PROTAGONISMO PERIODÍSTICO:

“El periodista no debe figurar, no es un protagonista de la historia, tiene que conformarse con ser el gran narrador”, señala Fernando Rivera Calderón.

Pero al invitado de Operación Mamut del 7 de noviembre de 2021 en canal Once (https://www.youtube.com/watch?v=FGrilrB-FiI), Julio Hernández López ‘Astillero’, le ha tocado ser protagonista de una transformación que ha habido en los medios a partir de la llegada de López Obrador al gobierno.

Acompañado en la conducción por Nora Huerta y Jairo Calixto Albarrán, Rivera Calderón recuerda algunos episodios donde Julio Astillero ha sido protagonista:

Su llegada y su salida de La Octava televisión; su participación en el foro de la Universidad de Guadalajara, ‘Los desafíos de la libertad de expresión’, donde confrontó a los organizadores; y su asistencia a la mañanera para decirle al presidente que su encargada de la sección ‘Quién es quién en las mentiras’ lo estaba desacreditando como periodista, aclarando de paso el tema de la sierra de San Miguelito en San Luis Potosí frente a la secretaria del medio Ambiente, María Luisa Albores.

ESCRITO Y HABLADO:

Astillero pasó de la columna más leída en La Jornada a la creación de su canal en YouTube que, recientemente, con uno de sus espacios, ‘La mesa del más allá’, pasó a la televisión pública al ser retransmitido en canal 22. Son todos, enlista Rivera Calderón, episodios que Julio ha vivido como protagonista, pero que también han afectado al gremio:

“Es un momento muy complicado, de definiciones políticas, ideológicas y cívicas, por un lado, y, por otro, de definiciones en el oficio periodístico.

“Como periodista, uno tiene que asumir la postura de seguir criticando lo que sea criticable, señalando lo que sea equívoco y teniendo el valor de reconocer lo positivo. Pero, en otro terreno, el del periodista como ciudadano, es decir, en su papel cívico, político e ideológico, el periodista tiene también la obligación de participar en un proceso de lucha por sus ideas.

“En este caso, es importante que los periodistas asumamos nuestra propia adscripción ideológica. En el pasado era engañosa porque se aparentaba una objetividad que no había, una imparcialidad inexistente, cuando en realidad se estaba al servicio pleno del poder. Era la época de las entrevistas arregladas, de las notas censuradas y de la información inducida o tripulada.

“Estamos en un momento en el cual tenemos que distinguir la crítica interesada, sobre todo por razones económicas, de los grandes poderes que regían antes de que sucediera el sismo de 2018. El poder económico subsiste y persiste en su empeño de construir el engaño, con una dinámica de crítica hacia el poder presidencial que no es auténtica. Si estuviera fundada en denunciar cosas para el bien de la nación, adelante. Pero critican solamente para preservar los intereses de esos grupos.”

UNA PELEA ARTIFICIAL:

¿Qué le parece a Astillero la relación que mantiene el presidente con los medios y los periodistas?, pregunta Nora Huerta.

“Me parece bien que se haya abstenido totalmente de la relación perniciosa que había en el pasado, de las llamadas telefónicas del jefe de prensa, de los convenios de publicidad que eran una forma de premiar o castigar por no seguir la línea política. No tengo ningún indicio, lo he dicho una y otra vez, de que haya habido actos de censura o se ordenara quitar al conductor de un programa o a un articulista.”

Pero dicen que López Obrador está polarizando al exhibir y evidenciar a esos periodistas que lo critican, aunque critican lo que les conviene o señalan lo que les conviene de acuerdo con sus intereses personales, insiste Nora.

“México ha estado polarizado todo el tiempo, hay una polarización entre la élite del poder y la élite económica, en un lado, y, en el otro, la gran mayoría de la sociedad que no ha tenido voz, presencia ni manera de hacer sentir su poder y su importancia.

“En 2018 llegó una opción política de centroizquierda que busca mejorar las cosas, y ahí es cuando mucha gente entra en acción. Las redes sociales son un espacio crítico, más que nada por el ambiente tóxico que se ha generado, de pelea artificial e inducida.

“Pero también es bueno que camine hacia una mayoría de edad política y cívica, gente que antes no se podía expresar y ahora sí. Nos critican a los periodistas y a los políticos, de una manera que nos hace avanzar en un proceso de cultura política, de crítica sistemática y, esperemos, de madurez. Ojalá pronto ya no oigamos solamente insultos sino más argumentación.”

COMO PAÑAL USADO:

Con todo el desgaste de imagen que han sufrido, tras haberse revelado la especulación que hizo Kimberly Clark con el precio del papel higiénico, los pañales desechables y los tampones; por la manera en que su propietario, Claudio X. González, compró a los partidos de Va por México, y la mañosa operación política que realiza la Coparmex, ¿qué representan a estas alturas de la 4T los magnates mexicanos?

“Son los poderes heridos en este proceso de construcción de una alternativa de centroizquierda en México, que encabeza Andrés Manuel López Obrador. La reacción de esos empresarios es la de quienes han dejado de tener privilegios y canonjías, exenciones fiscales y una serie de favores desde el poder, con el cual se integraban.

“Están reaccionando a través de los medios de comunicación y de una alianza partidista muy vergonzosa (PRI-PAN-PRD), regida por el capitán de empresa Claudio X. González, quien no dudó en presentarse como jefe máximo junto a Gustavo de Hoyos en la sede nacional del tricolor, ese partido que se supone los viejos priistas quieren refundar.

“Es una desesperación absoluta porque no han podido construir una alternativa ideológica confiable. ¿Cómo invitan a salvar a México los que lo hundieron? No tienen programa ni líderes ni personajes que puedan ser potenciales candidatos presidenciales en el 24. Ni modo que postulen a Margarita Zavala, Gustavo de Hoyos o Ricardo Anaya.”

Para colmo, acota Rivera Calderón, los medios mainstreams se han atrincherado en el discurso de la nueva crítica, pero no se transforman. Están agazapados, esperando que haya una debilidad de la 4T para regresar por sus fueros.

NECESITAMOS MÁS IZQUIERDA:

Pero si la oposición está desdibujada y descolorida, ¿cómo está Morena más allá del presidente?, ¿hay partido o no hay partido?, pregunta Nora Huerta.

“Morena no es un partido con una vida interna organizada, no tiene una exigencia crítica de sus propios miembros. De tal manera que la dirigencia, en este caso Mario Delgado, es la que toma decisiones aceitadas solamente con la cúpula.

“Morena debería ser el partido que empujara y presionara al presidente López Obrador hacia una mayor izquierda. El político en el poder tiene que ser muy práctico y obedece a las presiones que tiene: si los empresarios lo colocan en jaque, pues tiene que reaccionar ante los empresarios; si Estados Unidos hace algún tipo de movimiento, el presidente tiene que valorar eso. Pero la izquierda organizada partidistamente no está presionando, sino que está acompasada y ese acompañamiento no es el adecuado para un partido político de izquierda.

“Ojalá, Morena, como partido de izquierda presione, empuje, sostenga y apoye, que salga a la calle y sea capaz de hacer cosas incluso más allá de la voluntad explícita del propio presidente de la república.

“La cuantía de los triunfos electorales que ha tenido Morena puede ser su talón de Aquiles, eso lleva al triunfalismo y a creer que las cosas se están haciendo bien. Pero cantidad de triunfos, no quiere decir calidad: el tipo de diputados federales, presidentes municipales y gobernadores que llegaron al poder en la pasada elección, no necesariamente corresponde al perfil que requiere Morena y lo que llamamos 4T”, concluye Julio Astillero.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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