El culebrón alrededor de la aprobación que Peralta necesita del Congreso para contratar deuda, no ha acabado. Sin embargo, en amplias capas de la sociedad, pero sobre todo entre los morenos y simpatizantes cuatroteístas, ya ha dejado indignación la traición de los diputados Toscano y Anguiano.
Desde el principio de la Legislatura, la bancada de Morena y de los otros partidos que integraron la coalición Juntos Haremos Historia, no ha funcionado adecuadamente, como tampoco se ha dado en otros lugares. Los hechos que han sucedido en el Congreso de la Unión confirman mi dicho. Desde antes de asumir sus responsabilidades, nuestros distinguidos diputados fueron amablemente capacitados (amaestrados, pensarán algunos) por el Gobierno del Estado y por la Universidad de Colima y si revisamos la lista de los capacitadores podemos entender la devastación que causaron. Desde aquellos momentos, algunos pensamos, pero en qué cabeza cabe… Y sin embargo, se dio.
Hablar de un dominio cuatroteísta en nuestro Congreso a través de una simplista suma de los integrantes de su bancada u origen partidario, es un engaño. Muchas veces la votación de la bancada ha sido mixta y las mentiras de varios diputados han sido constantes. Quizás ninguno se ha desprestigiado tanto como Toscano, al grado que muchos colimenses se alegraron con la mentira que circuló como noticia de su supuesto contagio por Covid.
Los hechos recientes dejan al descubierto, una vez más, la manera defectuosa con la que se realizó la selección de los candidatos. Varios diputados no deberían haber sido candidatos y eso, visto desde el momento mismo en el que fueron seleccionados. Alguien deberá dar la cara para explicar el trasfondo de las decisiones tomadas y, en su caso, señalar alguna posible mano negra. Varios de los seleccionados no estaban convencidos de la necesidad de transformar al País, sino enamorados del poder y deseosos de convertirse en integrantes de una nueva casta. Sus votos en el Congreso y su comportamiento, así los describen.
Ahora, estos individuos deben ser expulsados de la fracción, y no debe haber miramientos. Para qué se les quiere como integrantes si votan según les ordenan personajes que profesan posturas contrarias a la 4T. Para qué se les quiere si lo que buscan es vender sus votos al mejor postor y eso no va con la 4T, que jamás les comprará uno. No por dejarlos fuera de la fracción habrá menos votos a favor de las iniciativas cuatroteístas, pues ellos no votarán a favor de ninguna iniciativa que favorezca al pueblo. Es comparable a la expulsión fallida y posterior renuncia a la fracción morena, de la senadora sonorense Lily Téllez. Habrá que reconocer que más que el que deban irse ahora, es que jamás debieron estar.
Tener claro el proceso de su nominación, evitará que se cometa un error similar al seleccionar los candidatos para el proceso del año que viene. Y si hubo mano negra, tendrán que buscar mecanismos que impidan que vuelvan a intervenir quienes lo hayan hecho tres años antes. Esos también son traidores a la 4T, y tendrá que averiguar el órgano de justicia partidaria, si procede la expulsión del Partido. Si una práctica no debe permitirse es la traición. Evidentemente, en este asunto, puede entenderse que algunos han traicionado al pueblo, aunque no a sus ideales.
Habría que suponer que cualquier representante popular de la 4T debe tener claridad meridiana del interés general y siempre apoyar las iniciativas que tiendan a su defensa. Ni Toscano ni Anguiano tienen capacidad para entender ese concepto y, evidentemente, muchos otros tampoco.
El que junta estas letras, supone que el proceso de selección estuvo viciado y que privaron ideas pragmáticas, cuando el pragmatismo se prohíbe expresamente los estatutos partidistas y su práctica se castiga con la expulsión del Partido. Eso también debiera ser motivo de las revisiones del órgano de justicia partidista. Morena nació para ser un partido distinto a los otros, no para ser un partido tan marrullero como los demás.
Si mis deseos fueran obsequiados, pudiera partirse de una mejor selección de candidatos, una que garantice no sólo el triunfo en las elecciones, sino resultados reales y efectivos del proceso legislativo y por supuesto, del hacer en el caso del gobierno del Estado y de los municipales. Que haya un acompañamiento real a los procesos de la cuarta transformación. Material para hacer una buena selección de candidatos lo hay, y bien identificados con los principios y programas del Partido. No pueden ni deben equivocarse otra vez, deben seleccionar a sus mejores mujeres y a sus mejores hombres.
Esto no es un asunto de esas dicotomías falsas que nos quieren vender como polarización. Hay un concepto que debemos tener en cuenta siempre y es el interés general. Ese dice que hay prioridades y que las finanzas públicas deben ser transparentes y alejadas de la corrupción. La deuda, desde ese punto de vista no se justifica. También la reprueba el deseo y la desconfianza del pueblo y si eso no parece suficiente, habrá que contestar una pregunta básica ¿cómo se pagará? La solicitud debiera contestar esta pregunta y el razonamiento del Ejecutivo debiera ser una de las bases que avalará el Legislativo pues seguramente, la aprobación del empréstito debiera implicar otras medidas como ajustes tributarios que garantizaran el pago del servicio de la deuda nueva y además de la ya adquirida. No es oponerse a su aprobación o a su rechazo de manera dogmática o caprichosa.
Peralta siempre se las ha arreglado para salirse con la suya y por eso es arrogante y petulante. Ha tratado al Legislativo siempre, como su inferior y ha adquirido los votos necesarios para cumplir con sus caprichos. Toda comparecencia ante los diputados ha resultado en el maltrato a los legisladores. Se ha negado a rendir cuentas y ha tratado de mostrar una superioridad de la que carece. De ese modo no se puede tener una relación de colaboración con un poder al que la Constitución otorga facultades que no puede desconocer el Ejecutivo. ¿Qué trata de provocar Peralta? Que lo desconozcan. Pareciera que ese es su objetivo. El escribidor llegó a pensar que eso buscaba Arnoldo Ochoa para hacerse del Ejecutivo como tanto lo ha añorado y como sabedor que era respecto a que jamás podrá llegar por el voto popular. Ahora creo más bien que ese maltrato es porque Peralta se siente superior a los diputados y piensa que son sus sirvientes, y como siempre, ahora encuentra que la mayoría, lo son.
Ojalá esta telenovela termine de otro modo, pero todo parece indicar que Peralta se saldrá con la suya, una vez más.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.