PERIODISMO POCO SERIO

Con gran pesar por el fallecimiento de don Juan Trillo.

¿Sigue habiendo un periodismo serio en nuestro país?, les pregunta Julio Hernández López ‘Astillero’ a los moneros (José) Hernández y (Antonio) Helguera, compañeros suyos en La Jornada y conductores de El Chamuco TV que se transmite por TV UNAM y Canal 22.

Para Hernández, lo sigue habiendo “pero ya tiene bastante rato que junto al periodismo serio hay un periodismo no muy serio, al que podemos considerar un periodismo desacertado, bastante engañoso, con toda la intención de desinformar”.

Este periodismo engañoso lo “ha habido siempre, pero ahora ha llegado también a medios que generalmente eran serios. Medios con prestigio pero que ahora están intentando desinformar”, con noticias falsas, sesgadas, y también con comentarios y opiniones malintencionadas.

Helguera coincide en que ha crecido la tendencia a ese periodismo bufo, mentiroso. “Y las redes ayudan mucho a eso, pero además veo cosas que me sorprenden y me alarman. Por ejemplo, el periódico Reforma renunció al periodismo. Ahora es un instrumento político de Claudio X. González y algún otro grupo empresarial. Es un ariete para golpear. Ya no es periodismo lo que se hace ahí”.

Y en el otro extremo, sigue diciendo el caricaturista, “veo a Notimex que hace unos días me hizo realmente enojar con esa especie de video-nota sobre el tema del Fonca [Fondo Nacional para la Cultura y las Artes]. Encontré mala fe, falta de profesionalismo en la información, realmente me sorprendió el ánimo de linchamiento y desinformación”.

Para los autores de la página de humor Mono Sapiens que se publica cada semana en Proceso, “medios que antes se considerarían serios, santuarios del periodismo serio, ahora hacen cosas bastante cuestionables”.

APERTURA EN LOS MEDIOS PÚBLICOS

Entrevistados en la segunda emisión de Radio Centro Noticias en la 97.7 de FM, por el nuevo director editorial de ese grupo radiofónico, Hernández y Helguera se rehúsan a señalar un medio en el que nos podamos “informar bien”.

Como consumidores de información, comenta Hernández, lo que tenemos que hacer es “buscar información en varios lugares y contrastar esa información”.

En las redes sociales es muy común encontrar una nota que hace algunos años habríamos dado por buena inmediatamente. Pero ahora, incluso aunque vengan de medios “lo que tiene uno que hacer es dudar” y, antes de difundir, retuitear o reenviar, comprobar la información porque bien puede ser “una media verdad o una mentira absoluta”.

Afortunadamente, también se está dando una pluralidad que no había antes. Hay espacios como este de Julio Astillero, que no había hace algunos años. Están La Jornada, la revista Proceso, El Chamuco TV y otros espacios que se han ido abriendo y son por lo menos plurales, señala Hernández.

La conversación ocurrida el 22 de junio de 2019 se puede encontrar en YouTube, bajo el título ‘Se abren espacios en medios públicos para nuevas voces y se desata la histeria: Hernández y Helguera’ (https://www.youtube.com/watch?v=K06Y6zXSz1c).

HISTERIA DERECHISTA

Julio Astillero pregunta si los medios públicos han ido avanzando en esta etapa de la comunicación social, o si “estamos cayendo en los vicios clásicos: rendir tributo al gobernante en turno y aplaudir las acciones de la administración en turno”.

Helguera refiere a Carlos Fazio, quien estuvo como invitado en El Chamuco TV la semana anterior, “un viejo periodista uruguayo, ahora mexicano, quien se ha especializado en estudiar lo que él llama la uniformidad mediática”.

Fazio ha documentado cómo el capital, especialmente en el periodo neoliberal, concentra, monopoliza los medios de comunicación e impone ahí a las voces que dan la línea, que difunden las noticias y la opinión. Son una sola voz. Es el mismo mensaje aunque con diferentes voces y con diferentes estilos.

La uniformidad mediática es un fenómeno mundial, pero en México era muy claro el control de los espacios: todas las voces aquí eran siempre las mismas –fuera radio, televisión o prensa escrita, con las mínimas excepciones.

“Ahora se está prestando la oportunidad de que se rompa esa uniformidad mediática, que se abran espacios para voces que antes no tenían proyección en tele ni en radio. Y aquí estás tú”, le dice a Astillero.

“Pero, entonces, empieza a desatarse una histeria en contra de esta apertura. Se habla que somos gente enviada por el gobierno para aplaudirle, porque el león cree que todos son de su condición. Así eran quienes ocupaban los espacios en su gran mayoría, pero los que ahora tenemos oportunidad de acceder a medios que antes estaban cerrados para nosotros, tratamos de hacerlo con la mejor calidad posible. Claro, le ponemos nuestro punto de vista.

“Pero además estamos hablando de espacios mínimos: El Chamuco TV es media hora, una vez a la semana, o una hora en el caso del programa de La Maroma Estelar (con Hernán Gómez y Carlos Ballarta) en Canal Once, que en una pocas emisiones se volvió célebre [entre otras cosas por una parodia de la analista Denise Dresser].

“Se ponen histéricos cuando todavía esas voces de las que yo hablaba, siguen adueñadas de muchos espacios en los medios, sigue siendo un discurso muy uniforme. Se empieza a abrir, pero es nada más una rajadita. Sigue estando copada la opinión y el manejo noticioso en la mayoría de los medios.

“Ha habido apertura nada más en los medios públicos, pero en los privados sigue copada la noticia y la opinión”, sostiene Helguera.

NADIE LOS HA CORRIDO

También para Hernández, “en los medios públicos no es que haya habido una sustitución de unas voces por otras, supuestamente a favor del gobierno en turno, sino que simplemente se abrió el abanico de voces.

“Las otras voces siguen estando ahí. En Canal 11 siguen estando María Amparo Casar, Macario Schettino o Ezra Shabot, y hasta donde tengo entendido siguen manteniendo sus espacios. Simplemente se abrió la posibilidad que entraran voces distintas.

“Me parece bien que se abran los espacios públicos para que realmente haya una pluralidad y no que sea solamente el discurso oficial que, en este caso, terminó por ser discurso anti-oficialista.

“Llama la atención que quienes han criticado nuestra participación en realidad buscan descalificarla, diciendo que solamente aplaudimos al gobierno. Pero es gente que no conoce nuestro trabajo realmente, no ha visto el programa ni ve nuestros cartones.

“Hace unas semanas, en redes sociales me exigían que hiciera un cartón con ciertas características, diciendo que no tenía los tamaños para hacerlo, cuando ese cartón lo había publicado un par de semanas antes”.

RUGIDOS Y GRAZNIDOS

Por cierto, les pregunta Julio Astillero, ¿cómo les va con las redes sociales, con toda esta fiebre de opiniones a favor o en contra de todo?

Helguera dice que hace tiempo entendió que “la red, sobre todo Twitter, no es un espacio de discusión útil. Poca gente tuitea con serenidad, aportando alguna reflexión. Más bien está copada la plataforma por los rugidos, los graznidos y los eructos”.

En una entrevista de Reporte Índigo le preguntaron a Helguera “si no se estaba gestando un clima en el que los caricaturistas sintieran la necesidad de autocensurarse por tantas críticas en las redes. Y la verdad es que si te dedicas a esto y te asusta lo que te dicen en redes, te equivocaste de profesión. Sin embargo, cada vez tuiteo menos y entro muy poco a Facebook porque ya no me retribuyen mucho las redes”.

Es un ambiente “lleno de irracionalidad. Y se llenó de bots y de troles, de campañas pagadas. Muchos de esos que critican nuestro trabajo ni siquiera es gente, son troles que aparecen cuando en un cartón aludo por ejemplo a Felipe Calderón. Por eso sí les creo a los que dicen que el ex presidente tiene una granja de troles”.

Para Hernández, ese es uno de los objetivos de estos ejércitos de usuarios reales o no: cansar a algunas voces que hay en Twitter. “Y sí funciona, te llega a fastidiar y entonces decides no participar tanto. Con eso consiguen por lo menos bajar la actividad de una de una voz que puede ser crítica”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com. Esta columna también se puede leer en: www.carvajalberber.com y sus redes sociales.

 

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