Se evidenció la corrupción

En vísperas de la entrega del sexto informe del Presidente Enrique Peña Nieto, ceremonia que aunque se realiza desde hace varios años sin la presencia del mandatario en el Congreso de la Unión sigue marcando el cierre de la administración federal, el periodista, académico y escritor Ricardo Raphael de la Madrid consideró que la imagen que del Ejecutivo tiene la sociedad no es buena (menos de un 20% de aceptación) debido a las pifias cometidas durante su sexenio.

En el programa “Así las Cosas” de W Radio, Raphael se remontó al episodio de la Ibero cuando surgió el movimiento #YoSoy132 para establecer la génesis de una narrativa que, con la matanza de Ayotzinapa, el escándalo de la Casa Blanca y el agravio que sufrió su gobierno y el país con la visita del entonces candidato republicano Donald Trump, confirmó que Peña Nieto no sólo oculta información y cuando la acepta es soberbio sino que su gobierno es corrupto, viola los derechos humanos y atenta contra el nacionalismo.

Frente a los retos, Peña se comportó igual y “reaccionó con arrogancia”, sentenció Ricardo Raphael, para quien el Presidente -de acuerdo al resumen de la Redacción-  “viola derechos humanos y es corrupto. Tiene una visión de Estado de México y le falto una visión de Estado. Creyó que el país era su tierra natal”.

Además de haber ordenado como gobernador la represión en Atenco y no haber podido explicar la actuación del Estado en Iguala, la otra duda que tenía la opinión pública, a decir de Ricardo Raphael, era si EPN era tan corrupto como su tío Arturo Montiel:

Flotaba en el ambiente que tenía amigos ricos, que tenía una forma de vida ostentosa, “cierto tufo a mirrey” dicho en los términos del autor de Myrreinato, la otra desigualdad (Temas de Hoy, 2014), pero la Casa Blanca fue la evidencia que faltaba para confirmar no solo que le gusta el dinero, sino que estaba utilizando los recursos públicos para acrecentar su patrimonio.

“Y esta asociación que me sigue pareciendo delictiva aunque digan que se valía, con un constructor, el dueño de Higa, confirma que es corrupto casi al mismo tiempo en que está diciendo (en una conversación con Televisa) que contra la corrupción no hay nada que hacer, porque prácticamente está en nuestro ADN, que es cultural.

“Ahí viene el desfondamiento en su capital político, en su popularidad. Los mexicanos hemos aceptado que en el país hay corrupción, pero no que somos un pueblo corrupto. Y que venga el presidente a justificar su Casa Blanca porque los demás somos una bola de corruptos, se volvió insoportable.

“Ahí tienes a un individuo que oculta, que viola derechos humanos y que es corrupto. Y en ese momento estos dos últimos temas se vuelven centrales en el debate público. Corrupción y violación a los derechos humanos son los polos de la narrativa en la que estuvimos sentados hasta el día de la elección. Al grado que lo que pedíamos al próximo gobierno es que nos resuelva ese tiradero causado por estos dos elementos”, resumió Raphael de la Madrid.

Lastimó al nacionalismo

 Hasta que llegó Trump. Antes de eso “todavía era tolerable para muchos mexicanos tener un Presidente corrupto y que violara los derechos humanos. Tres de cada 10 aceptaba que la corrupción sí está en nosotros o que los derechos humanos ‘son para los humanos no para las ratas’. Lo que no aguantamos en nuestro nacionalismo fue que viniera Donald Trump y que nos utilizara como teloneros del teatro para, luego desde Phoenix, darnos una repasada tan fuerte”.

En ese discurso en la capital de Arizona, el 31 de agosto de 2016, Trump lanzó las más duras expresiones antiinmigrantes de la campaña (que incluían su promesa de construir un muro en la frontera sur y que México pague por él) horas después de haber sido recibido en Los Pinos.

Peña y su gabinete demostraron que en su gobierno “había impericia política y de eso ya no se levantó. Podíamos perdonar la corrupción siempre y cuando fuera políticamente eficiente. Incluso, perdonar los abusos a los derechos humanos, siempre y cuando metiera a los truhanes al orden. Lo que ya no le perdonamos fue la forma en que Trump humilla al presidente, lo usa de tapete. De eso ya no se levanta”.

De hecho, en la conferencia con Andrés Manuel López Obrador donde el presidente electo le adelanta que la Reforma Educativa se va a cancelar, “vimos a un presidente Peña disminuido hasta en su propia narrativa”.

Y coincide con Ricardo Raphael su entrevistadora, Gabriela Warkentin, quien lamenta “esos spots, esas entrevistas en las que intenta defenderse, decirnos ‘no perdí yo, hay un sentimiento antisistema que recorre el mundo’, donde parece que EPN no termina de entender lo que pasó”.

Lo de Trump “lo resiento”, enfatiza Ricardo Raphael, articulista de El Universal (diario donde fue subdirector), autor de varios libros, entre ellos Manual de Investigación 3.0. Periodismo urgente (Ariel, 2017) y Los socios de Elba Esther (Planeta, 2013), conductor de programas en Canal 11 y ADN Noticias, docente en el CIDE y director general del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (UNAM):

“Vemos la foto con Guajardo y Videgaray” en el despacho oval y parece sacada de “El Aprendiz” (el reality-show que conducía el empresario). Está casi diciéndoles ¡loosers! Trump se da el lujo de mentir que va a haber un tratado bilateral (solo entre México y Estados Unidos) cuando todos sabemos que no lo habrá sin Canadá, y ahí tienen a los funcionarios mexicanos aplaudiendo como focas. Esa foto sí afecta nuestras cuerdas más preciadas de identidad. No es que tengamos la autoestima muy elevada, pero hay un momento en que decimos hasta aquí”.

Visión de Estadito 

Para Ricardo Raphael, EPN “leyó muy mal a su población. Tiene una visión de estado de México, no de Estado. No tenía con qué leer la complejidad de nuestro país”.

Y así lo dijo en la entrevista con Denise Maerker, confirma el otro conductor de “Así las Cosas”, Javier Risco: Peña creía que era un paso natural brincar de la gubernatura, pero es más difícil ser Presidente.

En ese sentido, le pregunta Risco a Ricardo Raphael: ¿Cuál es el legado del sexenio?

“¿Me oyes?, ¿me escuchas?, ¿me sientes?”, bromea Raphael de la Madrid aludiendo al Thalía Challenge en Instagram, al que el Presidente Peña se montó. Ya en serio: Peña será como Ignacio Comonfort, el antecesor de Benito Juárez, explica.

“Si a AMLO le va bien, Peña será como Comonfort, alguien de quien nadie se acuerde. Y si le va mal, igual será como Comonfort. Es decir, Peña ya perdió toda posibilidad de estar en los billetes”. Y el problema es que nos echa a los demás la culpa.

Raphael recuerda “un episodio en medio que está muy ligado, el de Carmen Aristegui. Ciertamente el tema Casa Blanca lo descubre un grupo de periodistas haciendo un trabajo riguroso, muy serio. Y es innegable que la reacción del gobierno frente a periodistas que están haciendo su trabajo, fue de alguien con muy mala sangre.

“Pero eso lo lleva a decirnos que fuimos los medios y las redes sociales los que no lo oímos, no lo escuchamos, no lo entendimos. No, señor Presidente. De más lo entendemos.

“Y sí, se echó a los medios encima cuando tocó a una de las nuestras injustificadamente. Ese episodio Carmen Aristegui va a hacer que los libros de historia que comenzamos a escribir los periodistas (ya después vienen los historiadores y los académicos) se escriban mal para él”.

Por ese agravio a Aristegui, el gremio periodístico “difícilmente habría acompañado mejor al Presidente de lo que lo estamos haciendo”, concluyó Ricardo Raphael.

 Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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