Como no se resolvió la validez de la elección hasta el último momento, y como se mantenían partidos y candidatos a la expectativa que se anulara el proceso ordinario y se convocara a una extraordinaria para Ayuntamiento de Colima, el virtual ganador de la contienda, Riult Rivera, detuvo su propia selección del personal que habría de acompañarlo en el gobierno municipal.
Así explicó el alcalde capitalino al Círculo de Analistas Políticos que desayunamos con él en el Salón de Cabildos las peripecias que se dieron en el arranque de su trienio, y la polémica que resultó de su propuesta para los principales cargos en el organigrama [comenzando, supongo porque él nunca lo mencionó, por el nombramiento de Francisco Ánzar como secretario del Ayuntamiento].
Para dejar en claro que no hay fractura al interior de esa coalición PRI-PAN que llevó a Riult a la presidencia municipal de Colima –como parte de un proyecto bipartidista que busca construir una candidatura bien posicionada al gobierno del estado, en 2027–, pasó a saludar a los periodistas Crispín Guerra.
Algunos columnistas políticos señalaban al exdiputado local como la propuesta del blanquiazul a la posición que finalmente obtuvo el priista Ánzar Herrera. Y, según esas versiones, Guerra Cárdenas encabezó una rebelión silenciosa contra la decisión de Riult Rivera a favor del exalcalde de Coquimatlán, dirigente estatal del tricolor y presidente de la comisión de gobierno interno en el Congreso local.
Más representativo de la correlación de fuerzas en el equipo gobernante en la ciudad de Colima [que está lejos de ser paritaria entre el PAN y el PRI], fue la irrupción en la reunión de Guillermo Villa Godínez. El suplente del presidente municipal interrumpió a Rivera Gutiérrez con carcajadas, saludos y abrazos a los periodistas. No es el primer acto donde el doctor Villa, sin querer queriendo, le acaba robando protagonismo a Riult.
MITA Y MITA
El edil capitalino explicó que ha sido muy respetuoso del convenio de coalición. Se han ido asignando puestos de manera paritaria entre priistas y panistas. Pero imagino que en la interpretación del convenio está la clave, porque no es lo mismo ‘número de posiciones’ que ‘importancia de las posiciones’ que se otorgan a cada partido. Como lo saben bien las feministas, no es igual paridad a equidad.
Para llevarlos al gabinete municipal, se privilegió a la gente más representativa de cada partido, el grado de involucramiento personal en la campaña y el aporte que, con base en su experiencia y perfil profesional, puedan hacer al municipio.
Incluso en las designaciones más controvertidas, como la del propio Tamacuas, por lo que entendí se hizo un cálculo químico más que matemático: no se trata de ver cuánto restan o suman esos funcionarios al capital humano del Ayuntamiento, sino cómo se combinan para lograr gobernanza y proyectar la imagen de una administración eficiente.
Cada quien tiene una trayectoria, pero con el trabajo de equipo ese mismo personaje podrá alcanzar una nueva proyección, se dijo en la reunión. Y la frase –pienso yo– vale sobre todo para aquellos que han sido acusados de dinosaurios de la política y condenados a la extinción por las nuevas generaciones de administradores públicos que, sin saberlo todavía, acabarán descubriendo el hilo negro.
Ya se han ido anunciando los nombres de los funcionarios en el gobierno de Riult. Entre ellos destaca la incorporación de Eduardo Camarena como responsable de ingresos. Él fue tesorero en los dos ayuntamientos que presidió Griselda Martínez en Manzanillo con los colores de Morena. Y, antes, financiero de la alcaldía del panista Héctor Insúa en la capital.
Se contrató a Camarena por su trabajo técnico, no por un criterio político. Y llega como subordinado de Susana Romero, quien pondrá su experiencia como tesorera al servicio del Ayuntamiento. Con todo, la encomienda de Camarena es clara: recaudar. Reducir la cartera vencida en el cobro de impuesto predial con un esquema de parcialidades, de tal suerte que quien no pueda pagar en una sola exhibición lo haga en varias y sin recargos.
TRES PESOS EN CAJA
El Ayuntamiento de Colima requiere de dinero contante y sonante para emprender las obras de bacheo y rehabilitación de espacios públicos, que le darían a Riult la impronta de un alcalde muy ejecutivo.
Su antecesora Margarita Moreno anunció que dejaría finanzas sanas, pero no hizo más que lo esperado y lo obligado (de lo contrario, se habría hecho merecedora a sanciones administrativas), como pagar los créditos a corto plazo y no pedir adelanto de participaciones sobre los recursos federales programados para la segunda quincena de octubre y los últimos dos meses del año, que ya le tocará gastar a Rivera.
No sabemos, sin embargo, cómo sobrellevará Riult la excesiva carga que supone la entrada en vigor de 250 nuevas basificaciones en enero, y de las 150 plazas adicionales que reclama el sindicato que encabeza Héctor León Alam.
Es complicado entenderlo, pero esa carga en la nómina no es herencia de la administración de Margarita, sino de su alcaldesa interina, Patricia de la Madrid, quien según una versión atribuida a la señora Moreno autorizó esas plazas para premiar a los operadores de la campaña de Rivera Gutiérrez.
Riult, pues, no quiso adelantar nombramientos durante el proceso de entrega-recepción ante la eventualidad de que, la elección extraordinaria, generara nuevos compromisos que anulasen los pactos hechos tras la primera votación.
UNA PIEDRA EN EL CAMINO
La administración municipal empieza a fluir no obstante las limitaciones por falta de información, ante la negativa de los funcionarios de Margarita Moreno a entregar cuentas.
Ya empezó el programa de obras con la recuperación del Parque Hidalgo y de las Huertas del Cura, así como el urgentísimo bacheo de calles, avenidas, bulevares, calzadas y periféricos. Van a rehabilitar los empedrados en el acceso a El Chanal y la brecha a La Capacha que está en deplorables condiciones. En lo que se encuentra una solución más aceptable en términos ecológicos, pondrán asfalto.
[La red de huellas de rodamiento en la ciudad de Colima está muy deteriorada. Y se debe, en parte, a que las tiras de concreto rompen la cohesión que la piedra bola adquiere cuando se le usa como baldosa. El resultado es que esas piedras se levantan con la presión de los neumáticos y la fuerza de la corriente pluvial en una ciudad con pendientes tan pronunciadas. La probable solución es ahogar en concreto el empedrado más cercano y entre las huellas de rodamiento. En Villa de Álvarez, Tey Gutiérrez ya está sustituyendo las huellas con ‘senderos’ de rodamiento: una sola huella de concreto pero más amplia, y no dos].
La ciudad, señala Riult, requiere mejoras e incrementos en su parque vehicular. Estrena tres nuevos camiones de basura, pero hay apenas tres patrullas funcionando. Tendrán que rehabilitar otras que están paradas porque les faltan piezas, como esas que mencionan los mecánicos para asustar a los clientes: el reóstato, un selenoide, el soporte del motor…
Tres unidades es un número ridículamente insuficiente para que el municipio capitalino cumpla con su función preventiva en materia de seguridad pública. Y a Riult le conviene proyectar una imagen no violenta de Colima, el municipio que tiene los índices delictivos más altos del estado en casos de robo, extorsión y violencia intrafamiliar.
PAN DE MUERTO
Al final de cuentas, la capital alivia sus dolores con fiestas: seguirán los festivales de El Volcán y Saborafest (o como me gustaba decirle para coraje de su iniciador, Davide Arena, el comidafest), pero Riult también convertirá el programa artístico en el panteón con motivo del Día de Muertos, en una feria municipal paralela a la de Todos los Santos.
Habrá espectáculos afuera del cementerio municipal. Además de danzantes, altares de muertos (que este año serán alusivos a Griselda Álvarez) y concursos de coronas de flores en las 150 colonias populares, cuyos mejores exponentes serán presentados en el centro histórico.
El alcalde que empezó su gestión con una misa, quiere volver tradicional la peregrinación a Catedral con motivo del docenario guadalupano encabezada por el presidente municipal, cuya celebración eucarística sea oficiada nada menos que por el obispo de Colima.
Al gobierno del estado y federal, Riult ofrece cooperación y colaboración. Pero la fanaticada morenista (es decir, los seguidores de Mario Anguiano Moreno) lo hicieron quedar mal en su rendición de protesta. Fue un pasaje muy desafortunado el abucheo a la gobernadora, como reacción de la gayola en el Teatro Hidalgo a los elogios que Indira Vizcaíno tributaba a Andrés Manuel López Obrador.
Se sabe que Riult se disculpó con la mandataria a nombre de todos los habitantes del municipio. Y que si no intervino para callarlos fue para no socavar la autoridad y dignidad de la gobernadora, con un acto de supuesta caballerosidad que las mujeres de hoy ven más como un símbolo del heteropatriarcado.
Sospecho que la disposición del alcalde capitalino de llevar la relación municipio-estado de un formato de competencia política como el que aplicó Margarita Moreno, al de colaboración institucional que implementó desde su primer periodo Tey Gutiérrez, no le va a gustar a los asesores de Riult que pretenden fabricarlo como candidato a la gubernatura sobre la base de un munícipe contestatario.
Son los mismos que le recomendaron a los alcaldes entrantes en la zona conurbada invitar a Xóchitl Gálvez a la sesión solemne de Cabildo. E imagino que hubieran traído a la ministra Norma Piña, si la agenda de la presidenta de la Suprema Corte lo hubiese permitido.
Para el alcalde capitalino, sin embargo, estamos a dos años de la contienda por la gubernatura y el camino es hacer un buen gobierno municipal. Después ya se verá la cuestión de las alianzas partidistas y los apoyos políticos.
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