OBJETIVO #BOA: ACABAR CON LAS PENSIONES Y LA AUSTERIDAD

La derecha cayó en la trampa del presidente Andrés Manuel López Obrador. Con la revelación de un plan para aglomerar a todos los anti-cuatroteístas del país (cosa que pudo haber mantenido en reserva), le acuñó nombre y apellido al adversario que intentará frenar la Cuarta Transformación del país. A falta de una figura  líder como oposición a la 4T, varios de los que participan en el golpismo son los que presumieron y se impusieron este mote, lo que representó un triunfo para la estrategia propagandística del mandatario.

Tal vez no entendieron que la revelación que hizo AMLO del plan maquiavélico en su contra, era en realidad con la intención de enjaular, encasillar, todos esos golpes que se habían gestado de manera independiente desde los partidos del viejo régimen, y algunos nuevos, como MC, también desde los medios conservadores, y desde los organismos empresariales que aún responden a la visión económica del prianato.

Y es que el mote de “La Mafia del Poder” ya es extemporáneo. El que ostenta el poder es el propio presidente, y la mafia del régimen anterior sigue atacando, desde trincheras a veces visibles, a veces ocultas, por lo que la jugada de AMLO fue visibilizarlos y señalarlos. López Obrador, con ese gran instinto comunicacional y propagandístico, necesitaba asegurarse que sus adversarios estuvieran en un solo saco, pues eso también abonará a que sus seguidores entiendan que deben navegar con toda la intención de mantener a salvo el proyecto transformador que lidera. O estás o no estás.

Caídos en la trampa, el proyecto #BOA solamente terminó por confirmar en un dossier lo que ya todos sabíamos: hay gobernadores muy molestos porque ahora es mal visto gastar estrafalariamente, porque los recursos importantes no están pasando por sus arcas, y porque tienen miedo de que, en las próximas elecciones, la figura del Ejecutivo se pinte de 4T en su entidad, como pudiera ser el caso de Colima.

También es evidente la molestia de los sectores de la derecha por los apoyos sociales que otorga AMLO, los cuales han sido elevados a rango constitucional, a pesar de la negativa de los partidos del viejo régimen. Para ellos, apoyar a los más humildes, a las personas que deberían estar jubiladas, pero que el viejo sistema no lo permitió, así como las becas escolares y los apoyos a los personas con discapacidad, son un gasto innecesario, pues además, el control de ese presupuesto está fuera de su ámbito, siendo eso imperdonable.

El reclamo de los golpistas es que se hacen obras “inútiles”, aunque pareciera que la verdadera molestia es porque el Tren Maya se hace en el sureste, no en Monterrey, por ejemplo; la molestia es porque el nuevo aeropuerto evidencia que se pueden hacer obras funcionales sin ser ostentosas, y la refinería demuestra que podemos ser un país con autosuficiencia energética, algo que también da al traste con las antiguas costumbres y creencias económicas.

Así que la intención del #BOA, evidenciada ya formalmente, es quitarle a Morena el control del Congreso federal, para “reconducir las políticas económicas”; o sea, eliminar los apoyos a la gente y acabar con la austeridad republicana que ha logrado que los funcionarios ganen sueldos terrenales, en lugar de salarios de magnates, aunque instituciones como el INE se nieguen a ponerlo en práctica.

También, buscarán a toda costa sacar a AMLO de Palacio Nacional. Y es que si para 2022, el arropo social sigue siendo palpable como hasta ahora, la derecha corre peligro de que en 2024 se le dé continuismo a la Cuarta Transformación, lo que supondrá el fin de muchas de las malas costumbres que mantuvieron a México como un país de noveno mundo, por ejemplo, el hecho de que cualquier empresario podía en el pasado ser condonado de pagar impuestos. Ahora el presidente los ventila en La Mañanera y manda a cobranza, para vergüenza de muchos.

Como lo dijo en la conferencia matutina de ayer el presidente AMLO, posiblemente sea mejor que el #BOA termine representando todo el combo de partidos conservadores, y su partido termine aglutinando todos los movimientos progresistas. Aunque sí habrá una ligera diferencia; AMLO es la cabeza indiscutida de la 4T, y los golpistas seguirán trabajando como el monstruo de las mil cabezas hasta que aparezca una figura que tenga el peso político de plantársele a AMLO. Eso aún no ha sucedido.

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