El anuncio de que Rafael Rodríguez Castañeda dejará la dirección de Proceso a partir del 31 de enero de 2020, generó el rumor de que el relevo en el semanario obedece a las presiones del presidente López Obrador.
Álvaro Delgado, quien dio la noticia en su cuenta de Twitter el 16 de diciembre de 2019, explicó que en realidad Rodríguez Castañeda deja la publicación porque se jubila, como en 1996 se jubiló Julio Scherer García en un legendario relevo generacional donde él como director fundador, el subdirector Vicente Leñero y el jefe de Información, Enrique Maza, dejaron el mismo día sus respectivos cargos.
En un experimento que duró tres años, hubo una codirección en Proceso a cargo de los integrantes del consejo editorial integrado por Rafael Rodríguez Castañeda, Carlos Marín, Froylán López Narváez, Francisco Ortiz Pinchetti, Carlos Puig y Gerardo Galarza. Pero según contó Julio Scherer en su libro Vivir (Grijalbo, 2013), debido a las pugnas entre los dos primeros se decidió concentrar la dirección en Rodríguez Castañeda en 1999.
Scherer, Leñero y Maza conservaron sus puestos como presidente, secretario y tesorero del consejo de administración de Comunicación e Información, S.A. (CISA), la empresa editora. Y, curiosamente, los tres murieron con meses de diferencia entre 2014 y 2015.
NUEVA ETAPA EN LA REVISTA
Según Ricardo Ravelo Galó en ‘Proceso de cambio en Proceso’, publicado el 20 de diciembre en Sin Embargo (https://www.sinembargo.mx/20-12-2019/3699103), Jorge Carrasco Araizaga –quien ocupará la dirección a partir del 1 de febrero– “con anticipación había sido elegido por Scherer como una opción para relevar a Rafael Rodríguez Castañeda en el timón de la revista”, y hasta ahora “ve cristalizado el objetivo”. Además de reportero, Carrasco se desempeña actualmente como asesor de la dirección.
Este es el segundo cambio importante en la conducción de la revista en los tiempos recientes. El 11 de enero de 2019, el recién designado consejero jurídico de la Presidencia de la República, Julio Scherer Ibarra, anunció en una carta publicada en el semanario (No. 2202) su separación del consejo de administración, como un gesto de congruencia. Su asiento fue ocupado por su hermana, la periodista María Scherer.
Si bien Julio Scherer Ibarra dejó en claro que como consejero no tenía injerencia en las decisiones editoriales, expresó que de todas maneras se retiraba para evitar un conflicto de interés con su nuevo cargo en la administración pública federal.
Su hermana María insistiría en que el Consejo no tiene injerencia en las decisiones editoriales cuando comenzaron las especulaciones sobre la influencia que podría estar teniendo en la línea de Proceso su esposo, Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita, la cónyuge del ex presidente Felipe Calderón.
Y Rafael Rodríguez confirmaría en una entrevista con Julio Astillero en Radio Centro (subida a YouTube el 28 de mayo de 2019; https://www.youtube.com/watch?v=GFjnqIOmOB8&fbclid=IwAR1lbcCALbkrYEXUsgtD9EFKAMXspW3geX2MYwnEFA_2r-7H0qcbrtXrn-Y) que los herederos de don Julio no tienen injerencia en las decisiones editoriales, pero eso no impidió a usuarios de las redes sociales especular si, acaso, el cambio de director no está relacionado con las críticas que Andrés Manuel López Obrador ha hecho a la revista.
AMLO CONTRA PROCESO
El mismo sitio Sin Embargo hizo, en una nota del 16 de diciembre de 2019, un recuento de lo que ha sido el litigio de ‘AMLO contra Proceso’ (https://www.sinembargo.mx/16-12-2019/3697379):
“Desde que asumió la presidencia, Andrés Manuel López Obrador ha protagonizado distintos enfrentamientos con algunos medios de comunicación mexicanos, a quienes ha calificado como ‘prensa fifi’, entre otras cosas.
“En julio de este año, López Obrador atacó a cuatro medios de comunicación durante una de sus conferencias mañaneras en el Palacio Nacional”. Una de estas publicaciones fue la revista:
‘Proceso, por ejemplo, no se portó bien con nosotros. No es ningún reproche’, dijo López Obrador sobre la publicación, fundada por Julio Scherer García. ‘Los medios no tienen que portarse bien, Presidente’, respondió Arturo Rodríguez, reportero del semanario.
“A raíz de las expresiones del tabasqueño, Rafael Rodríguez Castañeda, director de la publicación, aseveró que los dichos del tabasqueño lo lastimaron, pero sobre todo ‘muestran los signos de intolerancia desde el Poder Ejecutivo para con la prensa’”, termina la cita de Sin Embargo.
Este desencuentro se suma a otros anteriores, como el que protagonizaron el mismo Rafael Rodríguez y Beatriz Gutiérrez Müller antes de la toma de posesión, cuando la esposa de López Obrador criticó la portada del 42º aniversario de la revista (No. 2192, 4 de noviembre de 2018), que rezaba: “AMLO se aísla. El fantasma del fracaso”.
RAFAEL CUMPLIÓ: RAVELO
Nacido en junio de 1944, Rafael Rodríguez Castañeda es egresado en la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UNAM. En 1976 fue uno de los fundadores de Proceso, y tres años después fue nombrado jefe de Redacción.
De acuerdo a Ricardo Ravelo, “tras la muerte de Julio Scherer y Vicente Leñero, pilares del semanario, una etapa de malos augurios envolvieron a la revista: se desataron confrontaciones internas, algunos reporteros pidieron el relevo de Rafael Rodríguez –sin éxito– y a estos choques se sumaron otros problemas no menos serios: la crisis financiera, agudizada por la falta de publicidad, la derrota legal por una demanda laboral millonaria, que dejó temblando las arcas de la revista, lo que impactó seriamente al interior. El director atravesó una etapa de problemas de salud. No era para menos. La crisis y la incertidumbre se somatizaron”.
A ello obedece quizá la decisión de Rodríguez Castañeda de jubilarse y cumplir con la voluntad de Scherer: dejar en su lugar a Jorge Carrasco. Algo que Ravelo celebra “por más de una razón: Rodríguez cumplió un ciclo en la revista y lo tiene muy claro –ya es tiempo de irse –tan claro como cuando asumió la dirección, en 1999, en medio de una crisis periodística y económica muy graves”.
Cuando hace veinte años Rafael Rodríguez tomó la dirección de Proceso, recuerda Ravelo, “se decía que las reservas alcanzaban para sostener a la revista sólo seis meses”. Pero con “una extraordinaria labor de equipo”, el semanario salió “delante de aquel momento crítico”. Nunca se dejaron de pagar las quincenas y Rodríguez Castañeda “siempre cumplió con todas las responsabilidades en los momentos más críticos”. Nunca se doblegó. “Sólo él sabía cómo estaban las cosas por dentro, pero siempre nos dio la confianza para seguir”.
ESTÁ HECHO PARA PROCESO
De Jorge Carrasco, Ravelo Galó no duda que “hará un papel extraordinario. Además de excelente reportero, (…) es un gran ser humano, como pocos: alejado del protagonismo, sobrio, (…) no busca el reflector ni hipoteca su vida al boato ni a la frivolidad. No lo necesita. Él es eficaz como periodista y eso le basta. No necesita del aplauso ni del reconocimiento. Está hecho y eso lo hace muy confiable para dirigir Proceso”.
En la memoria de Ravelo está fresca la imagen de Jorge Carrasco hace poco más de quince años, cuando “entonces era freelancer de la revista, siempre abordando los temas delicados del crimen y de la milicia. En 2005 fue incorporado al staff como reportero, fuimos compañeros durante algunos años y a menudo dialogábamos sobre los temas que trabajábamos, sobre todo los del narcotráfico, las historias de capos, los expedientes judiciales, los vínculos de políticos con la mafia”.
Tiempo después, Carrasco “comenzó a suplir a Salvador Corro, subdirector de Información, cuando se ausentaba. Siempre tuvo una fluida comunicación con los reporteros, atento, abierto para escuchar, cualidades más que necesarias para captar las ideas y enriquecerlas porque Proceso se construye así: con las propuestas de los reporteros y el apoyo de quienes cuentan con mayor experiencia para elegir el ángulo informativo novedoso, el dato que falta, la historia punzante, la fuente que revelará algo desconocido. Proceso tiene una filosofía periodística muy práctica: sólo hay que reportear, reportear y reportear. Nada más, pero nada menos”, resume Ricardo Ravelo.