“Dados los tiempos electorales, la primera mitad del próximo año 2024 será de mucho ruido y polarización”, adelantó Indira Vizcaíno en su mensaje al pueblo de Colima en la antigua zona militar, la tarde del martes 21 de noviembre. Horas antes, con la presencia de la hermosa secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, la gobernadora había entregado su segundo informe de labores en el Congreso del Estado.
En ‘la casa del pueblo’ escuchó Indira los posicionamientos de los diputados que, en el caso de la oposición, invariablemente hablan de un Estado fallido en Colima, dentro de una narrativa marcada por la agenda nacional de sus partidos que buscan, desesperadamente, razones por las cuales habría que votar por una nueva alternancia en la elección presidencial.
Pero “nuestro pueblo es mucho pueblo”–sentenciaría la mandataria en la acera opuesta de la calzada Galván– y sabe distinguir “quiénes trabajan por las mayorías y quiénes por décadas se han aprovechado de las mayorías; quiénes gobernamos con la gente y quiénes ocupaban cargos públicos dándole la espalda a la gente”.
La mandataria anticipó que habrá quienes busquen sacar provecho político de confundir a la gente. Pero no debió hablar sólo de lo que viene, porque la campaña de desprestigio no arranca con el proceso comicial que apenas va legalmente en la etapa de los precandidatos, sino que viene de meses atrás. Comenzó en cuanto Indira Vizcaíno se pronunció por la nominación de Claudia Sheinbaum para la presidencia de la república.
Como parte de la pugna entre las corcholatas de Morena, la operación política que desde Colima se realizó en favor de la entonces jefa de Gobierno de la CDMX se usó para documentar el supuesto uso de dados cargados en el juego partidista. De este proselitismo por lo demás, más allá del espionaje y las delaciones, los enviados a Jalisco dejaron suficientes evidencias.
La contienda interna ya terminó, perdió Marcelo Ebrard. Pero los opositores seguirán usando la cercanía de Indira para endosarle a Claudia costos políticos. Son los mismos a quienes les hubiera gustado tener al excanciller como candidato presidencial de Morena, para bien o para mal. Para bien, asumiendo que con Marcelo la 4T se correría al centro en lugar de insistir en el camino de la izquierda. O, para mal, calculando que debido al expediente de la Línea 12 del Metro, Ebrard sería un contendiente poco competitivo.
RUIDO Y POLARIZACIÓN
Durante los dos años que lleva de gobierno, por motivos de pesos Indira ha tenido mala prensa a nivel local y nacional. La estrategia de comunicación institucional del gobierno del estado se ha centrado en el manejo de las redes sociales de los protagonistas del cambio, y algunos de estos personajes son comunicadores natos. Sin embargo, por ese conducto el mensaje llega a quienes ya están convencidos de la 4T en Colima, no a aquellos grupos sociales que se volvieron impermeables a cualquier noticia de Vizcaíno Silva por buena que sea.
La población no ha olvidado los desmanes cometidos por el gabinete de Ignacio Peralta, aun cuando el régimen indirista no se haya esforzado –más allá de echarle la culpa al anterior– por fincarle responsabilidades a los funcionarios del peraltismo ni en señalar la continuidad de ese sexenio en el actual gobierno municipal de Colima.
El problema es que esa conciencia colectiva del desastre que Indira heredó de Nacho (y que fue el principal motor del voto a favor de Vizcaíno Silva) se diluye en la altísima expectativa que la ciudadanía construyó en torno al arribo de la Cuarta Transformación a Colima.
La esperanza en el cambio verdadero que representaba la candidata de Morena nació del hartazgo de los gobiernos priistas, pero estaba fundada en la operación que hizo Indira de los programas sociales como delegada de la Secretaría de Bienestar.
Haciendo a un lado los lugares comunes (que ‘no hay obra pública’, que ‘no hay medicamentos’, que los programas sociales son ‘un gasto inútil’) las cifras no mienten. Hay avances en los tres ejes que, al margen de la inversión federal, ha desarrollado el gobierno indirista.
Su gobierno ha construido y reconstruido carreteras y puentes, rehabilitado y equipado centros de salud, hospitales y escuelas, y usado los 514 millones de pesos que se ahorraron este año por la política de austeridad en programas como ColiBecas (de uniformes, mochilas y útiles o computadoras).
Los momentos que vienen, aunque sean “de mucha propuesta y de deliberación constructiva de las áreas de oportunidad que en todo proyecto de transformación existe”, nos deberían hacer “recordar lo que hoy tenemos y que antes no existía”, dijo Indira.
LAPTOP PARA TODOS
Si bien se podrían cuestionar o discutir temas relacionados con la entrega de laptops a través de ColiBecas, la rehabilitación de los centros de salud y demás avances de #OperaciónSaludColima, o sobre las más de 400 obras que se iniciaron o impulsaron mediante la estrategia #ObrasQueTransforman –señaló Indira–, lo cierto es que hoy se desarrollan estrategias que antes no existían.
“Si volteamos hacia atrás sólo hay abandono en el ámbito educativo; décadas de insensibilidad y abandono en el sistema público de salud; y en el caso de obra pública, sólo carreteras abandonadas, obras inconclusas, mucha banalidad y, sobre todo, muchos ‘moches’.”
El gobierno de Indira Vizcaíno, por el contrario, en su política educativa convirtió la computadora en uno más de los útiles escolares. Combinadas con el acceso a internet que ofrece la red CFE, las 31 mil colibecas computadoras entregadas hasta hoy crean el ambiente digital propicio para dar el salto a una educación de vanguardia.
Los equipos que se entregaron a los alumnos de secundaria y licenciatura en forma universal y gratuita, son funcionales y de marca reconocida. Cómo olvidar la chatarra electrónica en lo que en poco tiempo se convirtieron los pizarrones inteligentes de Fox o las tabletas MX de Peña Nieto.
OPERACIÓN SALUD
Aunque el equipamiento y el abasto de medicamentos no es todavía el óptimo, reconoció la Gobernadora, se mantiene en un 85%. “No debemos olvidar que lo recibimos en menos del 25% en hospitales y apenas por encima del 30% en centros de salud”, dijo Indira.
Contra el insistente discurso de los prianistas, el Seguro Médico Popular nunca garantizó el abasto de medicamentos ni la prestación de servicios. Y menos en estados como Colima donde los gobernadores usaban el presupuesto federal para responder a la demanda, sin hacer las aportaciones locales correspondientes.
El IMSS Bienestar supone una posibilidad real de ofrecer una cobertura en servicios de salud universal y gratuita. Este año se otorgaron, completamente gratis, más de 14 mil hemodiálisis, dos mil 500 mastografías y nueve mil 958 radioterapias, insistió Vizcaíno. También se apoyó con cirugías gratis de reconstrucción mamaria, cataratas y prótesis de rodilla y cadera.
Respecto a las hemodiálisis, actualmente se atiende gratuitamente a 95 pacientes, cuando al comenzar la administración eran menos de 70. Sin olvidar que, en atención privada, a esas personas les costaba el tratamiento más de 10 mil pesos mensuales.
Con el Gobierno de México se rehabilitaron y equiparon 63 Centros de Salud y se comenzaron a mejorar 56 más para acercarse al 100%. También están siendo equipados los cinco hospitales en el estado. Nuevo, lo que se dice nuevo, es el centro de salud en la comunidad indígena de Zacualpan, Comala.
Ya arrancó la construcción de la primera sala pública de hemodinamia que tratará enfermedades de corazón con tecnología de punta. Y se entregaron 25 nuevas ambulancias a diversas instituciones, cinco equipadas para cuidados intensivos. Antes de esta gestión, todo el sector salud en el estado tenía menos de 20 ambulancias, remarcó la Gobernadora.
OBRAS QUE TRANSFORMAN
El programa de obras de Indira Vizcaíno incluye ocho mil millones de pesos en carreteras que se han realizado y gestionado ante las autoridades federales, como la ampliación a seis carriles de la autopista entre Armería y Manzanillo o la infraestructura vial para darle conectividad a esa ciudad y puerto –entre ella la entrada elevada al recinto portuario. Sin olvidar la reconstrucción del Acueducto Armería-Manzanillo.
Gran parte de estas obras son con recursos de Asipona (Administración del Sistema Portuario Nacional), con lo que por fin los colimenses empezamos a recibir beneficios directos de los recursos que genera la aduana de Manzanillo.
En el programa estatal figuran la rehabilitación de la carretera a El Paraíso en Armería, la rehabilitación del Libramiento Ejército Mexicano en la ciudad de Colima y las reconstrucciones de las vías estatales, como el kilómetro 34 de la carretera Villa de Álvarez-Minatitlán o la carretera Cofradía de Morelos-Tecomán.
Se rehabilitó también la red de drenaje sanitario en el centro de Coquimatlán, se equipó el pozo profundo en El Trapiche, Cuauhtémoc; se recuperaron los parques públicos de Suchitlán, Comala, o Las Pesadas, Minatitlán, y se construyó el campo de futbol de la unidad deportiva de Cuauhtémoc.
EL RETO DE LA SEGURIDAD
El tema que se percibe como el más grave en el estado y que distrae a la sociedad de la apreciación de logros gubernamentales en otros rubros, es la inseguridad. Las estadísticas de delitos, cuyos porcentajes se disparan en Colima debido al reducido número de habitantes, tienen un fuerte impacto en el ánimo social.
En el Congreso, Indira reconoció que la inseguridad es uno de los retos más complejos para su gobierno. Y, para enfrentarla, trabaja de manera simultánea en dos rubros: la prevención y la reacción; “con igual importancia en la atención de lo inmediato, que en el avance en las soluciones de fondo”.
Se aumentó 8% el salario de los policías estatales y se les equipó; se apoyó con recursos tecnológicos a las policías municipales, a la Fiscalía Especializada en Materia de Desaparición de Personas y a la Fiscalía General del Estado (FGE).
En la misma materia de procuración de justicia, se construyó la sede del Centro de Justicia para las Mujeres en Manzanillo y se creó el Laboratorio de Análisis de Voz en la Fiscalía, además de concluir el Panteón Forense en Coquimatlán.
Colima es el estado que más porcentaje ha destinado como contraparte al Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública: 58%, cuando la mayoría destina 25%; y la directriz es que el presupuesto de todos los municipios en esta partida se vaya incrementando.
HERENCIA MALDITA
La inseguridad no puede verse sólo como reflejo de una política criminal y de la incapacidad o complicidad de los funcionarios públicos para combatir ciertos delitos, sino también por el grado de involucramiento de algunos sectores de la sociedad en actividades delictivas.
Sobre esta cuestión, en su mensaje la Gobernadora fue sutil: en unidad, los colimenses que respetamos la ley y estamos en la búsqueda del bien común, “lograremos ponerle un alto a quienes han hecho de arrebatarnos la tranquilidad un ilegítimo negocio”.
Contra las cifras que fue mostrando Indira en la publicidad previa al informe, el discurso de la oposición es que en nada le ha ayudado a Vizcaíno ser una de las gobernadoras favoritas de López Obrador. Y pusieron como ejemplo el tema de la seguridad.
Sin embargo, aun cuando la presencia de la Guardia Nacional no ha logrado acabar con los homicidios dolosos, el escenario de violencia en la entidad es resultado del pacto con la delincuencia organizada que establecieron los gobiernos del ciclo neoliberal.
El concepto de política criminal se resume en la ecuación: qué tolera y qué no un gobierno en cuanto a la persecución de los delitos. La estrategia de la 4T para atacar las causas de la delincuencia ofreciendo a los jóvenes las oportunidades de desarrollo personal que les negó el viejo régimen, está tardando en funcionar porque el legítimo deseo de superación con frecuencia va acompañado de una ambición desmedida.
Mientras el comercio de drogas y todas las actividades financieras relacionadas con el lavado de esas ganancias genere la ilusión de prosperidad, será difícil convencer a todos los jóvenes de que el ascenso social también es posible mediante el estudio y el trabajo honesto.
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