RECLAMAR LOS MEDIOS PÚBLICOS

¿Cómo hacer, en el contexto de la Cuarta Transformación y dentro de un nuevo esquema de comunicación social, para enfrentar a esa derecha electrónica a la que le va a costar mucho trabajo aceptar el cambio de régimen?, le preguntan al analista de medios Jenaro Villamil los moneros Hernández y Helguera, sus anfitriones en El Chamuco TV.

En el tercer programa de la segunda temporada (https://tv.unam.mx/portfolio-item/el-chamuco-tv-temporada-2-programa-2-2/) de la emisión que realizan en TV UNAM los dibujantes de la revista El Chamuco y los hijos del averno, el columnista de Proceso responde:

“La sociedad debería acercarse a los medios, especialmente a los medios públicos, siempre que los medios gubernamentales se vuelvan medios públicos. Y la manera más eficaz de acercarse a ellos es interesándose en los contenidos, por ejemplo, de TV UNAM. Viendo esos canales y demandando contenidos de calidad”.

En ese sentido, “hay un gran desaparecido que se llama Capital 21, el canal del gobierno de la Ciudad de México. ¿Quién lo ve? Y eso que es una televisora pública con una superconcesión, que es multiprogramable –podría haber ahí cuatro canales–, tiene presupuesto e infraestructura”. Capital 21 existe desde hace cuatro años, “pero la ciudadanía tendría que reclamar ese espacio. Como cuando han protestado en Canal 11 porque les quitan un programa o porque les ponen a Ricardo Alemán. Tiene que haber una interacción entre los medios y la sociedad”, explica Villamil.

NO SOMOS VENEZUELA

Para los moneros, una de las misiones de la derecha electrónica es convencernos de que nos estamos convirtiendo en Venezuela. Y esto se vio en los días recientes con la crisis de distribución de combustibles por las acciones contra el huachicoleo que emprendió el gobierno de López Obrador. En octubre, cuando se transmitió este programa de El Chamuco TV, el símil de Andrés Manuel con Chávez y Maduro ya era una cantaleta en los medios fifí.

“Sobre el caso de Venezuela –dice Villamil– y por lo que hemos estado viendo los días previos a la investidura presidencial, la principal oposición va a ser dentro de Morena.

“Muchos dicen que Morena va a ser la réplica del PRI. Pero el tricolor se creó desde el poder, no para ganar el poder. Nunca accedió al poder de forma democrática, [pues cuando se convirtió en alternancia al PAN] Peña Nieto rebasó trece veces los gastos de campaña.

“Incluso en la discusión de las circunstancias chistosas en las que se repartieron comisiones en el Congreso, como la de Cultura para el diputado Sergio Meyer, es muy sano que por primera vez la gente discuta quién debe ser el presidente de una comisión en cualquiera de las cámaras.

“En 12 años que llevo cubriendo el Senado –resumió Villamil– nunca había visto que la sociedad se interesara por algo como si debía darse la comisión al PES o a Mayer. Nunca había visto que desde las filas de Morena, desde el sector lopezobradorista, también se criticara el caso de la revista ¡Hola!”.

MORENA PIDE MÁS

Helguera reconoce que “se está dando una discusión que no se daba antes”, pero advierte que eso puede derivar en rupturas dentro de Morena:

“En el Senado hay mínimo dos morenas: la de Ricardo Monreal y la de Martí Batres, que ya están en conflicto aparente. Y si lo están y van a debatir en público sobre sus diferencias, qué bueno. Pero ni siquiera aceptan que hay diferencias”.

Y para Villamil, ese ejercicio que está en la redes va a ser muy sano. “Muchos le tienen miedo a esa parte fundamentalista de los que defienden todo lo que dice el Peje. Pero creo que también es parte de una cultura política del ‘sí señor presidente’. La cultura priista que va a tardar mucho en cambiar”.

Se dice que López Obrador es priista, “¿y Fox qué era?”, cuestiona Villamil. “Solo tenemos una cultura política en este país, y su transformación se va a dar a través de la discusión que tengamos en los medios. Tenemos revistas y portales para ello. El debate va a tardar, pero se va dar”.

El entrevistado se confesó optimista ante el momento de libertad que se está viviendo y para el cual no estábamos acostumbrados. Pero eso no nos debe llevar “a ver qué dice Andrés Manuel, si me conviene o no cuestionarlo. Esos resortes van a cambiar y como periodista tienes que estar más consciente de tu posición y tu congruencia, de las audiencias con las que estás interactuando, no de lo que diga el poderoso. Lo que diga el gobernante está bien, pero no es tu interlocutor”.

UN ANIMAL POLÍTICO

Para Helguera, estamos ya acostumbrados a que los presidentes sean simples administradores, que no sean siquiera gente con oficio político, ya no digamos estadistas.

“En efecto –coincide Villamil–, llevamos sexenios sin un liderazgo político. El Peje es un animal político, un gran político, un líder de tres dimensiones: tiene un liderazgo social, un liderazgo político y además, como presidente, va a tener poder político.

“Como pejezombi, debo reconocer que lo que pasó el 1 de julio es responsabilidad de todos y hay que defenderlo. Hay que criticar cuando hay que criticar, y ponderar cuando haya que hacerlo. Por ejemplo, la portada del ¡Hola! no significa el fin de la 4T. Decir lo contrario es una mamada de la derecha. Lo que sí fue es un error tremendo de autoconcepción.

Como dijo El Fisgón, ¿en qué estaba pensando César Yáñez? Fue un error. Pero qué bueno que suceda para que también [los colaboradores de Andrés Manuel] pongan las piezas donde deben estar”, cita Villamil. A lo que Helguera agrega: “Después de tres o cuatro metidas de pata así, van a empezar a entender que no entienden”.

En cuanto a la réplica de López Obrador, comenta Jenaro, “muchos se ofenden porque Andrés Manuel les dice prensa fifí [a sus detractores], como si no lo conocieran. Pero una cosa es que les diga prensa fifí y otra que esté amenazando a los periodistas o coartando la libertad de expresión.

“Qué queremos, ¿los modales modositos del Edomex donde al estilo Carlos Hank te daban la mano mientras te apuñalaban por la espalda? Porque esa fue la escuela de Peña Nieto: buenos modales formales y una mano dura espantosa, persecutoria, con la habilidad para no dejar huella según ellos.

“Yo prefiero un presidente con el que si no estoy de acuerdo pueda debatir abiertamente en las redes sociales o en los medios de comunicación, y que me responda aunque me diga fifí, a un presidente que me ignore o que, simple y sencillamente, ordene correrme o me mande a presionar en forma indirecta con llamadas a mis padres.

“Estoy contando algo real, a mi padre les dijeron que me secuestraron para dejarme en claro que saben quiénes son mis papás y que saben dónde viven y qué teléfono tienen, enfatizando que el mensaje se puede hacer real”.

Y concluye Jenaro Villamil:

“Yo no estaba optimista con Peña. La elección fue como salir de una pesadilla. El triunfo es nuestro, resultado de nuestro trabajo”.

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