Oposición y tecnócratas, como pollos descabezados 

Ante los grandes aciertos que en materia de gobernabilidad está teniendo el presidente Andrés Manuel López Obrador, que por todos los medios y en las 24 horas los siete días de la semana ataja a los agoreros del desastre nacional, que cruzan los dedos para que el país fracase; la oposición se asemeja a un pollo descabezado, dando pataleos y brincos toscos, sin coordinación física, ya no digamos intelectual, y era previsible ese comportamiento, pues el 1 de julio pasado, quedaron derrotados totalmente los partidos tradicionales, y con ello, inició la desbandada, pues, vivían de las prerrogativas, de la burocracia de partido.

Desacuartelados de sus centros de operación política, vitaminados con los recursos públicos que les correspondía por el número de votos, ahora en situación cuasi raquítica, los adversarios de la cuarta transformación, andan queriendo reagruparse, aunque con ello muestran ese desmembramiento político. Ahora el partido reaccionario por origen, el PAN, anda siendo merodeado por zopilotes carroñeros que se quieren quedar con la membrecía, y se placean entre sus militantes en fuga; esas aves carroñeras son Vicente Fox y Felipe Calderón, que andan cazando al zopilotillo Marcos Cortés, que gusta de los moches.

El PRI trae de dirigente a una cuasi viuda a la que le mataron a miembros de su familia, y sin escrúpulo anda con la cantaleta de que ese partido volverá a hacer daño a la vida nacional, quiera el ciudadano que eso nunca vuelva a suceder. Y de ahí en más, incluso un partido que se ostenta de Ciudadanos, anda escenificando escenas terribles de corrupción, por ejemplo, en Guadalajara, y aquí en la zona metropolitana, sus dos exponentes principales, parecen monaguillos falderillos del gobernador del estado, con quienes muchos analistas ya asocian con miras a una alianza por la próxima gubernatura.

Lejos de formar los partidos de oposición y sus paniaguados, analistas o seudo, de la vida periodística y política nacional, pero también aquí en el estado de Colima; una posición crítica, objetiva, de estrategia acertada para cuestionar a la cuarta transformación; andan también desarticulados y no atinan a enfilar críticas con sello propio, sino que dirigen los ataques con las líneas nacionales que enfilan los tecnócratas neoliberales; o haciendo resonancia de la inercia de la violencia que le heredaron al actual gobierno progresista, ordenado y responsable socialmente, que representa Andrés Manuel López Obrador.

Es una oposición con seudoanalistas perversos y rabiosamente mentirosos, muy enclenque, que así no representa ningún riesgo para el avance triunfante del gobierno social y patriótico de Andrés Manuel López Obrador, quien, si hoy mismo fueran las elecciones, volvería a triunfar, con más votos.

Esos agoreros que repican los fallidos cálculos de los hijos de la OCDE y personeros de las trasnacionales y de la corrupción pública del pasado régimen oprobioso del prianato y de Peña Nieto; andan difundiendo que ese organismo, nido de neoliberales deshonestos, vaticinó que el crecimiento descendió del 2 por ciento anual al 1.6 por ciento. Mentirota perversa, calculo reaccionario. Cuando la verdad es que las expectativas nacionales, la fortaleza del peso, la esperanza y el ánimo de los empresarios honestos, de los sectores intelectuales, profesionales; de las organizaciones democráticas de los sectores sociales y productivos; son de la mayor esperanza y optimismo.

Y ese optimismo tiene en el top de la vida pública nacional, al más grande representante, que resume la honestidad, la capacidad, el conocimiento de la historia nacional, de la geografía social; que conoce las necesidades de la gente, y las mañas de los corruptos neoliberales para hacerles frente: es el presidente Andrés Manuel López Obrador, querido por el pueblo mexicano, y apreciado por pueblos y gobiernos nacionales, a grado tal de que lo candidatean al premio nobel de la paz.

Hace un día, ese optimismo se proyectó de nuevo, y el presidente de los mexicanos, atajó a los agoreros de la desgracia nacional, que se han refugiado como asesores de empresas corruptas, y que están ocupando cargos en los organismos fracasados en sus cálculos dizque de orden económico, como la OCDE. Estos malandrines, que han medrado en los gobiernos de la corrupción, desde Miguel de la Madrid hasta el de Peña Nieto, han decretado la baja de las expectativas de crecimiento, que más tardaron en decirlas, que López Obrador en deshacerlas y desenmascarar sus tendenciosas proyecciones.

Claro que va a ver más crecimiento que el 2 por ciento, y que será del 4, porque, respondiéndoles con una palabreja predilecta de esos serviles tecnócratas, dijo el presidente que ya no hay la “variable” de la corrupción; y que hay más confianza en el país, que en los 36 años en que esosseudo-organismos de orden financiero, estuvieron mintiendo con proyecciones que jamás se comprobaron, porque en los años de la obediencia de los gobiernos mexicanos a las recetas de la OCDE y el Banco Mundial, NUNCA hubo crecimiento. La movilidad económica fue absolutamente falsa, ni creció el país, ni las personas tuvieron los beneficios de la oferta económica.

Es una pena que los críticos contra la cuarta transformación, sean inconsistentes, precarios en su calidad de análisis, y que de sus mentiras brote más materia estomacal que luz intelectual. La historia ya los está juzgando.

PUNTO Y RAYA

Griselda Martínez congruente y con gran liderazgo. El 1 de mayo, Día del Trabajo, fue una fecha histórica en la vida pública y la política en Manzanillo. Tras largos años de ser obsecuentes los gobiernos con un ritual en el que desfilaban los líderes charros y los gobernantes aliados de los patrones, al lado de los trabajadores; es decir, los verdugos y los cómplices que mantienen a los trabajadores en el abandono, en el desamparo.

La presidenta municipal de Manzanillo, congruente y solidaria con las luchas de los trabajadores, decidió no refrendar un ritual donde los verdugos y sus cómplices, desfilaban con los trabajadores; optando mejor por asistir junto al pueblo no para festejar un ritual de esa naturaleza, sino para captar las demandas de los trabajadores. Y recibió grandes aplausos de las trabajadoras y los trabajadores a su paso.

Antes del desfile, Griselda Martínez dio un mensaje sobre su determinación de no asistir al balcón a refrendar con su presencia, un ritual donde los líderes charros y los verdugos de los trabajadores, se colaban. He aquí un extracto:

“Rendimos memoria a quienes defendiendo su dignidad como trabajadores, sacrificando sus vidas, dejaron para las generaciones futuras, un ejemplo vigoroso de lucha y de honor, me refiero a los héroes caídos y apresados en Cananea, Sonora, y Rio Blanco, Veracruz.

Felizmente, llegó a nuestra Nación un nuevo gobierno, que enarbola todas las banderas de la mayor trascendencia social y patriótica; cuyo jefe nacional, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, declaró el cese de una tradición servil y perversa de anteponer a la dignidad de los mexicanos y en particular de los trabajadores, las reglas de un brutal y salvaje capitalismo.

Desde Manzanillo, apoyamos los grandes esfuerzos que encabeza el presidente, convocando a los trabajadores y las fuerzas productivas para avanzar en un desarrollo económico sustentable, basado en el manejo responsable y con gran sentido nacional, patriótico, de la riqueza energética, los recursos naturales, las playas, las carreteras, los bosques y montañas y, sobre todo, apoyado en la fuerza de trabajo que representan millones de jóvenes, de obreros, campesinos, jornaleros que aún viven y sufren las condiciones perniciosas del viejo régimen de la corrupción y el charrismo sindical.

Es mi propósito dejar claro que nuestro gobierno es aliado de la clase trabajadora, que en Manzanillo tiene la mayor representación, y por ese respeto que tenemos a su dignidad y su espíritu solidario con el pueblo, no podemos avalar el ritual falso de un sistema político que se convirtió en verdugo de los trabajadores, y que lejos de propiciar con acciones públicas mejores condiciones para sus familias, se afanaban en seguir los formularios neoliberales para reducir sus conquistas y derechos.

Es también un acto de congruencia personal, de la lucha histórica que desde la izquierda hemos sostenido con muchas organizaciones y sectores sociales y políticos vinculados al sindicalismo libre. Y no podemos fallarle al pueblo. Se trata, efectivamente, de un cambio de régimen, y que, como lo dice nuestro presidente, no somos lo mismo que los del viejo régimen corrupto, que se apropiaba de la pasarela del 1 de mayo, obligando a los trabajadores a seguir esta costumbre que no tenía resonancia legal para mejorar sus condiciones de vida.

Este próximo 1 de Mayo no saldré al balcón municipal, a atestiguar un ritual que “celebra”, entre comillas, el Día del Trabajo, y donde se acostumbraba que los gobernantes y los líderes charros y patronales marchaban con los trabajadores, evidenciando así el control corporativo que afianzó al viejo régimen de la corrupción, oprimiendo a los trabajadores. El 1º de Mayo no es una fecha para festejar nada, sino la gran ocasión para el pueblo de México y sus trabajadores de reflexionar sobre la importancia del sindicalismo y la solidaridad de los trabajadores con los estudiantes, con los campesinos, con los artesanos y con el pueblo en general”.
¡Hasta la próxima!

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