En memoria de Armando Castañeda Morfín
“¿Periodismo para qué?” Es provocadora la cuestión que se planteó en uno de los coloquios que formaron parte de las actividades del Festival Gabo 2019, llevado a cabo del 2 al 4 de octubre en Medellín, Colombia.
“El periodismo, con frentes abiertos en todo el mundo, resulta más necesario que nunca para dar sentido a una información fragmentada. En tiempos de crisis y de gran incertidumbre en las democracias, narraciones profesionales que informen e integren a las sociedades se convierten en indispensables”.
Este diagnóstico los compartieron el miércoles 2 de octubre la periodista mexicana Carmen Aristegui, la directora de El País, Soledad Gallego-Díaz, y el brasileño Pedro Doria, editor del digital Meio y columnista de los periódicos brasileños O Globo y O Estado de São Paulo.
Moderado por Jaime Abello Banfi, director general de la Fundación Gabo que Gabriel García Márquez creó en 1994 para promover el periodismo en Iberoamérica, el debate se basó en la experiencia de los participantes.
La directora y presentadora del programa de entrevistas que lleva su apellido en la cadena CNN en español, y conductora del espacio informativo matutino que Radio Centro difunde desde el año pasado en una alianza estratégica con Aristegui Noticias, fue la primera en contestar a la pregunta:
“El periodismo es una herramienta esencial e insustituible para una sociedad que requiere estar informada. Así que preguntarse periodismo para qué, equivale a preguntarse respirar para qué, pues la comunicación es algo esencial. El periodismo es una parte consustancial de los ciudadanos”, opinó la informadora.
PARA FORMAR CIUDADANÍA
Según la crónica de El País (‘El periodismo como esencial herramienta para la sociedad’, 2 de Octubre de 2019: https://elpais.com/sociedad/2019/10/02/actualidad/1570051559_572367.html)–, Carmen Aristegui citó a varios de los redactores presentes entre el público que, en sus palabras, son en sí mismos la mejor respuesta al cuestionamiento inicial: ¿Periodismo para qué?
Para la periodista que perdió su espacio en MVS Radio por encabezar la investigación de la casa blanca de Peña Nieto, el periodismo sirve para “investigar la dictadura de Pinochet, como lo ha hecho la chilena Mónica González” o “para hablar de [Jair] Bolsonaro [presidente de Brasil] y no tolerar cosas que no se pueden tolerar en una sociedad”. O es “periodismo para denunciar, como lo han hecho en Nicaragua, las atrocidades que viven”, abundó.
Por su parte, Soledad Gallego-Díaz se mostró convencida de que el periodismo es “el único instrumento capaz de formar ciudadanos”. El periodismo aporta contexto, comprobación y ofrece información, no la mera noticia.
«Eso hay que hacerlo con instrumentos profesionales”, y más aún en una etapa como la actual atravesada por una gran incertidumbre internacional, añadió la directora de El País.
Redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter sirven como instrumentos de comunicación, pero no son periodismo, incidió la directora de El País.
Para Gallego-Díaz, “noticias falsas han existido siempre. Lo que es nuevo es que no se producen de manera esporádica o no intencionada. Ahora es una estrategia de desinformación, que lo primero que necesita es desprestigiar el periodismo”.
POLÍTICOS A LA MEDIDA
Pedro Doria, en su turno, puso como ejemplo de los desafíos actuales que afronta el periodismo la campaña que llevó a Bolsonaro a la presidencia de Brasil.
“La técnica fue esencialmente fragmentar la información”, recalcó. De esa manera, cada brasileño que lo votó se decantó por un Bolsonaro distinto.
El debate se detuvo también en la crisis de las democracias y en el papel de los grupos tecnológicos en la situación que atraviesan los medios:
“Bolsonaro y otros políticos quieren convertir a los medios de comunicación en su enemigo; tenemos que luchar contra eso”, advirtió con preocupación Gallego-Díaz.
Políticos y partidos deben enfrentarse a otros políticos y partidos, no a los medios de comunicación. A ello se añade la enorme capacidad de un escueto grupo de empresas tecnológicas para controlar la información y, eventualmente, acabar con el periodismo, que tiene el deber de contribuir a formar a la población en un momento en que tiene más herramientas que nunca para su trabajo, comentó la periodista española.
“Si solamente lees lo que te interesa, no te enteras”, enfatizó Soledad Gallego-Díaz. “Necesitamos grandes medios capaces de hacer frente a esos grandes grupos tecnológicos”, remató.
REDES Y DATOS PERSONALES
Carmen Aristegui habló también en su intervención del papel de las empresas tecnológicas y el uso que hacen de datos personales de los ciudadanos: “Si hay algo grave para las democracias es la apropiación de la información personal de los ciudadanos y el uso que les dan las grandes corporaciones”.
Sin embargo, existe hoy una “accesibilidad a la información de la propia sociedad que no existía hasta hace poco. Eso hay que celebrarlo y hay que cuidar que no se ponga en riesgo ese valor fundamental. La red es nuestra”, aseguró la periodista mexicana.
TRABAJAR CON LA REALIDAD
La práctica del oficio y lo que sucede, esto es, la realidad, es la materia prima del Festival Gabo. Como escribió Gabriel García Márquez: «periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad».
Con la presentación de las mejores historias de Iberoamérica y una reflexión sobre qué contar y cómo contarlo, «venimos a celebrar la razón de ser del periodismo, la vocación», resumió Jaime Abello Banfi.
Se programaron en esta séptima edición del Festival Gabo diálogos en torno a los retos de los reporteros, a la ética, Venezuela y la lucha contra la censura, la corrupción que corroe América Latina, la Amazonia o la tecnología.
Para seleccionar a los ganadores de las cuatro categorías del concurso, los 53 jurados realizaron tres rondas de eliminación hasta dejar 12 finalistas de entre mil 730 postulaciones recibidas:
– En la categoría Texto, ‘La sangre nunca fue amarilla’ (Cuba), un reportaje que reconstruye un caso de envenenamiento con plomo en un vecindario de La Habana. Hubo que cuestionar al sistema de salud de la isla desde el periodismo independiente, lo que ameritó un arduo y sólido proceso de verificación, que tomó año y medio de investigación, tres meses de escritura y otro semestre de fact checking.
– En la categoría Imagen, ‘America First: El legado de una redada migratoria’ (Estados Unidos), documental de 42 minutos del equipo de Univisión Noticias Digital que revela los efectos devastadores de estos operativos, a través de la historia de una redada masiva ocurrida hace 10 años en Postville, Iowa.
– En la categoría Cobertura, ‘El país de las dos mil fosas’ (México). El proyecto que contó con el apoyo de Quinto Elemento Lab, requirió sistematizar y analizar documentos públicos. El grupo de periodistas independientes que realizó tan extenso trabajo, no solo contó las historias de las víctimas, también permitió identificarlas visualmente al crear un mapa nacional de fosas clandestinas en México, cavadas durante la llamada guerra contra las drogas entre 2006 y 2016.
– Y en la categoría Innovación, ‘Mujeres en la vitrina, migración en manos de la trata zonadivas.info’ (México – Venezuela), otro ejemplo de trabajo colaborativo. Durante un año, el equipo de periodistas de seis medios en dos países investigó la trata de mujeres en México y Venezuela con un formato audaz: utilizando una interfaz que emula a uno de los sitios principales de prostitución de la región, pensado para estimular el deseo de clientes.
Durante la premiación el segundo día del Festival, también se entregó el Reconocimiento a la Excelencia Periodística al fotoperiodista Jesús Abad Colorado, y el Reconocimiento Clemente Manuel Zabala a “un editor colombiano ejemplar” para Luis Enrique Rodríguez, director del servicio alterno de Caracol Radio.
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