NO FOTOGRAFÍES LA CALLE

En el México de hoy, tras haber vivido en los últimos años conflictos electorales y protestas callejeras, ¿es más peligroso ahora que antes cubrir fotográficamente lo que está sucediendo, incluso para alguien como Pedro Valtierra que ha sido corresponsal de guerra?

La pregunta se la hace Julio Hernández López ‘Astillero’ al fundador y director de la agencia Cuarto Oscuro, en su programa de Radio Centro del 6 de septiembre de 2019 (‘PELIGROSO TOMAR FOTOS EN LA CALLE; por violencia olvidamos a niños y jóvenes: Pedro Valtierra’; https://www.youtube.com/watch?v=0JPcph2pxXk):

“Sí, ahora es mucho más complicado, mucho más riesgoso. Sobre todo porque no sabes quién es peligroso. Hay estados como Tamaulipas o Michoacán donde es un riesgo la actividad periodística, la fotográfica en particular porque con la cámara el trabajo que uno hace es muy evidente”.

Y expone el caso de un fotógrafo en Nuevo Laredo que, en varias ocasiones, “al salir a hacer sus temas” no faltó quién le advirtiera que guardara la cámara, “que estaba fuera de su área”.

“Ya no puedes hacer fotos de la vida cotidiana, como lo hacíamos antes. Ahora los temas son concretos: si cubres una actividad política o un desayuno, al terminar guardas tu cámara y sales.

“Fotografiar la calle es ya imposible. El riesgo de que te maten es alto. Y bueno, ahí están las cifras: han muerto muchos periodistas, muchos fotógrafos, precisamente por ejercer su oficio”.

MÉXICO FUERA DE CUADRO

Julio Astillero coincide con la apreciación: cargar una cámara se ha vuelto peligroso, tanto porque puedes sufrir un asalto –la delincuencia común y corriente quiere robarte el equipo porque es caro– como también por la multiplicidad de factores que pueden estar en contra del periodista.

A lo que agrega Valtierra: “Claro, la delincuencia normal se ha incrementado pero ahora también hay una delincuencia organizada que controla ciertos estados, regiones enteras del país a donde no puedes entrar”.

“Si buscamos fotografías de esos estados, prácticamente no existen. Son paisajes que ya desaparecieron del mapa periodístico, salvo por las notas de los muertos. En esos lugares la actividad periodística se ha visto dañada en los últimos años tanto por la delincuencia organizada como por la delincuencia común.

“De hecho, ya no se puede hacer fotografía tan fácilmente como lo hacíamos antes, en ningún lado. Antes, uno andaba con dos o tres cámaras tomando fotos en cualquier parte. Parecías piñata. Los compañeros de la redacción me hacían la broma de que yo traía cargando una paloma y un perro: así, siempre que tomaba una foto metía al perro o a la paloma en el cuadro.

“Lo cierto es que salías del periódico a las 12 de la noche para irte andando a casa, y de camino podías retratar cualquier cosa. Pero ahora eso es imposible, tienes que salir con tu equipo bien guardado”.

YA TODOS TIENEN CELULAR

“Las circunstancias para los fotógrafos han cambiado. Y, por otro lado, ahora hay más fotógrafos haciendo fotos. Todo el mundo anda con su celular”, comenta Valtierra.

En ese sentido, ¿cómo ha cambiado el escenario de la fotografía con la tecnología digital y, particularmente, con la telefonía celular?, pregunta Astillero.

“Radicalmente, hoy estamos tomando una cantidad impresionante de fotografías. No hay persona que no tenga una cámara. No son teléfonos, son cámaras fotográficas porque muchos de estos celulares tienen buenos lentes y mayor capacidad de resolución. Las fotografías que tomas con ellos las puede ampliar a un tamaño muy grande”.

Cambió muchísimo la forma de hacer foto, enfatiza Valtierra. Y no es que las de antes fueran buenas fotos y las de ahora sean malas. Con la tecnología digital se hace mucho más foto, y el riesgo que los fotógrafos profesionales disparen ahora muchas más imágenes que antes es que el porcentaje de buenas fotos se reduce. Antes no se presionaba el obturador hasta que el fotógrafo estaba seguro de tener el mejor encuadre, el enfoque preciso y la mejor iluminación, con la velocidad de disparo y la cantidad de luz correctas.

“Cambió todo. Antes tenías que revelar los rollos en el laboratorio y mandar la foto a la agencia o a la redacción. Todo eso tardaba horas y horas. A los de mi generación nos tocó hacer esa práctica en las coberturas. Hoy tomas la foto y la mandas casi en el acto. Yo les digo a los fotógrafos de Cuarto Oscuro, ¿qué chiste tiene eso? Puedes mandar la foto, casi casi, antes de que ocurran los hechos”.

Astillero recuerda haber visto en las coberturas a fotógrafos como Valtierra transmitir fotos con aquellos enormes equipos, que eran no sólo pesados sino estorbosos.

“Yo, como todos los fotógrafos de la época enviados, tenía que instalar mi laboratorio en el baño del cuarto del hotel. Ahí revelaba, imprimía y luego transmitía la foto. Se tardaba el transmisor 14 minutos en mandar una sola foto”, confirma Valtierra.

“Cuando yo cuento esto a los alumnos de un taller o en alguna conferencia, los jóvenes no alcanzan a comprender de qué estoy hablando. Imaginan la prehistoria, pero eso ocurría hace 25 o 30 años.

“Te llevaba todo el día salir a trabajar a la calle, llegar a revelar e imprimir tu foto, para luego transmitirla. Eso cambió radicalmente. Ahora los fotógrafos, con el celular y con todos los adelantos tecnológicos, tienen mucha facilidad”.

VOLVER AL REVELADO

Durante la entrevista, Pedro Valtierra tiene en las manos una Fuji con todas las funciones a la vista. “Parece tradicional pero es una cámara digital”. Lo que pasa es que tiene un estilo vintage, precisa el fotógrafo.

¿Y por qué no usa mejor un teléfono celular?, insiste Astillero.

“Tengo mi teléfono celular y lo uso también. Pero mi manera de trabajar es siempre con la cámara. Me siento seguro con ella. En el teléfono haces fotos, quedan bien y el tamaño es correcto, pero nosotros estamos hechos a la antigua y uno necesita su camarita.

“Incluso, de vez en cuando necesito tomar fotos también con rollo. Todavía hay película. En la fototeca de Zacatecas tienen mi laboratorio que yo dejé en comodato, porque ahí se dan talleres de fotografía y procesos antiguos. Se usa el laboratorio para que los jóvenes, sobre todo los que están empezando, sepan un poco de dónde venimos, de dónde viene la fotografía, como una manera de formar, de educar, de orientar.

“Todos los que damos esos talleres necesitamos de vez en cuando tomar un rollito para revelarlo y no extrañar tanto el viejo oficio, porque sí se establece una relación distinta con la fotografía tradicional”.

LA MIRADA DE VALTIERRA:

Pedro Valtierra nació en Fresnillo, Zacatecas, en 1955. Según Astillero, es una presencia permanente en la cobertura visual de los hechos noticiosos e informativos más importantes de nuestro país. Si sus ojos fueran un archivo de fotografía en ese banco de imágenes podríamos encontrar los momentos sustanciales de lo que ha pasado en nuestro país.

Fueron compañeros reporteros: Julio para el tecleo y Pedro para la fotografía. En el oficio periodístico, compartieron grandes momentos, recuerda el conductor y director editorial de Radio Centro.

Valtierra dirigió la agencia Imagen Latina; fue fundador, organizó y fue jefe de fotografía de La Jornada; junto al maestro Miguel Ángel Granados Chapa dirigió la revista Mira; en junio de hace 33 años creó la agencia de fotografía Cuarto Oscuro y, en 1993, la revista del mismo nombre.

En sus más de tres décadas de estar registrando la vida política, cultural y deportiva del país, Cuarto Oscuro acopió el archivo fotográfico más grande y más organizado de este país de todos esos temas. Guarda alrededor de 600 mil negativos perfectamente clasificados. Y desde finales del siglo XX, cuando se acabó la foto análoga, han acumulado más de siete millones de imágenes digitales.

Valtierra fue corresponsal de guerra en Nicaragua, cubrió el levantamiento del Frente Polisario de la República Árabe Saharaui Democrática y los movimientos guerrilleros en Guatemala, El Salvador y México.

Recibió el Premio Nacional de Periodismo en 2014 y 2016, el premio de adquisición en la Bienal de Fotografía de Bellas Artes en 1980 y 1984, el Premio Rey de España a la mejor fotografía noticiosa internacional en 1998 y la medalla al Mérito en Artes que otorga la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, entre otros reconocimientos.

Hace fotoperiodismo desde 1972, profesionalmente desde 1975. Trabajó en El Sol de México bajo la dirección de Benjamín Wong, luego en el diario unomásuno y, en 1984, fue de los fundadores de La Jornada.

“Son muchos años de oficio y aquí estamos, aunque ahora ya no con el mismo dinamismo de estar en la calle. Pero tenemos una agencia que sí tiene ese dinamismo y estamos registrando, como siempre desde la independencia, todos los acontecimientos políticos de este país”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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