SE SALIÓ CON LA SUYA

Al lograr la aprobación en el Cabildo de Eduardo Camarena Berra como tesorero del Ayuntamiento de Manzanillo, la alcaldesa Griselda Martínez mostró estar en dominio de la mayoría que le quisieron arrebatar (presumiblemente por maquinaciones del edil del Verde, Virgilio Mendoza) los regidores de su propia planilla cuando rechazaron esa propuesta.

En lugar de cambiar de candidato, como hizo con las propuestas originales para la Secretaría del Ayuntamiento y la Oficialía Mayor, Martínez Martínez insistió en el nombre del ex tesorero municipal de Colima, de entrada por un principio de autoridad. Pero también porque, de otra manera, no habría quedado patente que Griselda recuperó el control del cuerpo edilicio.

O porque está convencida de la capacidad técnica de Camarena, pese a la campaña de desprestigio que, entre otros, emprendió contra Camarena el nuevo alcalde de Colima, Leoncio Morán, como parte del linchamiento moral de su predecesor Héctor Insúa. Y para honrar la alianza que evidentemente hizo con la fracción panista en el Cabildo, encabezada por la ex alcaldesa y ahora regidora de oposición Martha Sosa.

LA MENOSPRECIARON:

Griselda Martínez Martínez fue toda una revelación como candidata a la alcaldía porteña. Sus contrincantes y la clase política del estado se sorprendieron con un triunfo que atribuyeron al arrastre de López Obrador, pero la verdad es que la nueva edil tiene una larga trayectoria de lucha social, en diferentes frentes y por las más nobles causas de Manzanillo.

Que nunca haya estado en el servicio público generó la percepción equivocada de que le falta experiencia política. Previo a su toma de posesión, Griselda enfrentó una campaña muy sucia por parte de algunos colegas de la prensa porteña destinada a demeritar su imagen como estadista y para forzarla a aceptar la tutela de una regente.

En la primera quincena de octubre, Martínez se encontró a su regreso de uno de sus inoportunos viajes al extranjero, planeados según dijo para conocer otras formas de gobierno, que los futuros regidores de Morena conspiraban con el ex alcalde Virgilio Mendoza… si no para arrebatarle el poder, sí para imponerle a la secretaria del Ayuntamiento y al Oficial Mayor.

Era sabido que Griselda iba a proponer para la Secretaría a su amiga de muchos años Adriana Ruiz Visfocri. Menos clara estaba la nominación de Sergio Flores Tadillo como propuesta de Oficial Mayor. Y si bien los columnistas destacaban el papel que estos dos operadores realizaron en la transición, hay un dato que Martínez no pudo ignorar pese a la fuerte amistad con la ex presidente del Tribunal Electoral del Estado: Visfocri y Flores son pareja sentimental y, según anunciaron a un grupo de analistas hace unos días, ya tienen fecha para la boda.

Resultaba inviable que un matrimonio llevara la administración municipal como si se tratara del ama de llaves y el mayordomo de una mansión. Nadie mejor que Adriana y Sergio lo entendían pero este último renunció a su cargo en el Poder Judicial, cuando no le concedieron la licencia, y se quiso jugar el todo por el todo para forzar su inclusión en el Ayuntamiento.

Sorprendidos en la reunión de Cabildo donde debían aprobar los nombramientos, los regidores insurrectos de Morena y los del Verde-PRI olvidaron su arreglo con Visfocri y Flores, dejando pasar las propuestas de Martha Zepeda del Toro como secretaria del Ayuntamiento y de Miguel Salazar Abaroa como oficial mayor.

EL EXTRAÑO RETORNO DE ZEPEDA:

La ex candidata a la Gubernatura y ex delegada especial del PRD en el estado había sido invitada por Griselda para hacerse cargo de la Oficialía del Registro Civil, el mismo cargo que tenía en Cuauhtémoc cuando en ese municipio la administración de Indira Vizcaíno empezó a extender actas de matrimonio a parejas del mismo sexo, en reconocimiento tácito a las reformas constitucionales sobre derechos humanos que se habían aprobado cuando Indira fue diputada federal por primera vez.

Probablemente Griselda invitó a Martha en recuerdo de los viejos tiempos en que ambas militaron en el PRD y formaron parte de una misma corriente política, la de Arnoldo Vizcaíno. Y además porque Zepeda es una abogada experimentada, famosa por luchar causas perdidas (como la de la privatización del Parque Regional) en las que finalmente demostró tener la razón moral.

Como Zepeda, Salazar Abaroa fue invitado a otro cargo en un inicio pero, ante la ruptura de Griselda con Ruiz Vizfocri y su futuro marido, ascendió a la Oficialía Mayor cuando se recorrió el escalafón.

Empoderada, Griselda Martínez recupera el boleto para la candidatura de Morena al Gobierno del Estado en 2021 que tiene por el solo hecho de ser alcaldesa del municipio más importante del estado.

Convertir a Martha Zepeda en su mano derecha dentro de la administración, la alejó sin embargo de Indira y de su papá, Arnoldo Vizcaíno, mentor político de Griselda. Ninguno de los dos le perdonan a Zepeda lo que consideran una traición.

Como sea, al lograr colocar a Martha Zepeda en la Secretaría del Ayuntamiento, Griselda Martínez mandó un mensaje inequívoco: estará en la disputa por la nominación de Morena, como aspirante y no como parte de las fuerzas políticas con las que Indira Vizcaíno negociará su propia precandidatura.

EL PRÓXIMO SERÁ DE MORENA:

Haciendo futurismo en Morena, hemos dicho que la caballada para la candidatura a Gobernador en la elección que se disputará en 2021 está gorda, en buena medida gracias al bono democrático de los pasados comicios que Andrés Manuel López Obrador todavía no ha consumido… por la sencilla razón de que aún no entra en funciones.

En este aspecto, es verdad que los antipejes pretenden desgastar la imagen del presidente electo con base en sistemáticas descalificaciones y cuestionamientos, como parte de una postcampaña en la que quieren demostrarle al pueblo que se equivocó al votar masivamente por AMLO.

Pero el capital político de Andrés se recuperará de las mermas tenidas en este interregno (incluidas las que eventualmente deje la consulta sobre el NAICM) y hasta se engrandecerá en el momento en que empiecen a fluir los recursos públicos.

Buena parte de ellos serán destinados a becas de estudio, apoyo a los ninis (en realidad, un programa de primer empleo), pensiones universales a adultos mayores y personas con alguna discapacidad, subsidios al campo y precios de garantía, entre otros programas sociales.

Este panorama que pinta a un partido con nutridas clientelas políticas, hace de quien resulte candidato de Morena el más viable para suceder a Ignacio Peralta en la gubernatura de Colima.

EL PERFIL EMPRESARIAL:

A los nombres de los políticos cercanos al Presidente porque operan en la Ciudad de México (César Yáñez y Mario Delgado), de los cuatro legisladores federales que representan a Colima (los senadores Joel Padilla y Griselda Valencia y las diputadas Claudia Yáñez e Indira Vizcaíno) y la edil porteña Griselda Martínez, hay que agregar el del alcalde de Tecomán, Elías Lozano. Los ediles de Ixtlahuacán y Armería no tienen boleto para la sucesión gubernamental.

Elías Lozano Ochoa es un nuevo cuadro de la izquierda, hasta cierto punto insólito. Hasta a su antecesor, el panista (y ex priista) Lupillo García Negrete le fluía mejor el discurso popular.

Sin embargo, el flamante presidente municipal de Tecomán responde a un perfil de empresarios progresistas que, pese a sus pasadas simpatías con el Revolucionario Institucional, dejaron de creer en los gobiernos priistas y encontraron una mejor explicación para la problemática del país –especialmente la del campo– en el movimiento anti-neoliberal, anti-globalizador y anti-libre mercado.

Lozano está en la baraja morenista para el 2021 porque ya no podrá estar en ella el fallido aspirante a la alcaldía de Colima, Rafael Briseño Alcaraz, y tampoco otros empresarios a quienes hemos visto en los eventos de Andrés Manuel como el mitin en la Piedra Lisa, pero que no alcanzaron o no se atrevieron a ser candidatos.

 

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