SE LEE POR OBLIGACIÓN

Durante el Día Internacional del Libro que se celebró el 23 de abril, el INEGI dio a conocer datos desesperanzadores para los promotores de la lectura en México.

El organismo público reveló que el promedio de lectura de los adultos mexicanos alfabetos presentó un decremento cercano a los diez puntos porcentuales en los últimos cinco años. En 2015 era 84.2 por ciento y ahora es de 74.8 por ciento.

Las razones por las que los mexicanos leen menos ahora de acuerdo con el Módulo sobre Lectura (Molec) del INEGI, son la falta de tiempo (47.9 por ciento) y la falta de interés (21.7) por ciento.

Curiosamente no se menciona la falta de dinero, lo que supuso tanto para los detractores de Paco Ignacio Taibo, director del FCE como para los críticos de la política de López Obrador a favor de la edición de libros tan baratos como diez pesos, un argumento para descalificar la estrategia nacional de lectura.

En un reportaje de Darinka Rodríguez en Verne, el suplemento electrónico de El País, centrado en la pregunta ‘¿Ofrecer libros baratos es la solución a la falta de lectura de los mexicanos?’ (https://verne.elpais.com/verne/2019/01/28/mexico/1548704766_882665.html) citan a Selva Hernández, “propietaria de una librería ubicada en colonia Roma, un barrio de moda en Ciudad de México, gentrificado y abundante en oferta cultural”: ‘Esto no es negocio. Cuando las personas no quieren leer no te aceptan un libro aunque se los regales’.

Para esta librera, el plan de bajar los precios de los libros es una solución simple a un problema complejo. Según el INEGI, solo el 1.7% de los mexicanos no lee porque no tenga dinero para pagar un libro. “No vamos formar lectores regalando libros”, dijo a Verne por otra parte Carlos Anaya Rosique, presidente del consejo de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.

ESTO NO ES NEGOCIO

Taibo sentenció que los costos de los libros bajarían casi por decreto. “Vamos a forzar a que el conjunto de la industria editorial baje sus precios, co-editando con ellos y sustituyendo importaciones”, dijo.

Dos días después, Taibo recalculó sus palabras. “Creo que usé la palabra equivocada, forzar, porque tiene una interpretación doble… vamos a ayudar a que la industria entre en el proyecto”, señaló en una entrevista radiofónica. “Fue una palabra desafortunada, sí, pero ayudó a poner el debate en el centro”.

Selva Hernández, quien comanda tres librerías y a veces ve a menos de veinte personas pasearse por los estantes en un día, sabe que los precios no disminuyen porque el Gobierno lo dictamine, cita El País. “Se trata de un mercado que va desde el escritor, pasa por los editores, correctores, diseñadores y puntos de distribución. Todos pagan impuestos y al final de la cadena no podemos reducir los precios tan fácil”, explicó Hernández.

LEER ES UN PLACER

En 2017, el último dato disponible, las editoriales del sector privado en México registraron una venta de casi 136 millones de ejemplares, once millones de libros menos que hace cinco años. “La gente en este país no lee porque no nos inculcan el amor a la lectura”, señala Gabriel Rodríguez Liceaga, un escritor que ha recibido apoyos del Estado.

Aquí se lee por obligación (especialmente en la escuela), no por gusto. Aunque no han sido pocas las campañas dedicadas a fomentar el hábito de la lectura en México. ‘Diviértete leyendo en familia’ y ‘Lee 20 minutos al día’ fueron las frases escogidas para adornar la imagen de artistas de televisión y grupos de música pop para alentar la actividad, recuerda Verne. “Se sigue planteando la idea de la lectura como un sacrificio que se hace para obtener alguna otra cosa mejor”, dijo Alberto Chimal, dramaturgo mexicano.

Para el escritor y periodista cultural Julio Patán, estas campañas han abonado a la causa aunque no hayan cambiado el panorama significativamente. “Se trata de un problema estructural con la educación en México y que el nuevo régimen no está atacando: la cancelación de la Reforma Educativa y la tolerancia con los líderes sindicales no apuntan a que eso vaya a cambiar”, comentó a Verne.

Sin embargo, la mayor parte de las publicaciones en México están dedicadas a la educación en todos sus niveles. Más de la mitad de los ejemplares producidos en el país son materiales de consulta educativos y 159 millones son libros de texto gratuito para los alumnos de educación básica.

“En la presentación de una estrategia nacional no solo debemos hablar de cómo se lee, sino de dónde se lee”, señala Anaya Rosique. “Al salir de la escuela es más fácil que los niños encuentren videojuegos que libros. En México existen 7,427 bibliotecas públicas y 229 privadas, de acuerdo con datos de la Dirección General de Bibliotecas y el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas. La mayoría están ubicadas en centros urbanos y corresponden a menos de la mitad de los municipios existentes en el país, concluye el reportaje de Verne.

¿POR QUÉ SE LEE TAN POCO?

Averiguar por qué no lee la gente, es el propósito de la encuesta de Molec. “Los resultados de este proyecto tienen como propósito contribuir al diseño de políticas públicas orientadas al fomento de la lectura y son un insumo para las instituciones vinculadas con los temas de educación, cultura, fomento cultural e industria editorial, entre otras”, señala el INEGI en el boletín de prensa (http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2018/EstSociodemo/MOLEC2018_04.pdf).

Según el Molec, de cada cien personas de 18 y más años de edad tan sólo el 42 por ciento declararon haber leído al menos un libro en los últimos doce meses mientras que en 2015, fue de 50 por cada cien. Eso quiere decir que la población adulta está leyendo 3.3 libros al año.

¿Qué leen los que sí leen? ¡Qué es lo que más le gusta leer al adulto mexicano? Aunque el tipo de material de lectura varía dependiendo del sexo, el Molec señala que la proporción de hombres encuestados declararon que leen más periódicos para tener más cultura general, mientras que las mujeres buscan los libros y las revistas para entretenerse.

“La temática más leída en los libros fue literatura con 42.5 por ciento, seguido de los relacionados con alguna materia o profesión, libro de texto o de uso universitario (34.1 por ciento) y de temas de autoayuda, superación personal o religioso (26.6 por ciento)”, señala el Molec.

Por otro lado, los temas que más buscan las cien personas encuestadas en las revistas son los de entretenimiento con el 31.1 por ciento, le siguen con el 23.9 por ciento, las de bienestar o salud y cultura general o temas de interés y las revistas especializadas, técnicas o científicas las consultan el 22.5 por ciento.

Los consultados con un mayor grado de educación superior fueron los que tenían un hábito por la lectura elevado, el 90 por ciento de esta población es lectora de libros, revistas, periódicos, historietas o páginas de internet, foros o blogs.

En cuanto al uso diferenciado del formato impreso y el digital, el estudio señala que a pesar del incremento en el uso de la computadora y los teléfonos inteligentes, la mayoría de los cien encuestados prefiere los materiales impresos aunque sólo el 11 por ciento acude a las bibliotecas.

El Molec indica que 25.3 por ciento prefieren visitar la sección de libros y revistas de una tienda departamental, el 19.7 por ciento asiste a una librería y el 14.9 por ciento va a un puesto de libros o revistas usados.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com. Esta columna también se puede leer en: www.carvajalberber.com y sus redes sociales.

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