¡NO SE HAGAN BOLAS!

Así dijo el innombrable hace algunos años y así deberíamos decirles a tantos políticos, seudo políticos, aprendices de políticos, textoservidores, sicarios mediáticos y otros ejemplares del bestiario local que un día sí y al siguiente también, hacen o amplifican declaraciones estridentes alrededor del proceso electoral en curso. Son engañosos, mentirosos, ruines y dignos de muchos calificativos más. 

Todos, salvo los del PRIAN quieren erigirse como los verdaderos cuatroteístas y para que creamos que lo son, intentan descalificar a Morena y a los morenos. Atrás de muchas declaraciones se observa la amargura de quien las hace. Ahora se han sumado al coro general, las huestes del PT con sus niños héroes Joel Padilla, César Farías o Guillermo Toscano, quienes por razones que este juntador de letras no entiende, el pueblo conoce como Joel Pandilla, César Estafarías y Guillermo Toscuino. Estos personajes parecen desesperados porque bien saben que deben a Andrés Manuel sus triunfos electorales y no a sus propios méritos o a sus inexistentes fortalezas. 

El PT posee a nivel nacional, indiscutiblemente, más de una figura apreciable y congruente, pero por lo general, han otorgado su apoyo a López Obrador porque es su gran proveedor de votos y últimamente se han distanciado porque, ambiciosos como son, intentaron vender muy caro su amor a la 4T. La fuerza propia del PT, sólo le alcanza para perder el registro y los políticos petistas colimotes han preferido apoyar al gobernador antiamlo, porque allí pueden obtener prebendas y beneficios de esos que la 4T combate. Es decir, no son congruentes ni confiables. 

Padilla ya se sentía despachando frente al Jardín de la Libertad porque repitieron hasta el cansancio que sería candidato de una potencial alianza con Morena y su candidatura sería producto de una cuota partidista. Es decir, desde entonces aceptaban su carencia de méritos propios. Virgilio pensó lo mismo después y supuso que sería una cuota para el Verde. Y sus calculadoras fallaron. Petistas y Verdes colimotes han cañoneado permanentemente esa 4T de la que ahora quieren erigirse como sus auténticos representantes y defensores. Dicho de otro modo, no son congruentes ni confiables, como ya se dijo. 

Toda su campaña mediática responde a un guión escrito al norte de la ciudad de Colima y padece un defecto básico, creer que Morena no existe en Colima y que ni siquiera tiene a quienes entregar sus candidaturas y eso es un craso error. Creen que sus votantes no existen porque Morena no ha podido organizarse. Pero sus votantes son reales y se ubican en todos lados, incluso al interior de sus búnkeres, como en los Cendis o la Universidad José Martí, porque en esos lugares cobran mucho a unos y pagan mal a otros. Es decir, no cuentan ni con la lealtad de los suyos y no obtendrán ni siquiera esos votos dizque cautivos. Y lo saben bien. 

Las encuestas han marcado una fuerte intención de voto para Morena aún cuando no se sabía quién o quiénes podrían ser sus candidatos y los políticos tradicionales no han creído que eso sea verdad porque quieren ver a esos votantes potenciales de Morena, formados como si se tratara de soldaditos, como en las épocas del antiguo PRI monolítico y prefieren pensar que todavía existe el voto duro de ese partido. No se han dado cuenta que los tiempos ya cambiaron y que Andrés Manuel tiene una base social sólida que ha sido forjada durante muchos años de congruencia y que ésta se ha mantenido y hasta ha crecido desde que ocupa la Presidencia, porque ha cumplido sus promesas de campaña, lo cual se ha traducido en una fortaleza, al contrario de lo que sucedía con gobiernos anteriores. Por eso, si quieren encontrarlos, deben entender que están por todos lados, inclusive, junto a ellos, insisto.

También han desarrollado el mito de que a López Obrador le interesa ganar la mayoría de la Cámara de Diputados y no le importa quienes ganen las gubernaturas y eso tampoco es cierto porque su partido, obviamente, nominó a su candidata. Una cosa es el partido del Presidente y otra, los partidos afines al Presidente. En opinión del juntador de estas letras, más de un partido se dice afín al Presidente no porque lo sea, sino para apoyarse en su popularidad y que les consiga algunos votos. No es lo mismo ser que parecer o parecerse. Dicho de otro modo, no es lo mismo un medicamento de patente que un genérico y menos todavía, que un similar. 

Ser cuatroteísta es diferente a decirse cuatroteísta. Quienes lo son, han mostrado congruencia a través de sus actitudes y en su caso, de sus votos en los congresos en los que actúan. Cuando se carece de congruencia se presume serlo, deseando que los demás lo crean, y cuando alguien realmente lo es, no tiene que decirlo, pues los demás, lo saben y lo reconocen. 

Las máximas cuatroteístas de no mentir, no engañar y no robar difícilmente se pueden aplicar a un cuatroteísta falso. Además, he de insistir, no hay ser humano más despreciable que un traidor y muchos de ellos, lo son, porque está en su naturaleza. 

Los que participamos por convicción en la formación de Morena, también por convicción, allí nos mantenemos y sin arrojarme una representación que nadie me ha otorgado, sino hablando a título personal, les digo que no formamos el Partido para encumbrar traidores ni oportunistas, sino al contrario, para impedir que se encumbren. Y seguro estoy que muchos morenos comparten lo que dicen estas letras. 

Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.

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