En Univisión, Jorge Ramos anunció que la cadena en español iba a cortar la conferencia de prensa del presidente Donald Trump, “y la razón es muy sencilla” pero muy importante: “parte de las cosas que ha dicho […] son mentira. No es cierto lo que ha dicho respecto a que votos ilegales están evitando su victoria. No ha presentado ningún tipo de evidencia” de que “se le haya hecho trampa”.
Quiere “hacer una diferencia entre los votos”, llamándolos “legales e ilegales sin tener ninguna evidencia”, añadió su compañera a cuadro, Ileana Calderón.
También lo decretó Lester Hold, presentador en NBC News: “Tenemos que interrumpir a Trump porque el presidente ha hecho una serie de afirmaciones falsas”.
Y así cada uno de los conductores de las televisoras que cortaron al unísono el discurso presidencial, en horario de máxima audiencia, repitiendo casi las mismas palabras y justo en el mismo momento. Se evidenció que la determinación fue preconcebida, porque varios de los presentadores usaron el mismo argumento: Trump está diciendo mentiras.
Los Periodistas de La Octava, Álvaro Delgado y Alejandro Paéz Varela, conversaron sobre esta cuestión con el ex director de Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda, en la emisión del viernes 6 de noviembre de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=4GcZfhwuYCE).
Justo ese día, la revista cumplía 44 años de existencia. El semanario donde es reportero Delgado, fue fundado por Julio Scherer y Vicente Leñero en 1976. Y si todavía hubiera sido el director, Rodríguez Castañeda (que antes fue corresponsal de Proceso en Washington) le habría puesto al episodio un título muy atractivo: “cuando el cuarto poder se amordaza a sí mismo”, adelantan los conductores.
RENUNCIARON A LA 1ª. ENMIENDA
En efecto, dice Rafael Rodríguez, “estas cadenas televisoras renunciaron, de una manera perfectamente concertada en sus respectivas oficinas editoriales, a los derechos que les otorga la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos; renunciaron a una de las piezas fundamentales del funcionamiento democrático de ese país que es, precisamente, la libertad de expresión.
“Esta libertad contiene varios elementos pero, en primer lugar, garantiza el derecho de los ciudadanos a ser informados en lo que sea de interés público. Y ni siquiera un medio de comunicación está por encima de ese derecho.
“El jueves 5 se violentaron los derechos de los ciudadanos estadounidenses a recibir una información evidentemente de interés público, puesto que son declaraciones nada más y nada menos que del presidente de ese país, elegido democráticamente en 2016 por el pueblo de los Estados Unidos. Es una aberración periodística pero, sobre todo, una falta de ética de las televisoras”.
DEMOCRACIA CON ALFILERES
¿Cuál debió ser la actitud de las cadenas, considerando que Donald Trump ha mentido una y otra vez durante su presidencia? Mintió sobre sus impuestos, sobre la pandemia o sobre la cura y la vacuna contra el covid. ¿Se justifica que las televisoras se hayan negado a escuchar más mentiras?, preguntan al invitado.
“Como periodistas, sabemos de lo que se trata el periodismo –comenta Rodríguez Castañeda–: esencialmente consiste en obtener información de interés público, para distribuirla en el momento oportuno. Cuando un periodista renuncia a difundir la nota, está renunciando a su escencia periodística y optando por darle a esa actividad periodística una connotación claramente política.
“Donald Trump fue elegido a contrapelo de la estructura formal de la sociedad estodunidense, formada entre otros muchos elementos por las grandes cadenas que dominan la información. Hace cuatro años una mayoría suficiente se decidió por la propuesta de Trump, pero desde el principio hubo confrontaciones entre la Casa Blanca y los medios más importantes de comunicación.
“De eso se trata la democracia. No sólo implica elegir gobernantes sino también darle oportunidad al pueblo de formarse en una cultura democrática. La decisión de las televisoras tiene un elemento político que distorsiona la democracia. Por esa connotación política, las televisoras fallaron a la ética y a la concepción más estricta de la profesión del periodismo.
“No sé qué otra cosa podían argumentar a no ser que Trump es un mentiroso, pero luego leo en los portales de esas cadenas versiones escritas del discurso presidencial. Entonces, ¿hace menos daño difundirlas por escrito que en vivo? Ese manejo de la información sólo es explicable por un matiz político que, indudablemente, tiene polarizada y dividida a la sociedad estadounidense.
“Desde una perspectiva estrictamente periodística, es aberrante. Y no tiene precedentes en sociedades que se consideran democráticas. Esto nos lleva a una reflexión adicional: la democracia en Estados Unidos tiene muchas lagunas, está prendida con alfileres, los mismos que suponen los intereses de los que dependen los grandes medios de información.”
AUTOCENSURARSE Y CENSURAR
¿El argumento de que Trump miente puede ser razón suficiente para impedir a los ciudadanos, ya sea que estén a favor o en contra del presidente, escuchar lo que éste tiene que decir?
“Varios medios de comunicación se arrogan el derecho a calificar si es cierto o falso lo que alguien dice. Pero haber acallado al presidente de los Estados Unidos, que de una manera u otra llegó a la Casa Blanca por la vía del voto, es absolutamente antiético”, sostiene Rafael Rodríguez Castañeda.
“Todas las mentiras que pudo haber dicho Trump a lo largo de cuatro años, han sido rebatidas por medios que, hasta ahora, siempre le dieron oportunidad al público de escuchar lo que su presidente decía. Sin embargo, el 5 de noviembre trataron mal al público: como menores de edad, como párvulos. Un periodista puede discutir si algo es de interés público, pero no me imagino que las palabras de un presidente de cualquier país no sean dignas de ser difundidas.
“Durante el sangriento sexenio de Felipe Calderón, muchos medios de comunicación importantes, incluidas obviamente las grandes televisoras, acordaron no mencionar lo que estaba pasando en México para no hacer apología de las bandas de narcotraficantes. Pero ahora resulta que, en Estados Unidos, los medios deciden que el público no reciba una información presidencial porque lo puede escandalizar.
“En esos años del calderonismo, Proceso, como en otras etapas críticas de este país se mantuvo por cierto absolutamente alineado con la libertad de información, la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad en general [como no lo hizo gran parte del resto de la prensa].
“A ese episodio mexicano, puedo calificarlo como el momento en que el cuarto poder decidió amordazarse a sí mismo”, reseña el invitado.
UN PAÍS RESENTIDO VOTÓ POR ÉL
Sin ser politólogo ni un estudioso del ejercicio del gobierno, pero como periodista con más de 50 años de trayectoria que ha observado el comportamiento de las figuras públicas y de las estructuras gubernamentales, Rafael Rodríguez Castañeda piensa que Donald Trump es un fenómeno extraordinario.
“No podemos olvidar que llegó a la Casa Blanca como respuesta al estado de ánimo de una enorme cantidad de ciudadanos estadounidenses, de una parte importante de la sociedad que se exigía a sí misma salvaguardar los intereses del país.
“No es gratuito que Trump enarbole la bandera de ‘hagamos grande otra vez a los Estados Unidos’. Ese mensaje responde al sentimiento de una nación que se considera un país predestinado a ser la gran potencia mundial. Lo ha sido en los últimos 200 años y, por supuesto, pretende seguir siéndolo, como lo han demostrado aplastando cualquier posibilidad de enfrentar rivalidades.
“Trump respondió al voto de los ciudadanos, particularmente del medio este, resentidos socialmente porque se sienten marginados de la enorme riqueza del país. Y ese sentimiento lo tienen tanto blancos como estadounidenses de color e hispanos. Por eso, no necesariamente todos los latinos votaron en contra de él. Y es que los gobiernos demócratas no lograron esa reconciliación del pueblo de Estados Unidos consigo mismo.
“Obviamente, no es un hombre preparado para ejercer el gobierno de un país como Estados Unidos. No tenía preparación política alguna. Y ese enorme desprecio por México y los mexicanos en su época de candidato responde a una reacción absolutamente egoísta, personalísima, porque se sintió víctima de un fraude inmobiliario en Ensenada, Baja California, y de otro en la Riviera Maya. Uno de sus hombres de confianza acudió a Proceso, cuando yo era director, para hacer la denuncia.
“Trump está siendo víctima de sí mismo. No tiene los tamaños para una reelección, pero que se haya dado una disputa tan cerrada en los comicios significa que una parte importante del pueblo estadounidense sigue creyendo en figuras como él. De otro modo, hubiera arrasado Joe Biden. Los analistas sostienen que si no hubiera sido por el coronavirus y su mal manejo de la pandemia, Trump habría asegurado la reelección.
“La confrontación de Trump con los medios de comunicación llama demasiado la atención. Pero no estoy tan seguro que las cifras económicas de Estados Unidos sean tan negativas bajo su gobierno. No defiendo su política ni su manera de ser, sus improperios evidencian que no es un hombre en sus cabales, pero habría que preguntarse qué pasa en los Estados Unidos para que un hombre de esas características llegue a ocupar la Casa Blanca y, por poco, se queda otros cuatro años.
“Al margen de esas consideraciones, lo del jueves es un hecho mucho muy negativo para la sociedad democrática que pretende ser Estados Unidos”, sentencia Rodríguez Castañeda.
LAS ANTICUADAS IDEAS DE BIDEN
¿Con Joe Biden habrá un viento fresco, no sólo para Estados Unidos sino también para México?
“Por supuesto que no, ¿por qué podríamos pensar que Biden representa aire fresco? Es un político de ideas absolutamente anticuadas. Lo califican de izquierdista y hasta de socialista los derechosos que apoyan a Trump. Pero como en su momento Barack Obama fue la gran ilusión en muchos sentidos, para acabar ejerciendo una política migratoria definitivamente negativa para los indocumentados, no le conozco a Biden ideas que nos permitan imaginar que representa una esperanza en que serán distintas las cosas, para Estados Unidos, el mundo o México.
“Como los alacranes, Estados Unidos responde a su naturaleza. Es una gran potencia imperialista, con un racismo profundamente arraigado –pese a sus avances tecnológicos– en el siglo XIX. Quiere seguir siendo la sucesora de los imperios británico y francés, aunque ahora tiene esta competencia con China a la cual responde la rivalidad enorme entre los dos países”, concluye Rafael Rodríguez Castañeda.
LAS CHAPUZAS AL LECTOR
Para Nacho Rodríguez, El Chapucero, no es casual que después del corte de señal al mensaje de Donald Trump empezaran, “los chayoteros en México, a decir que la televisión nacional debería hacer lo mismo con López Obrador”: cortar la mañanera cuando, según los medios, el presidente diga mentiras.
La justificación de la censura a Trump que hicieran Jorge Ramos y León Krauze, fue extrapolada a México por Carlos Loret, Denise Dresser y todos los personajes del bloque opositor amplio (BOA). Pero lo curioso es que ninguna cadena de televisión comercial en México pasa la mañanera, señala el youtuber.
La difunden dos de los medios públicos y las redes sociales de la Presidencia de la República y de López Obrador, pero “se multiplica gracias a los youtubers” y a quienes la retransmiten por Facebook, dijo el periodista tabasqueño en la emisión de Chapucero Network del 6 de noviembre de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=7LAR2u0zT6M).
Por lo demás, si las televisoras no recogieran extractos de lo que está diciendo el presidente en la conferencia matutina, se les caería el poco rating que tienen. La mañanera hizo que se desplomara el rating de Carlos Loret, de los noticieros de TV Azteca a esa hora y hasta el de Carmen Aristegui. Es “increíble, insólito”, cómo AMLO “se chupa todo el rating”, se mofa El Chapucero.
También en los medios digitales, Vicente Serrano enfatizó que cuando los medios de comunicación tradicionales cortaron el mensaje presidencial enviaron la señal de que pueden hacerlo.
Sin embargo, lo que en realidad están haciendo es contribuir a incendiar el país. En lugar de apagar el fuego de la contienda electoral, Telemundo, Univisión, ABC o CBS le echaron gasolina. La mitad de los estadounidenses que votaron por Trump, están ahora convencidos del fraude.
En la emisión de Sin Censura del 6 de noviembre de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=l1jnBjFSzBA), Serrano contradijo a Jorge Ramos, quien justificó la interrupción de la conferencia de prensa señalando que Donald Trump mentía respecto a votos ilegales que estaban evitando su victoria, sin presentar algún ningún tipo de evidencia. Que Trump mienta, “no justifica el atentado contra el derecho a la información de las audiencias”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.