En rueda de prensa, Héctor Arturo León Alam, líder del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Colima, destronó por 17 minutos al verdadero alcalde de la capital, Leoncio Morán Sánchez, al dictar la línea de cómo han sido los despidos de trabajadores basificados de la comuna capitalina, y cuál será el porvenir de algunos cientos más, en la revisión que (según lo expuesto ahí) hará el propio sindicato de los expedientes faltantes para ponerlos a consideración de la Oficialía Mayor.
León Alam desveló el alud de ceses a los trabajadores basificados del trienio anterior, mediante una cuestionada revocación de Cabildo, de los cuales 160 han sido despedidos hasta el momento por la administración de Leoncio Morán. Cual Oficial Mayor en funciones, detalló que de los 460, alrededor de 180 basificados tienen, a su juicio, “amplias posibilidades de quedarse”, pese a que, también desde su punto de vista, en esos expedientes pudieran encontrarse más casos con “irregularidades”; en castellano, el anuncio de que la guillotina sigue en funciones.
Al tratar de justificar y defender los despidos de la administración de Locho en estas primeras semanas, terminó revelando que la comuna analizará la continuidad de al menos 220 expedientes más (es decir, trabajadores), enfatizando que “la nómina tiene sus límites”, por lo que el futuro de éstos es también incierto y calamitoso.
Dadas sus funciones, el “vicealcalde” León Alam no dio las bases, pero sí podría quitarlas; este martes procederá a analizar las mismas bases de las que se quejó porque en el trienio pasado no tuvo voz ni voto para colocar o vetar trabajadores. Pero en su regreso al poder de la mano de Leoncio Morán sí tendrá decisión, ya que el propio edil confirmó la “colaboración” del Sindicato (aunque recuerden: hay dos, no uno) en el “análisis” de estas bases.
Los trabajadores afectados, y por afectar aún, se han quejado públicamente de que en anteriores administraciones a la de Insúa, el líder sindical “se ponía de acuerdo con los alcaldes”; el desenlace trágico dicta que las bases se otorgaban sospechosamente a unos cuantos (incluyendo amigos y familiares de los regidores), por lo que entre los basificados del trienio pasado hay cientos de trabajadores con años de antigüedad, quienes nunca habían sido reconocidos mediante la certeza laboral. Y es que los trabajadores no subyugados a sus caprichos recuerdan que cuando León Alam fue regidor, en el trienio de Federico Rangel, tuvo un paso por el Cabildo lleno de prebendas, que incluso terminó en una jubilación altamente cuestionada por sus detractores.
Hace unos días, nos enteramos que León Alam anunció a sus trabajadores que este año no habría aumento salarial, y por ende, no habrá el famoso “retroactivo”, en un cambio de actitud que sorprendió a más de uno, después de que a Insúa se lo exigió hasta con demandas. Muchos lo atribuyen a su condición de co-munícipe, pero lo que verdaderamente preocupa a algunos enterados del tema, es que pida a cambio presupuesto para su Sindicato, que después de otorgado no se fiscalice, como los 3.5 millones al año que recibía antes del trienio de Insúa, situación que en numerosas ocasiones fue dada a conocer por el mencionado ex alcalde.
Los basificados despedidos ven en el sindicato de Alam un enemigo, no un aliado. “¿Por qué piden la renuncia a la base, si no fue legal? ¿Por qué piden que rechaces la base y te ofrecen darte de alta como contrato?”, nos comentan algunos trabajadores afectados. Al parecer, la respuesta no se las dará la Oficial Mayor, María del Carmen Morales Vogel, sino el líder sindical y ahora vicealcalde, Héctor Arturo León Alam.
En medio de este embrollo laboral que dará para largo, persiste la pregunta que desde ayer nos hacemos: ¿quién es el verdadero alcalde de Colima? ¿León Alam o Locho? Muy mal mensaje envió el presidente municipal capitalino al involucrar a solamente un líder sindical como vocero y juez de los despidos.