Colima destaca cada vez más entre las entidades de la Federación: Mantenemos el primer lugar en homicidios, obtuvimos el primer lugar en fútbol sub 17 y tenemos medalla de plata en discriminación (solo detrás de Puebla). Lo indeseable es que nos distinguimos más por lo malo que en por lo bueno. Y eso, solo con resultados de los últimos días.
Este nuevo registro en el cual destacamos, deriva de los resultados apenas dados a conocer por el INEGI y corresponden a la Encuesta Nacional sobre Discriminación, ENADIS, levantada por esa Institución y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, CONAPRED, entre agosto y octubre del año pasado, para medir esa variable. Los resultados (que se pueden consultar en línea en la página del INEGI) son reprobables pero interesantes y el cuadro de honor lo integran Puebla, donde los porcentajes de discriminación alcanzan el 28.4 %, Colima con el 25.6 %, Guerrero, 25 %, Oaxaca, 24.9 % y Morelos con 24.4 %. En la otra punta, la mejor, aparece Nayarit con una prevalencia de 13.1 % que, aunque es muy alta, resulta envidiable para las demás entidades.
La apariencia fue el motivo más importante de rechazo, con una tasa del 56.5 %, la forma de hablar aparece en segundo lugar, alcanzando el 27.7 %, después, la edad con 26.9 %, las creencias religiosas con 24.8 %, el lugar donde vive la persona, con 21.7 % y la clase social con 19.7 %. Los grupos más rechazados son encabezados por el de los discapacitados que alcanzaron 25.1 %, los indios con 20.3 %, los no católicos con 20 %, los jóvenes menores de 30 años; 16.3 % y los viejos, 16 %.
El 39 % de las sirvientas dijo que por ese motivo se les negó injustificadamente algún derecho o servicio, como también lo consideraron el 29.2 % de los indios, el 25.8 % de las mujeres, el 24.8 % de los viejos, el 23.8 % de los no católicos y el 15.7 % de los jóvenes, y muchas veces, eso sucedió en oficinas públicas, lo cual resulta más preocupante. Por otro lado, la percepción de los discriminados es que el motivo por el que son rechazados es el siguiente: Por ser viejos, 61 %; por ser mujer, 58.8 %; por ser discapacitado, 58.3 %, por profesar otra religión, 41.7 % o por ser indio, 40.3 %.
Algunos indicadores, resultan alarmantes: El 71.9 % de los encuestados respondió que se respetan poco o nada los derechos de las personas trans, 65.5 % de las lesbianas y los gays, 65. 4 % de los indios, el 62 % de las sirvientas, el 58. 4 % de los discapacitados o el 56.8 % de los viejos y el 56.1 % de los negros.
Los colimenses somos muy clasistas, eso ya lo sabíamos, y nos hablamos, por ejemplo, de la alta aristocracia para referirnos a un pequeño, pero aspiracional grupo de personajes porque nos parece poco llamarles simplemente aristócratas. Otra expresión, pero esta es de Oaxaca (otro de los estados distinguidos en este aspecto), donde llaman yope al que es indio entre los indios.
Las cifras nos muestran que hay un camino muy grande por recorrer. Debemos empeñarnos en ser tolerantes e inclusivos. Ningún mexicano debe ser discriminado por otro bajo ninguna circunstancia o por ningún motivo. Todos debemos caber en nuestra Patria y nadie debe negarnos los derechos que nos corresponden y que la Constituciones, las leyes y tratados internacionales nos reconocen. La igualdad es fundamental para la buena y sana convivencia.
¿Cuántas veces hemos escuchado esa expresión que da nombre a la presente columna? Seguro estoy que muchas y seguro estoy también que muchos de los pocos lectores de esta columna la han dicho. Sobra decir que es producto de la intolerancia y denota discriminación. Bueno fuera no escucharla más, ni referida a ese grupo, ni a los colectivos integrados por los indios, por los viejos, por las mujeres o por quienes menos tienen. Por otra parte, esos resultados muestran la poca eficiencia de las labores de la CONAPRED. Ojalá en el futuro gobierno haga su tarea y no sea solo una entidad de adorno.
Respecto a nuestros futbolistas campeones, debo saludarlos por su logro. Seguramente lo obtenido no es una hazaña como la describen, sino es producto de la preparación y de la integración como equipo. Sobre todo, felicito a Luis Gabriel Martínez que es puntero de la misma y que es parte también, de una familia muy apreciada por el escribidor y muy reconocida por las familias comaltecas. Enhorabuena por los campeones. Diré solo que hasta la información con la que cuenta el que junta estas letras, el Gobierno del Estado cooperó con los campeones, proporcionándoles solo los uniformes con los cuales asistieron al torneo, lo cual resulta a todas luces insuficientes para que ahora el gobernador Peralta intente colgarse la medalla ganada con el esfuerzo y el sudor de los muchachos. Sería de honestidad política reconocer que pudo haberse hecho mucho más y hacerlo a partir de hoy.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.