La boda de César Yáñez con Dulce Silva generó la semana pasada un curioso ejercicio de metaperiodismo. Se hicieron reportajes y columnas a propósito del tratamiento que la prensa le dio a un acontecimiento que antes cubrieron los propios medios de comunicación.
Especialmente se abordó en espacios periodísticos la manera en que el evento (la ceremonia religiosa y el banquete) fue difundido por la revista ¡Hola! México, publicación canónica de la prensa rosa en nuestro país aunque existan versiones nacionales del semanario español como Caras y Quién.
“Ventana para ‘celebrities’, realeza europea, actores, deportistas y famosos, todos asistentes a subastas de arte, exclusivos eventos deportivos, pasarelas organizadas por diseñadores de fama mundial, o bien sus versiones vernáculas, la revista ¡Hola! México es ya la favorita de la clase política que, en el sexenio que termina, hizo costumbre lucirse en su portada”, señaló Proceso en el reportaje de Arturo Rodríguez García, “La boda de Yáñez, un desliz aristocrático en el entorno juarista” (No. 2188, 7 de octubre de 2018).
Desde los primeros párrafos, la publicación se lanza con todo en contra de Yáñez, exvocero de López Obrador y anunciado coordinador general de Política y Gobierno:
“Ahora, en pleno periodo de transición”, ¿¡Hola! es la primera publicación “en exhibir el glamur de la élite lopezobradorista que asumirá el poder el próximo 1 de diciembre”.
La portada de la edición 609 de ¡Hola! México -que empezó a circular el pasado jueves 4, aunque está fechada el 11 de octubre- “muestra a plana entera a la pareja de César Alejandro Yáñez Centeno Cabrera y Dulce María Silva Hernández sobre un fondo rosa en el que se sobrepuso, justo atrás del hombro derecho del novio, la fotografía del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller. El presidente electo, como testigo principal del enlace”.
No me casé yo
Reseña Proceso que ¡Hola! cabeceó la cobertura diciendo que: “Entramos a la celebración de la que todo el mundo habla”. Y puso abajo en la portada “la foto de un grupo femenino con vestidos rojos lleva este pie: “Las ocho mujeres del momento reunidas en el aniversario de Benito Santos”. Se trata de ocho actrices de telenovelas que usan atuendos del diseñador jalisciense, quien -se indica en la parte dedicada a la boda- fue quien confeccionó los tres vestidos de la novia para las etapas de la ceremonia”.
Subraya Proceso que: “El pasado 29 de septiembre, a dos meses de que López Obrador asuma la Presidencia de la República, su inseparable colaborador César Yáñez acaparó la atención de medios de comunicación, menciones y comentarios en redes sociales, reconvenciones de simpatizantes de Morena y abiertas descalificaciones por una boda cuyo costo se calculó entre 10 y 13 millones de pesos”.
Y anota el semanario que apenas empezaba a amainar “el vendaval de críticas” cuando ¡Hola!, “con imágenes notablemente posadas y evidente acceso preferencial a la pareja, dio cuenta de la celebración y provocó que el mismo jueves 4, de gira por Morelos, el presidente electo fuera cuestionado al respecto”.
AMLO ha fincado gran parte de su discurso político en su “austeridad republicana”, enfatiza Proceso, “y, aunque en la campaña lo repetía a diario para referirse a los privilegios de los gobernantes y sus colaboradores, en las semanas que siguieron a la elección presidencial se convirtió en el eje de su propuesta de reducción salarial para los altos funcionarios que en estos días se ha usado en su contra, tanto como la expresión coloquial que dio pauta para que la prensa y las redes sociales denominaran el enlace de Yáñez como la ‘boda fifí’”.
Joder a los amigos
Federico Arreola, uno de los hombres que más impulsó a López Obrador en la elección presidencial de 2006, glosa en su portal SDP lo dicho no sólo por Proceso sino por el periódico Reforma y otros analistas como Vianey Esquinca (en Excélsior) y Álvaro Cueva (en Milenio).
Del semanario, no omite que es en parte propiedad del consejero jurídico de AMLO, Julio Scherer Ibarra. No obstante lo cual, Proceso “le dedica cuatro notas simple y sencillamente terribles a la boda de César Yáñez; desde luego, terribles para el presidente electo de México”, apunta Arreola.
Según Federico, Proceso advierte: “Un desliz aristocrático en el entorno jurista”. Asegura que: “Ni los morenistas se atreven a defenderlo” (a César; si bien, nos recuerda Arreola en un portal que originalmente se llamó El Sendero del Peje y hoy es parte del conglomerado de Televisa, que “la gota que derramó el vaso no fue la boda en sí misma, sino su difusión en 19 páginas de la revista ¡Hola! más la portada”.
El semanario comenta también: “La novia, un compendio de escándalos y contradicciones”. Pero Arreola lee con cuidado la nota y concluye que Dulce María Silva “fue una perseguida política que estuvo injustamente en la cárcel; pero, ni hablar: Proceso tienen que ser fiel a su naturaleza y jode por joder en la cabeza del escrito firmado por Gabriela Hernández”.
Y como el semanario reseña que hubo un: “Delicioso festín para la prensa internacional”, cuando Arreola pensaba que solo The Guardian y El País se habían ocupado del asunto fuera de México, el columnista tiene que admitir que “también lo hicieron el New York Times, Washington Post, BBC Mundo, las agencias AP, Reuters y EFE y hasta Russia Today”.
Finalmente, Arreola da su opinión sobre las notas y la portada de Proceso: “Qué maravilla que alguien tan ligado a la revista que será absolutamente crítica con Andrés Manuel -el mencionado Scherer Ibarra, hijo y heredero de uno de los fundadores del semanario- trabaje tan cerca del presidente electo. La prensa debe ser jodona inclusive con los amigos”.
Urge control de daños
A lo dicho por Reforma en su columna editorial “Templo Mayor”, Arreola responde:
“El diario Reforma sigue duro y chingue a AMLO por cualquier cosa que haga. Si ayer los editores de este periódico se pasaron de fifís al cuestionar al presidente electo por haber comido en Las Mañanitas, de Cuernavaca, hoy vuelven al tema de la boda…”
Quizá López Obrador ya no considera a las redes sociales tan “benditas” como las veía antes, sugiere Reforma, porque “los usuarios -detractores y simpatizantes- estallaron tras la portada” del ¡Hola!, especialmente por “la presencia en el fiestón del tabasqueño y su esposa, Beatriz Gutiérrez”.
“Templo Mayor” afirma que “el deslinde de AMLO -dijo para eludir las críticas: ‘no me casé yo’- enojó más a los tuiteros que le recordaron sus spots de campaña, en los que criticaba ‘el derroche, la ostentación y el mal ejemplo’…” Y matiza Reforma que el “influyente periódico británico The Guardian” traduce fifí a sus lectores como ‘snobs’.
Para Arreola, en respuesta a “Templo Mayor”, “la boda fue un evento privado pagado con recursos privados de la novia, que es empresaria… pero lamentablemente se ha convertido en una seria crisis para Andrés Manuel, que no contaba con que iba a ser a causa de fuego amigo -involuntario, desde luego, pero dañino- el primer gran golpe que iba a recibir”. Ni hablar, “el presidente electo necesita llevar el control de daños bastante más allá de simplemente decir que él no fue el novio”.
La forma es fondo
A Álvaro Cueva, quien básicamente sostiene que esto no es un escándalo por una boda, “esto es serio”, Federico Arreola objeta con sorna:
“Pues, de plano, que si Juárez no hubiera muerto ya habría aparecido no pocas veces en la revista ¡Hola! que también llega a dar espacio a los verdaderos héroes. En nuestros tiempos de la frivolidad nadie se salva”.
Sin embargo, con Vianey Esquinca que literalmente pide a los funcionarios del nuevo gobierno esconder los relojes caros, los trajes de marca y los automóviles de lujo, Arreola coincide:
“Concluyo lo mismo que la columnista de Excélsior: que estas reglas de comportamiento deben hacerse extensivas a ‘a los familiares cercanos, sobre todo, cónyuge, hijos e hijas’ de todos los que trabajan cerca del presidente López Obrador. ‘Hoy más que nunca, la forma es fondo y debe hacerse todo lo necesario para honrar el discurso de cambio de López Obrador’”.
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