futuras basificaciones.
Decimos atrás que el litigio ya no es estatutario –aunque el SNTE dice que todavía lo es– sino político. Habrá que preguntar en este esquema donde la planilla ganadora se lleva la mayoría de los cargos y quedan sólo algunas posiciones como cuota de representación proporcional, qué pasará si logran demostrar que el triunfo de la amarilla no se dio en condiciones de equidad y transparencia: ¿las planillas blanca y naranja conseguirán ampliar su cuota de carteras, como ocurría en los acuerdos políticos con el antiguo método de elección?
MITZUKO, PRESIDENTA DE MORENA
Por la exigencia que supone ser diputada local, curul a la que llegó por la vía de la representación proporcional, Dulce Azucena Huerta Araiza dejó la presidencia del Comité Ejecutivo Estatal (CEE) de Morena. Y, por orden de prelación, asume ese cargo la secretaria general del partido Mitzuko Marquéz Monroy.
Dulce Huerta llegó como presidenta interina de Julio César León Trujillo, actual coordinador nacional de Becas para el Bienestar ‘Benito Juárez’ y diputado local de Colima con licencia. Cuando el ex delegado estatal de programas para el Bienestar se integró a la coordinación de la precampaña de Claudia Sheinbaum, dejó vacante la presidencia que había logrado en una sesión del Consejo Político Estatal. La misma, por cierto, donde resultaron electos Guillermo Toscano Reyes como presidente del Consejo y, Mitzuko, en la Secretaría General del Comité.
Ya desde el primer relevo, le correspondía a Mitzuko subir en el escalafón del Movimiento. Sin embargo, era el momento de proyectar a las figuras que han surgido a la política estatal con el gobierno de Indira Vizcaíno. En ese sentido, Dulce Huerta –como Julio León, como Rosi Bayardo y Viridiana Valencia o como Lupita Solís y Eduardo Jurado – es parte de esa generación.
Es hasta este segunda renuncia de la presidente en funciones, que la revolución de las conciencias le hizo justicia a Marquéz Monroy. Por lo demás, es un ascenso bien merecido: Mitzuko ha trabajado esforzada y exitosamente en darle institucionalidad al partido, organicidad a su militancia, fortaleza ideológica a sus simpatizantes y difusión a los principios y estatutos de Morena.
Como afortunada ‘influencer’, Mitzuko sabe usar las plataformas digitales para canalizar sus dotes naturales de comunicadora y pedagoga, explicándole a los colimenses qué es Morena, en qué consiste la Cuarta Transformación o cuál es el sentido profundo de los cambios impulsados en su momento por López Obrador y, ahora, por Claudia Sheinbaum desde la Presidencia de la República.
ENTREPISO DE LA TRANSFORMACIÓN
Mitzuko emprendió también una tarea fundamental para el partido en el poder: explicar las causas y razones por las cuales la administración de Indira Vizcaíno está haciendo realidad en Colima el segundo piso de la transformación.
Por la manera en que el sexenio local va ‘a caballo’ con el periodo de gobierno federal, podemos decir que durante la segunda parte del gobierno de AMLO, Indira inició en el territorio estatal el mezanine (el tapanco, el altillo o el entrepiso) de la transformación.
Mitzuko es una de las publicistas más eficaces de los programas sociales de origen federal y, especialmente, de los propios de la administración indirista. Y en unas redes sociales que encierran el riesgo de caer en la frivolidad para quienes confunden la comunicación política con la imagen pública, Márquez ha sabido combinar amenidad con profundidad.
Con una larga trayectoria en la actividad política que inició como cuadro juvenil del Partido de la Revolución Democrática, caracterizada por su espíritu incansable Mitzuko ha “caminado junto al pueblo, enfrentando luchas que parecían interminables, defendiendo principios y valores que son el corazón de la Cuarta Transformación”, dice el mensaje de felicitación que publicó en sus redes sociales la Secretaría de Formación y Capacitación Política del comité estatal que encabeza Arnoldo Vizcaíno Rodríguez.
“Tu compromiso con la justicia social, la igualdad y el bienestar colectivo ha sido ejemplo e inspiración para muchos. Sabemos que esta nueva encomienda no es sino una extensión de tu profundo amor por Colima, por Morena y por el proyecto transformador que soñamos y construimos juntos”, añade el texto.
Los morenistas de Colima “estamos seguros de que bajo tu liderazgo seguiremos fortaleciendo los ideales que nos guían, y trabajando incansablemente para consolidar el cambio que tanto anhela nuestro estado”, remata.
La secretaria de las Mujeres del CEE, Grecia Navarro, en relación con su cartera celebró que, para la Secretaría General que Mitzuko dejó vacante al ocupar la Presidencia, haya sido electa otra mujer: Celeste Verduzco Rodríguez.
En hora buena la llegada de Mitzuko a la dirigencia estatal.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com