Entre los periodistas que analizaron el contenido del reportaje ‘Sembrando Vida y la fábrica de chocolates’ (), así como la reacción del presidente López Obrador ante la investigación que supuestamente involucra a los hijos de su primer matrimonio, están Jesús Escobar y Jorge Meléndez.
Escobar –director editorial y conductor de La Octava Noticias– y Meléndez –director del portal Periodistas Unidos– conversaron sobre ambos temas con Julio Hernández López en el espacio de Astillero Informa del miércoles 29 de noviembre (https://www.youtube.com/watch?v=YXg5v3n9bZs).
“Conozco el trabajo de Tania Gómez y Sergio Rincón –dijo Escobar–. Y, más allá de descalificarlo, el gobierno federal haría bien en investigar las circunstancias que dieron origen al reportaje.”
Como cerrró Carmen Aristegui su programa que también se transmite en Radio Centro, el grupo mediático al que pertenece la televisora donde Escobar es directivo y conductor, la pregunta es: ¿existe o no algún tipo de relación entre Hugo Chávez Ayala y los hijos mayores del presidente que suponga, eso es fundamental, un conflicto de interés?
“El presidente de la república se equivoca al meter a todos los periodistas en la misma canasta. López Obrador tendría que, como bien dijo Carmen, serenarse un poco, indagar lo que está pasando y leer el reportaje, para no dejarse llevar por lo que le comentaron. Tiene que ver el panorama completo.
“El periodismo de investigación no debe ser visto como enemigo del gobernante, sino como un aliado que sirve para corregir los errores que, inevitablemente, cometen sus colaboradores. Sin embargo, cuando aparecen este tipo de investigaciones inmediatamente se descalifica al mensajero, en lugar de averiguar si es verdad o no lo que está denunciando.
“Aun cuando los de la Cuarta Transformación dicen ser diferentes, no faltarán personajes que sean exactamente igual que los anteriores. Que el presidente revise el reportaje y, si tiene otros datos, que los presente y debata con ellos, sin descalificar a priori.
“Es un error referirse al periodismo de Carmen Aristegui, negando que alguna vez la periodista fue paladín de la justicia. El presidente escala, así, una diferencia verbal que ya antes había manifestado. Esa descalificación no le hace bien a ninguna de las partes. Lo más inteligente sería mantener la prudencia y conocer a fondo el trabajo de Tania y Sergio para, ya con argumentos, fijar un posicionamiento”, sentencia Escobar.
CARMEN NUNCA, NUNCA:
Periodista de larga trayectoria, Jorge Meléndez opina que López Obrador “está abriendo más frentes de los que puede sostener”. Dos de ellos insólitos: Proceso y Aristegui.
Cuando el presidente recuerda que Carmen Aristegui lo entrevistaba a cada rato, otros periódicos que siguen siendo cercanos a Andrés Manuel entienden que, en cualquier momento, ellos también pueden sufrir ese tipo de ataques.
“Conocí a Carmen en el IMER, cuando ella empezaba. Yo tenía un programa ahí. La he seguido, estuve en las marchas para defenderla cuando MVS trató de censurarla. Tiene una cantidad de colaboradores muy grande y diversa, algunas de esas opiniones no me gustan pero eso no significa que los comentaristas no sepan fundamentar sus puntos de vista.”
“Proceso puede tener muchas fallas”, admite. En el mismo número donde apareció el reportaje en cuestión, la revista publicó “otros artículos y reportajes que no son del agrado de López Obrador”. Por esas decisiones, amigos de Meléndez que eran lectores de Proceso Digital decidieron ya no suscribirse cuando comenzó a ser muro de pago, y también dejaron de comprar el semanario. No obstante, considera Meléndez, resulta arriesgado decir que porque el cuñado de Felipe Calderón está casado con la hija de Julio Scherer, “la revista ya se derechizó”. En todo caso, la dirección es tanto de Juan Ignacio Zavala como de María Scherer.
“En un país tan diverso como el mexicano, no puede uno dase el lujo de generalizar. Cuando estuve en el Partido Comunista algunos querían fusilar a los que discrepaban de la línea, pero yo sostenía que debíamos acercar a los compañeros que coincidieran en la transformación del país, y organicé los festivales de oposición.
“Políticamente, uno debe tratar de acercar a la gente que, incluso, nos critique con validez y certidumbre. De otra manera vas a terminar alejando a los compañeros de ruta. Por eso, no considero efectivo el discurso de López Obrador en donde descalificó a Aristegui Noticias y a Proceso. Debe serenarse. Y ya sé que por decir esto me van a llamar chayotero, pero que me lo demuestren.”
DICTADURA DE LA AUDIENCIA:
Julio Astillero recuerda que la crítica constante que algunos sectores del público le hacen a los programas de Carmen Aristegui, es la presencia en sus mesas de opinión de invitados como Denise Dresser y las entrevistas recurrentes al ministro en retiro José Ramón Cosío.
Si tu audiencia te lo está reclamando, en estas mesas de opinión y en los análisis de la realidad, ¿se puede censurar o evitar que ciertas voces incómodas o molestas participen?, pregunta el anfitrión.
“El tema de las audiencias es algo que, regularmente, se discute incluso editorialmente –responde Jesús Escobar–. Cada medio de comunicación, en este caso, una plataforma, tiene definido el perfil de la gente que lo escucha, lo ve y lo sigue por una u otra razón. En la actualidad, hay una postura muy clara en ciertos sectores del público. Efectivamente, no quieren ningún tipo de crítica a la Cuarta Transformación. Consideran que esas críticas están totalmente fuera de lugar o que tienen una agenda.
“Y en parte es cierto, no podemos negar que hay medios de comunicación que tienen una agenda en contra el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no de ahora sino desde hace mucho tiempo. Pertenecen a esos grupos que impidieron que llegara al poder en dos ocasiones: 2006 y 2012. Y hay periodistas o comunicadores que, por supuesto, se fijan en cuestiones bastante superficiales y absurdas, solamente para pegarle al presidente de la república: que si trae los zapatos mal boleados o no se peinó bien, que si dijo una palabra incorrecta o que no habla inglés.
“Los medios tenemos que ir más allá de esas críticas superficiales, pero el gobierno debe tener la capacidad de aceptar cuando la crítica está sustentada y el comentario es equilibrado.
“El factor que no puede ignorarse es la función del periodismo: el periodista no puede responder solamente al interés de las audiencias; periodismo es ir a fondo y cuestionar a quien se tenga que cuestionar, sin importar el color del partido político o quién esté en el poder.
“La responsabilidad del periodismo y de aquellos que se dedican a esta actividad, es buscar la verdad. No se vale que, como Andrés Manuel López Obrador ya llegó, un sector de la población considere que no debe criticársele para nada. A ese sector de la población hay que pedirle mesura también, para entender si lo que está haciendo el presidente de la república es correcto o no”, pondera Escobar.
TODAS LAS VOCES:
“La clave es que, como periodistas, no puedes cerrarle la puerta a ningún tipo de expresión. Fuera de los discursos de odio, por supuesto. Puntos de vista diferentes y discordantes, siempre enriquecen. Es cierto, en las mesas de Carmen Aristegui te encuentras personajes que han lanzado fuertes críticas a López Obrador, y con muchas de ellas no coincido”, sigue diciendo Escobar.
“Por ejemplo, la doctora Dresser dijo hace unos días que vivimos en una dictadura. Es exagerada, pero no por eso le voy a cerrar la posibilidad de que se exprese. No por eso la voy a cancelar, como se dice actualmente cuando hablamos de esa cultura de la cancelación que ha impuesto YouTube.
“Es necesario que se escuchen todas las voces, todas las opiniones. Y que la audiencia finalmente decida quién realmente está argumentando una opinión y quién sólo tiene una agenda. Para ello, es fundamental tener memoria. El establishment apela, precisamente, a que perdamos la memoria, que no haya una memoria histórica. Sólo de esa manera se puede imponer una narrativa diferente, la narrativa que a ellos interesa.
“Si conservas la memoria, tienes que recordar el periodismo que han hecho Carmen Aristegui, Julio Astillero, Jorge Meléndez y muchos otros periodistas que han sido críticos toda su vida. Lo fueron de Peña, Calderón, Fox, Zedillo y Salinas. No les puede pedir ahora a esos periodistas que no sean críticos de Andrés Manuel López Obrador. Serán críticos cuando realmente haya necesidad de serlo, y cuando existan situaciones que lo ameriten.
“Es muy importante que las audiencias aprendan también a separar, a diferenciar, quiénes son los periodistas críticos, quiénes son los periodistas de investigación, quiénes son los periodistas acomodaticios, de agenda (que siempre van a estar ahí), y, sobre todo, quiénes son los periodistas militantes.
“Es un debate: ¿se vale o no se vale ser militante en el periodismo? Yo creo que no, que como periodista puedes tener tu filosofía, tu forma de pensar, tu ideología política, pero más allá de eso debes tener una visión crítica de lo que está sucediendo. De otra manera no haces periodismo sino relaciones públicas.
“Que en las mesas de Carmen Aristegui aparezcan personajes que no son cercanos a la Cuarta Transformación o que la cuestionan, es enriquecedor. Como también es valioso que aparezcan personajes que defienden a la 4T, como Lorenzo Meyer o Fabrizio Mejía Madrid. O que estén otros que han mantenido en su trayectoria un equilibrio en su crítica, como Ricardo Raphael o la misma Ana Lilia Pérez. Lejos de censurar o protestar contra esas apariciones, hay que destacar que en un espacio como el de Aristegui se escuchen todas las voces”, concluye Jesús Escobar.
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