No solamente fue una declaración de guerra que ensangrentó inútilmente al país, y como dice Héctor De Mauleón, periodista y escritor: devastó al país; sino que fue una guerra dirigida ¡por los carteles del narcotráfico! que dominaban como títeres a los responsables del supuesto combate de la delincuencia organizada.
Nadie de quienes se dicen analistas serios y objetivos, valga la abundancia semántica, pueden negar que hay una fuerte resistencia de los opositores a la Cuarta Transformación que aún gozan de las inercias o el manto transicional de la impunidad. Y andan engallados dizque analizando el primer año exitoso de gobierno de AMLO, con navajas envenenadas de discordia y de mala fe.
Pero esos “valientes corruptos”, que atacan de manera sistemática y por todos los medios al gobierno de la 4T, fueron parte del esquema de podredumbre y narco-corrupción que va aflorar tras la caída y el inicio del juicio de Genaro García Luna, gusano de la corrupción que vivía en el paraíso de Florida, cubriendo gastos con las ofrendas o frutos que recibió del narcotráfico.
¿Cuántas vidas se perdieron en la guerra contra el narcotráfico, vidas inocentes, entregadas por el alto mando policial que seguramente con la venia del presidente Calderón, recibía millonarios sobornos en dólares? Las investigaciones periodísticas o policiales independientes, que se conocen a través de ameritados articulistas, dan a conocer datos escalofriantes, de terror, porque los mandos de la policía mexicana eran personeros o gatos oficiosos de los carteles del narcotráfico.
Ahora. Ya están en manos del Marshall o Sheriff americano los dos supuestos polos, del mal y del bien policial, que en verdad eran uno solo: el chapo Guzmán y Genaro García Luna. Y seguramente los datos que arrojó el Capo de Sinaloa, pero también los que ha captado la DEA y los que soltó en la sopa la risueña Barbie, serán no hilos conductores que llevarán las investigaciones a los ex presidentes de la dieciochena de sexenios de la corrupción y degeneración de sus gobiernos, sino amplias avenidas que llegarán directo a los criminales Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
¿ y por qué no se les enjuicia aquí y ahora en México?, podrían decir los adictos a la corrupción y a la inercia del viejo régimen que no acaba de morir y el de la 4 T que no acaba de empezar. Porque todo mundo sabe que estos narco-presidentes, a través del alto mando de sus policías corrompidas y colaboracionistas con el trasiego de drogas, se hacían de la vista gorda para que toneladas de estupefacientes llegaran a las ciudades estadunidenses, donde hay una voraz hambre de drogas. El país vecino los pedirá, para enjuiciarlos allá. They are now very nervous.
Estados Unidos y México, son dos países que están intrínsecamente relacionados de muchos modos. En este momento, el golpe certero dado al capo público en el gobierno de Calderón, da paso a un momento muy importante para el gobierno amlista, de dar también un golpe eficaz a los integrantes del prianatonarco, si se me permite aglutinar este neologismo del diccionario de la corrupción.
Veremos muy pronto o el desmantelamiento de esa red de mafiosos engallados que le hacen la contra al mejor del gobierno de todos los tiempos después del Cardenismo; o el reagrupamiento de las bandas criminales. Por lo pronto, soy de la idea y partidario de la esperanza, de que aquellos que se enlodaron del hedor de la muerte y corrupción, por narcotráfico y robo al erario, traición a la patria y otros delitos de lesa gobernabilidad, deben pagar con cárcel, y sus fortunas recuperadas para el pueblo.
PUNTO Y RAYA
Díaz de paz y concordia
Estamos a unos días de la Navidad, así que en ocasión de las fiestas decembrinas y de año nuevo, envío a mis estimados de lectores que siguen mis artículos, un abrazo fraternal con los mejores deseos de que pasen unos excelentes días de unión familiar y de concordia vecinal y que tengan un exitoso año nuevo, lleno de salud y entusiasmo.
¡Hasta la próxima!