REFORMA ELECTORAL VI

EL SENTIR CIUDADANO

José Roberto García Ortiz, un “comerciante de Manzanillo” que viajó desde el puerto en su motocicleta, encarnó como ningún otro de los participantes el espíritu popular de la audiencia pública sobre la reforma electoral, celebrada en Colima el jueves 27 de noviembre de 2025 en la Sala de Convenciones de Gobierno del Estado.

Fue el primer ponente que desfiló frente a Lázaro Cárdenas Batel, jefe de la Oficina de la Presidencia, a quien como integrante de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral le correspondió escuchar las propuestas de los colimenses.

García Ortiz se registró para pedirle a los constituyentes que discutirán la reforma, algo sencillo: poner fin al “derroche” en los procesos electorales. Simplemente “hacer más con menos”, que “las campañas sean austeras” y que ningún candidato se apropie de los programas sociales para promoverse.

También llamó a “bajar el presupuesto a los partidos y los sueldos de los legisladores”. Pidió lo que nadie: “exámenes antidoping a los candidatos”. Y lo que todos: que ya no haya congresistas “plurinominales”.

SIN DINERO, NO HAY AUTONOMÍA

El abogado corporativo Noé Ibarra Arreguín pidió ver de manera sistémica las aportaciones que se han hecho en este foro, en temas como la representación popular, el financiamiento a partidos o la definición de las autoridades electorales.

Sólo incluyendo esos y otros conceptos en una reforma integral que realmente refleje el sentir de la ciudadanía, no nos quedaremos con una reforma incompleta “como la del 2014”, dijo.

Con la experiencia de haber sido, entre 2014 y 2017, secretario ejecutivo del Consejo Municipal Electoral de Cuauhtémoc y, entre 2017 y 2022, director de Organización Electoral del IEE, sostuvo que quienes resulten autoridades electorales mediante los mecanismos de esta reforma enfrentarán varios retos.

Uno de ellos, el desencanto en materia electoral. “La gente no quiere participar, no ha aumentado la participación ciudadana”. Cuando se creó el Instituto Electoral de Estado de Colima en 1991, la participación ciudadana era del 70 % y, actualmente, ronda el 67 % cuando son elecciones para gubernatura y, un 53 %, en elecciones intermedias.

La evaluación de “qué estamos haciendo bien y hacia dónde vamos”, nos enfrenta a temas como el presupuesto: el gran desafío que hoy enfrentan los organismos electorales. “El IEE ha sufrido reducciones presupuestales de más del 60 %, lo que lleva a preguntarse dónde está la autonomía de los organismos electorales. La suficiencia presupuestaria es fundamental para garantizar la autonomía del órgano público local electoral”.

Otros dos temas que destacó Ibarra Arreguín son, por un lado, la confianza y credibilidad de los institutos electorales y, por otro, la paridad de género que ya se ha trabajado bastante desde 2014 pero sigue siendo un asunto pendiente.

Al participar “en una designación para el organismo electoral local, me di a la tarea de investigar a través de Transparencia la cantidad de directoras de área que tenemos en los 10 ayuntamientos de Colima”. Mientras la regla para la asignación de regidurías por cuota de género en un cabildo se aplica bien, en la administración municipal “todavía un 90 % de las direcciones está acaparado por hombres”.

Un tratamiento más amplio de estos temas lo inscribió Noé Ibarra en el micrositio https://www.reformaelectoral.gob.mx.

ENSEÑAR DEMOCRACIA

La regidora de Tecomán, Lizeth Esperanza Briceño López, compartió su reflexión sobre “una reforma electoral desde la democracia participativa, con perspectiva educativa y humanista”.

Para la munícipe que fue postulada por el Partido del Trabajo, “la democracia se aprende, se vive y se defiende”. Con esa perspectiva humanista y pedagógica, habló de la necesaria articulación entre educación y democracia.

Acompañada desde el público por el alcalde Armando Reyna, la edil tecomense señaló que hablar de democracia participativa necesariamente lleva a pensar en formación ciudadana. Porque “un país no sólo organiza su democracia; la educa, la vive y la defiende”.

“Como académica y servidora pública” está convencida de que “el fortalecimiento de nuestra vida democrática no depende únicamente de las leyes o de los organismos electorales, sino de la formación de ciudadanos conscientes, informados y capaces de ejercer su participación política de manera libre y crítica”.

Por ello, propuso que la reforma electoral incorpore un programa nacional y permanente de formación cívica y democrática, coordinado entre la SEP, el INE, las universidades y los organismos públicos locales electorales (oples). “Este programa debe acompañar a nuestras niñas, niños, adolescentes y jóvenes durante toda su trayectoria educativa; cultivando principios de ética pública, pensamiento crítico y responsabilidad social”.

Asimismo, consideró “imprescindible institucionalizar las escuelas electorales ciudadanas en cada municipio del país. Estos espacios permitirían que personas de todas edades ––estudiantes, trabajadores, mujeres, adultos y mayores–– aprendan de manera accesible y práctica cómo funciona el sistema electoral, cuáles son sus derechos políticos electorales y cómo pueden participar activamente en la vigilancia, transparencia y defensa del voto”.

Una ciudadanía educada, participa y exige; una ciudadanía empoderada, transforma ––sentenció la concejal.

CIUDADANÍA DIGITAL

“En esta época de hiperconectividad digital”, Liz Briceño propuso fortalecer la alfabetización cibernética y la ética informativa “desde la educación básica hasta la superior”.

Expuso que “la democracia contemporánea se disputa en los entornos virtuales, donde la desinformación, la manipulación mediática y la polarización pueden condicionar la opinión pública. Por ello, la formación ciudadana debe incluir competencias digitales cívicas que permitan analizar, contrastar y evaluar críticamente los contenidos informativos, promoviendo el uso responsable de las redes sociales”.

De igual forma, consideró “fundamental que los jóvenes universitarios tengan un papel más activo en los procesos democráticos. El establecimiento de un servicio social electoral nacional permitiría integrar a miles de estudiantes como observadores, capacitadores o asistentes técnicos en los procesos electorales. Ello no sólo fortalecería la legitimidad del voto y la confianza social en las instituciones, sino que fomentaría una cultura de compromiso público y corresponsabilidad democrática en las nuevas generaciones”.

Finalmente, señaló que “toda política pública que aspire a consolidarse, debe evaluarse de forma transparente y rigurosa. Por ello, propongo la creación de un sistema nacional de evaluación cívica de las políticas electorales, integrado por instituciones académicas, centros de investigación, universidades y organismos electorales. Este sistema permitirá medir el impacto real de las reformas electorales, asegurando que respondan a las necesidades sociales, promuevan la equidad y fortalezcan la participación ciudadana”.

Las propuestas que presentó “parten de una visión humanista” que concibe a la persona como “sujeto social y transformador”. La educación, desde esa perspectiva, “no es sólo un proceso de transmisión de conocimientos sino una práctica de libertad, conciencia crítica y construcción colectiva”.

“Una reforma electoral auténticamente democrática no puede limitarse a ajustar estructuras técnicas; debe apostar por la formación ética, el desarrollo del juicio crítico y la construcción de una cultura cívica sólida y participativa.”

“Estoy convencida que la democracia es un proceso educativo permanente”. Un pueblo educado, participa; un pueblo participativo, defiende su soberanía; y, un pueblo soberano, es la base de toda república justa, libre e igualitaria. “Por ello, sostengo con firme convicción que la democracia no se decreta; se aprende, se vive y defiende”, remató la regidora Briceño López.

UNA REFORMA INTEGRAL

Ex militante del PAN –partido al que llevó a tribunales en defensa de sus derechos políticos personales– y ex funcionario en la oficina de la Juventud del Ayuntamiento de Colima, el abogado Benjamín Delgado Cordero señaló que “la reforma electoral que hoy se discute no es un ajuste técnico, sino una decisión de Estado. Hoy no venimos a maquillar la democracia, venimos a transformarla”.

“La política ha perdido valor porque se ha desconectado de la gente. Apenas el 27.9 % de la población confía en los partidos políticos. Una cifra que refleja el desencanto, hartazgo y desconfianza en quienes deberían representar al pueblo. La gente no dejó de creer en la democracia, dejó de creer en quienes la administran. Y cuando la política pierde credibilidad, se debilita el tejido social.”

“El sistema de partidos dejó de responder al interés ciudadano y se convirtió en una estructura que se protege a sí misma”. Por ello, propuso elevar al 6 % el mínimo de la votación para que un partido político conserve el registro. “Un partido que no cuente con respaldo social real, no tiene por qué seguir viviendo del erario”.

Y propuso establecer como causal directa de pérdida del registro, la comprobación de financiamiento proveniente del crimen organizado. “La democracia no negocia con el delito”.

También pidió eliminar el financiamiento público para actividades ordinarias de los institutos políticos; otorgar recursos razonables únicamente a campañas y actividades específicas, “priorizando la capacitación política de mujeres y jóvenes sobre el sostenimiento de burocracias partidistas”.

Supongo que por su propia experiencia, Benjamín Delgado exigió mecanismos para impedir que los órganos de justicia intrapartidista sigan siendo instrumentos de control político. Como en la actualidad “retrasan deliberadamente resoluciones y protegen a las cúpulas de sus partidos, propongo plazos obligatorios y sanciones reales” que garanticen “una justicia pronta y efectiva a las militancias”.

“La democracia no puede construirse desde el silencio ni desde interpretaciones excesivas que inhiban la expresión política. Se han fortalecido en los últimos años restricciones exageradas que limitan las opiniones de líderes políticos, militantes, comunicadores e influenciadores. No se trata de vulnerar la ley, sino de evitar que estas restricciones se conviertan en un mecanismo de inhibición del debate democrático.”

“Lo único que debe prohibirse con total rigor, es el uso de recursos públicos con fines electorales.”

CLAUDISTA DECLARADO

Tras expresar su respaldo institucional a la presidenta Claudia Sheinbaum, felicitándola por una “gestión firme y por impulsar estos espacios de diálogo que son importantes y fortalecen nuestra democracia”, propuso tres debates obligatorios entre candidaturas a la presidencia, gubernaturas y presidencias municipales. “Quien aspire a gobernar debe debatir, contrastar y dar la cara al pueblo”.

En la cámara baja, Benjamín Delgado sugirió reducir a 250 las diputaciones de mayoría relativa y crear 150 curules de representación proporcional, que serían ocupadas por quienes compitieron directamente y obtuvieron como candidatos respaldo ciudadano; eliminando, así, las lista cerradas creadas por los partidos políticos para acomodar a sus incondicionales. “Las diputaciones federales se deben ganar con votos, no con cuotas”.

Pidió también mantener los candados constitucionales que se encuentran ahora mismo en las leyes electorales, para que ningún partido concentre por sí solo la mayoría calificada.

En el Senado, propuso eliminar la Lista Nacional de partidos y reducir de 128 a 96 el número de senadores, garantizando ahorros sustantivos y una representación más legítima.

Recomendó la implementación del sistema PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) de elecciones intrapartidistas, para que la definición de candidaturas sea un proceso público. Esto restituiría la confianza en los partidos políticos y los forzaría a abrir sus procesos internos a la ciudadanía.

El fortalecimiento democrático también exige revisar el funcionamiento de los recursos electorales. Se han identificado excesos administrativos y presupuestales que deben corregirse, no desde la confrontación sino desde la responsabilidad institucional y generando mecanismos que eviten su repetición.

“Propongo que consejeros y magistrados electorales sean designados mediante procesos objetivos de evaluación, basados en exámenes, trayectoria y entrevistas públicas; eliminando la discrecionalidad política con la que el Senado resuelve estos nombramientos.”

“Lo ideal” es que la cámara alta únicamente expida convocatorias y lleve el proceso, pero que el Senado “no determine quién va y quién no”; que las autoridades electorales sean elegidas mediante los resultados de las evaluaciones.

“Debe garantizarse plenamente la autonomía del INE y de los oples, fortalecer el servicio profesional electoral nacional y construir órganos internos de control técnico, ético y profesional que asegure un uso responsable de los recursos públicos.”

REELECCIÓN PRESIDENCIAL

Para Benjamín Delgado, debemos abrir un debate serio sobre reducir el mandato presidencial y de las gubernaturas a cuatro o cinco años, con posibilidad de reelección consecutiva. “No debe temerse evaluar el desempeño gubernamental mediante el voto”.

La reelección permitiría consolidar políticas efectivas y corregir las que no funcionan. Cada sexenio cambia la estrategia de seguridad por ejemplo, y México paga el costo. La falta de continuidad ha sido uno de los mayores fracasos del Estado en los últimos años.

“Quienes somos aliados de la Cuarta Transformación, vemos con buenos ojos el mensaje de apertura de la presidenta de México. Estos foros reflejan la voluntad política para escuchar dialogar y fortalecer la democracia.”

“Estoy convencido de que el trabajo de la doctora Sheinbaum le está haciendo mucho bien a México. Su liderazgo está dignificando la política y orientando al país hacia un modelo más justo, más democrático y más cercano al pueblo.”

“Esta reforma no es técnica, es ética; no es de partidos, es del pueblo; no es coyuntural, es una transformación necesaria para la historia democrática de México”, sostuvo el ponente.

GOBIERNISMO INDEPENDIENTE

Por el acomodo de los temas y no por otra cosa, dejamos para lo último en esta reseña de la audiencia pública que se puede consultar en la transmisión que hizo la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, https://www.youtube.com/watch?v=-5OQA6eOpWI), la intervención de Martha Lizeth Ramírez Pérez.

La presidenta de la asociación civil Centro Gobiernista Emprendedor de Colima fue a defender su tema: “Queremos que al gobiernista se le tome en cuenta”.

Un gobiernista es alguien que, como ella, ha pasado por tres oficios. En su caso, “soy forrajera” (se jubiló de una empresa especializada en la venta de alimentos balanceados), “penitenciarista y una persona con conocimiento de las gobernanzas”. De un o una gobiernista se espera también que rebase (ella con cinco) los 50 años.

Gobiernista, ejemplificó, fue Nelson Mandela que cuando salió libre tras 27 años en prisión asumió la presidencia de su país, y ahí aprendió a defender la gobernanza. Otro gobiernista que pasó 12 años encarcelado fue José Mujica, presidente de Uruguay entre 2010 y 2015.

Ambos se entregaron al gobierno sin buscar “venganza”. Si el gobiernista quiere estar “en la cadena de mando”, asumir “la autoridad” y colocarse en la cima de “la jerarquía”, no puede atacar al gobierno.

La activista pidió entonces que en la reforma electoral “se tome en cuenta la figura del gobiernista independiente”. [Gobiernista, dice el Diccionario del Español Actual de la Fundación BBVA, es aquel ‘partidario o defensor del gobierno’]. Y entregó a Lázaro Cárdenas Batel, para que el ex gobernador de Michoacán entienda mejor el concepto de gobiernismo, un documento donde explica ese término que “ha evolucionado bastante”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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