PRENSA PROGRESISTA

Empiezan a surgir medios de comunicación en México con una línea editorial progresista, abiertamente de izquierda. Y no temen asumir postura frente a los hechos desde esa posición ideológica, expone Luis Guillermo Hernández.

Eso los coloca en el polo alterno a la inmensa mayoría de los medios mexicanos, dominados por el espectro aspecto ideológico opuesto: derechista, conservador y neoliberal –señala el conductor de Radar en Rompeviento TV.

El también director del portal La Sexta W comenta el anuncio del relanzamiento del periódico Regeneración, principal órgano de difusión del hoy partido en el poder, Morena. ‘Un proyecto ya legendario porque retoma los ideales de la gran prensa de principios del siglo XX, recoge los postulados de una prensa que busca ir hacia las bases sociales y explica la realidad desde otro punto de vista’.

Si bien –bajo la dirección de Jesús Ramírez Cuevas, hoy coordinador general de Comunicación Social y vocero de la Presidencia de la República– llegó a convertirse en una propuesta alternativa de comunicación, durante los últimos dos años Regeneración ha estado prácticamente confinado al espacio digital.

Ahora se relanza en forma impresa bajo la dirección de Jorge Gómez Naredo, con la idea de ofrecer una alternativa informativa y periodística a la sociedad, subraya Hernández al dar la bienvenida al nuevo director del rotativo.

En la emisión del 27 de noviembre de 2020 del noticiero (https://www.youtube.com/watch?v=KkHLTB4Drx8), el conductor tuvo también como invitado a Christopher Echenique, coordinador editorial de El Soberano, ‘un proyecto con poco más de un año en la calle y en las redes, que cada vez tiene más presencia en la discusión pública’.

Para Luis Guillermo Hernández, El Soberano surgió precisamente para ‘impulsar nuevas voces en el concierto del análisis, todas las cuales significan una visión alternativa’ de las cosas.

APUESTA POR EL IMPRESO

¿Relanzar un proyecto como Regeneración puede, junto a otras nuevas alternativas de información, hacer contrapeso a la prensa tradicional conservadora?, comienza por preguntar Luis Guillermo Hernández.

“Evidentemente, es necesario tener una prensa que vaya en sentido contrario a los medios que durante muchísimos años se apropiaron de la verdad, el discurso principal y la narrativa”, responde Jorge Gómez Naredo.

“Cualquier esfuerzo que se haga para tener una visión diferente, es válido. Al fin y al cabo, el periodismo es eso: visiones de la realidad. E incorporar una visión distinta, abona a la pluralidad, al debate y a la democracia.

“Regeneración es un órgano de difusión y convicción de Morena, pero también es un medio periodístico. Tiene además otra característica: es un impreso. En una época cuando hay cada vez menos impresos y ya casi todo es digital, es una apuesta interesante de contacto con la gente dentro del partido y con la población en general.

“Regeneración es un periódico que durante muchos años fue emblemático y resultó fundamental para el momento histórico que estamos viviendo: el gobierno de la 4T. Y es una gran responsabilidad coordinar la edición en papel.

“Celebro también el fortalecimiento de otros proyectos, como Polemón donde también participo, porque se están abriendo a voces distintas y van a contracorriente de las tendencias.

“El surgimiento de estas opciones, por lo demás, debe llevar al mundo periodístico a una reflexión acerca de qué significa hoy ser periodista, qué significa tener convicciones dentro del periodismo y qué significa hacer periodismo en una etapa que no habíamos vivido: la de una izquierda que gobierna.

“Celebro que haya espacios donde se empiece a hablar de estas cuestiones, y donde podamos reflexionar acerca de lo que significan los medios de comunicación alternativos. Medios con una tendencia muy clara respecto hasta dónde se puede hacer periodismo de convicción, plantea Gómez Naredo.

El nuevo director de Regeneración es, por cierto, un aguerrido tuitero que suele usar esa red social para exponer las contradicciones en las que incurren periodistas conocidos: Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín, Víctor Trujillo ‘Brozo’, Carlos Loret de Mola, Jorge Berry, Héctor de Mauleón o Ricardo Alemán, por mencionar sólo los nombres que arrobó Gómez Naredo en unos pocos días de trinar.

AMLO, DIRECTOR EDITORIAL

Luis Guillermo Hernández recuerda que cuando surgió El Soberano, en 2019, hubo muchas críticas. ‘Decían que las voces patrióticas, en realidad, eran voces chairas. Y sufrió una serie de ataques muy fuertes, muchos de ellos de parte de periodistas que se sienten dueños de la verdad absoluta y no permiten el disenso ni el pensamiento alternativo’.

¿Cómo tomaron en la redacción, el desafío que representa para El Soberano este espectro mediático tan adverso?, pregunta el conductor de Radar.

“Seguimos sufriendo ataques hasta la fecha. Yo me incorporé al proyecto en octubre del año pasado y, desde entonces, hemos sufrido ataques a nuestro sitio web y a nuestras redes sociales. Pero eso es lo de menos”, comenta Christopher Echenique.

“Nosotros creemos que la objetividad en el periodismo, es una aspiración. Y lo que pretendemos con nuestro ejercicio periodístico es dotar, a la conversación pública, de contenidos periodísticos de calidad. Otros medios esconden su posición tras una máscara de neutralidad, con una falsa imparcialidad y apartidismo. Nuestra apuesta es al contrario: abiertamente cavamos trinchera, tomamos partido.

“No nos definimos como un medio de izquierda sino obradorista. Como broma, decimos incluso que el presidente de la república es el director editorial de El Soberano.”

FALSA IMPARCIALIDAD:

Esta postura, reconoce Luis Guillermo Hernández, no sólo les acarreó críticas sino una desacreditación editorial. ‘Ya sabemos que los periódicos conservadores toman partido por quien mejor paga. Pero eso no les impedía acusar a El Soberano de militar, de ser voz oficial, como si eso estuviera prohibido. Un poco en la idea de no puedes disentir ni pensar distinto al aparato, porque entonces ya no perteneces al espectro de los medios mexicanos’.

En términos editoriales y periodísticos, ¿cómo ha luchado El Soberano contra esa estigmatización?, pregunta el anfitrión.

“Tenemos una gran comunidad en redes sociales. Los lectores que afortunadamente nos hacen el favor de ver nuestros contenidos, reproducirlos y compartirlos, nos respaldan frente a las críticas de los medios conservadores, de la oposición al presidente que representan los medios de derecha”, responde Echenique.

“Hay medios que son explícitamente de derecha, por el tipo de contenidos que transmiten y su línea editorial. Otros son simplemente mercenarios que reproducen los contenidos de quien pague mejor. Pero El Soberano es congruente y transparente: ofrece contenidos periodísticos de calidad en el marco de la narrativa del presidente López Obrador y de la Cuarta Transformación.

“Frente a tantas críticas recibidas desde su fundación, a El Soberano lo respalda su gran audiencia. El público que todos los días consume nuestros productos, demanda más contenidos transparentes y abiertos, que no se escondan bajo una falsa máscara de imparcialidad, como hacen otros medios en México que mienten al asegurar que no toman partido”, comenta el coordinador editorial.

DIVERSIDAD ES PLURALIDAD

Una de las principales críticas que leyó Luis Guillermo Hernández sobre el relanzamiento de Regeneración, es que apoyar la Cuarta Transformación significa traicionar al periodismo, es decir, a lo que los medios tradicionales entienden por periodismo.

En esa andanada de ataques, algunos delirantes, hacia la persona de Jorge Gómez Naredo, se menciona que el anterior director de Regeneración es el actual vocero de la Presidencia.

En ese contexto, ¿abrir un boquete a este concierto uniforme de voces de derecha en los asuntos mediáticos, permitirá impedir que este coro siga imponiendo los criterios para entender qué es el periodismo, qué es la verdad y cómo se debe establecer la interpretación de los acontecimientos?, pregunta el conductor de Radar.

“Durante muchísimos años, vivimos una constante en los medios de comunicación: había una voz única, el mismo discurso hegemónico en prácticamente todos los medios de comunicación”, comenta Gómez Naredo.

“Hace 10 o 15 años, este sistema mediático que imponía la verdad era muy evidente en las televisoras del entonces duopolio, especialmente en Televisa: la verdad le correspondía al presidente en turno, al grupo político en turno o al grupo mediático en turno. Y era dificilísimo romper esa línea.

“En 2006, cuando había dos o casi tres millones de personas en las manifestaciones contra el fraude electoral, la prensa (los periódicos, las radios y la televisión) invisibilizó todo.

“Sin embargo, a partir de la creación de nuevos modelos de medios –basados en las redes sociales y en esta nuevas tecnologías donde ya no necesitas una imprenta o una frecuencia radioeléctrica para tener un medio–, se fue rompiendo el monopolio. Las audiencias empezaron a tener voz y a generar debate. Y ahora vivimos en una situación completamente distinta, que esos medios antes hegemónicos no acaban de comprender.

“No entienden que este sistema mediático, a nivel mundial, se está resquebrajando porque dejó de funcionar el modelo de negocio de los medios tradicionales.

“Han perdido sus fuentes tradicionales de financiamiento: la publicidad comercial y oficial, la venta de ejemplares y de suscripciones. En México, todos estos medios que dependían del Estado, de los gobiernos, se las ven negras y están yendo incluso a las universidades para tratar de sacar algo.

“La diversidad de medios cambió el ecosistema de la comunicación social. Y dentro del mismo periodismo, se ha modificado la concepción de lo que es ser crítico. Ahora, el discurso de muchos periodistas tradicionales es: ‘Yo soy crítico al poder y, por lo tanto, soy buen periodista. No soy como los youtubers o los medios neochayoteros que están haciendo un tipo de periodismo comprometido con la 4T, que como tal no es periodismo. Hago periodismo porque todos los días critico a Andrés Manuel”, reseña Jorge Gómez Naredo.

PERIODISMO DE CONVICCIÓN

Para el nuevo director de Regeneración, “esa concepción de la verdad y del periodismo se tiene que ir modificando. No podemos pensar que un artículo de opinión de Héctor de Mauleón es una auténtica pieza periodística y nos va a enseñar a hacer periodismo. Hay una gran petulancia al interior del gremio periodístico, de quienes se creen los únicos capaces de hacer periodismo o decir correctamente las cosas”.

“Son esos mismos periodistas tradicionales quienes sostienen que, tener una convicción y hacer una apuesta ideológica, contradice la labor periodística.

“Y ahí es donde radica su gran problema porque, si revisas la historia, el periodismo mexicano ha sido de convicciones. Todo el siglo XIX tuvimos un periodismo de convicciones, y nadie puede decir que los grandes periodistas de la época (quienes fueron, además, grandes intelectuales, políticos y legisladores) no eran periodistas.

“Se está resquebrajando esa concepción de nuestra élite periodística que sostiene que, los ejes que marcan el periodismo, son la objetividad y la imparcialidad.

“Esos proyectos periodísticos que antes eran hegemónicos y tenían todo el poder, siguen observando al periodismo de causa como si fuera solamente propaganda.

“Dicha forma de ver las cosas, les impide entender que hay un tipo de periodismo de convicciones, que tiene ideología y le apuesta a proyectos políticos. Y que esa apuesta se está haciendo en muchísimos lugares del mundo.

“Se está viviendo en el planeta una revolución tecnológica y en la comunicación social, pero esos periodistas antes hegemónicos no lo entienden esas revoluciones. No logran comprenderlas, no quieren comprenderlas o tienen miedo de comprenderlas”, resume Jorge Gómez Naredo.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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