Suena a ciencia ficción o a magia (¡hay que enterrar un cuchillo para impedir que llueva en día de fiesta!), pero cada vez más campesinos que siembran en el temporal de lluvias se quejan por el uso de bombas y cañones que dispersan las nubes.
Le atribuyen la alteración atmosférica que supuestamente está provocando sequía, a productores de cultivos delicados e incluso a empresas tan ajenas a la agricultura como puede ser una armadora de automóviles.
En el estado de Colima, la Unión de Productores de Caña asociados al Ingenio de Quesería demandó sancionar a quien esté inhibiendo las lluvias, al lanzar químicos a la atmósfera que dispersan las nubes.
El dirigente de los cañeros, Wilibaldo Zamora Verduzco, señaló que han detectado a personas no identificadas lanzando cohetes con ese tipo de carga, cuando no usando cañones antigranizo, en la zona de Quesería, Alcaraces y Alzada (Diario de Colima. “Exigen sancionar a quien inhiba lluvias”. Miércoles 15 de agosto de 2018).
Por ser esas las zonas donde se están cultivando berries en la entidad, las sospechas de los cañeros recaen en los productores de frutillas como la zarzamora y el arándano, cuyo principal mercado está en el extranjero.
Cabe suponer que una lluvia torrencial derriba el fruto de los arbustos, cuando la técnica de recolección consiste en arrancar la berry con el mayor cuidado posible para que solo dos manos la toquen: la que la cosecha y la mano del consumidor.
Otras voces en el sector campesino apuntan a los productores de aguacate que tienen sus huertas más arriba, en las faldas del volcán, justo donde se precipitan las lluvias al chocar las nubes con el coloso y las otras cumbres de la serranía.
También el aguacate que para el mercado de exportación debe tener una apariencia impecable, sufre daños con las tormentas cada vez más caóticas, presuntamente por efectos del cambio climático.
Y ciertamente, en lugar de tener una temporada de lluvias regular, con precipitaciones moderadas y más o menos constantes, en la zona norte del estado de Colima estamos padeciendo trombas, seguidas de elevadas temperaturas.
Lluvia de piedras
¿Puede alguien, con tecnología rústica o sofisticada, alterar el ritmo natural de las lluvias? En Puebla, los campesinos de temporal piensan que sí.
Agricultores del municipio de Cuautlancingo están molestos porque Volkswagen de México continúa usando sus sistemas de bombas antigranizo, luego que en junio la armadora se comprometió a frenar esa actividad.
La empresa alemana no niega que use esas bombas para disminuir el tamaño de los fragmentos de hielo que se precipitan sobre sus patios de almacenamiento.
VW admitió que el tamaño del granizo ha dañado ya innumerables unidades recién salidas de la línea de ensamblaje. Con daños en el cofre, el capacete y el parabrisas, los vehículos tuvieron que volver a planta para ser reparados.
Sin embargo, los campesinos aseguran, con base en la observación empírica, que las bombas antigranizo usadas por la armadora evitan que las lluvias, no sólo el granizo, caigan sobre la región. Esto ha generado daños en las más de 200 hectáreas de cultivo de temporal.
Hasta ahora sabíamos que se puede generar lluvia en forma artificial, pero no era tan conocido que con la misma tecnología se pueden esparcir las nubes e impedir la precipitación.
Los campesinos se quejan que aun cuando el cielo está encapotado, soplan vientos de lluvia e incluso hay truenos y relámpagos, el agua simplemente no llega.
Cazador de tormentas
Esto es algo de lo que están hablando campesinos de todo el mundo. En 2015, agricultores de Murcia, en España, pidieron a la Fiscalía del Medio Ambiente que investigue el vuelo a baja altura de avionetas que presuntamente estarían esparciendo químicos para evitar que llueva. Y hasta se plantearon contratar su propia aeronave para cazar a esas avionetas.
La intención no era derribarlas, pero sí “cogerles la matrícula” para aportar pruebas que permitan identificar a los responsables.
Romper las nubes para evitar las lluvias, decían los campesinos de Murcia, estaba provocando una sequía que impedía el crecimiento de sus cultivos y mermaría sus cosechas.
Además de las avionetas, denunciaron la utilización de cohetes antigranizo con la misma finalidad. La fiscalía especializada, sin embargo, terminaría archivando la denuncia por falta de evidencias.
¿Se puede impedir que llueva?
Para Yúbal FM, colaborador de Xataca.com, “la respuesta corta a esta pregunta es que no, aunque también hay otra respuesta larga”.
“Sí, se pueden evitar precipitaciones en un día concreto utilizando el yoduro de plata que aseguran que vierten los aviones rompe-nubes. Pero esta sustancia no evita la lluvia, sino que la provoca durante los días anteriores para que las nubes se diluyan”.
A esta práctica, dice el bloguero, se le conoce como “siembra de nubes”. Y lleva realizándose desde los años cuarenta cuando fue desarrollada por el químico y meteorólogo Vincent Schaefer. Ya hay alrededor de 34 empresas privadas en todo el mundo que se dedican a ella.
“Se realiza vertiendo sobre las nubes compuestos químicos para provocar una nucleación de cristales de hielo a partir de las gotas de agua y hacer que llueva donde normalmente no lo hace”.
En China ya están acostumbrados al uso de esta tecnología. “La utilizaron para evitar que lloviese en Pekín durante la inauguración de los Juegos Olímpicos, y siguen haciéndolo para mantener limpias sus ciudades y aumentar las lluvias para mejorar la agricultura. Empresas como Oliver’s Travels también recurren a ella para ofrecerle a sus clientes la posibilidad de asegurar un día soleado en su boda”.
La técnica ha generado debates sobre si supone robarle la lluvia a las ciudades a la que se dirigen las nubes. Pero científicos como el meteorólogo Dave Reynolds aseguran que las nubes se regeneran constantemente y provocan precipitaciones no hace que llueva menos en otros lugares, sino que lo haga más en varios sitios diferentes.
“En cuanto al granizo que también hemos mencionado, para impedir los daños que provocan en las cosechas también se recurre a la cosecha de nubes. En esta ocasión su utilidad es la de acelerar las precipitaciones de granizos de menor tamaño antes de que lleguen a ser gruesos y dañinos.
“Hasta ahora ninguna investigación ha concluido que el yoduro de plata pueda utilizarse para que no llueva en ningún momento. Por lo tanto, más que las fumigaciones clandestinas que vienen denunciándose, los científicos apuntan a que las sequías son fruto del cambio climático, y que éstas irán en aumento durante los próximos años”, concluye Yúbal FM.
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