SIN GOLPES DE EFECTO

Con López Obrador el estilo del poder cambió, reconoce John Ackerman al conversar con Sanjuana Martínez –la anunciada directora de la agencia Notimex– en la emisión del domingo 27 de enero de 2019 de su programa en TV UNAM ‘Diálogos por la Democracia’ (https://www.youtube.com/watch?v=R6oZB7raQdA; o http://tv.unam.mx/portfolio-item/dialogos-por-la-democracia-con-john-ackerman-y-sanjuana-martinez/).

La imagen del nuevo mandatario es completamente distinta a la que proyectaba Enrique Peña Nieto: “Tenemos a un señor maduro que da conferencias todos los días, cuando el anterior presidente nunca tomaba preguntas de la prensa o las tomaba pero ya orquestadas previamente. La de Andrés Manuel es otra telenovela, ¿pero es un personaje tan auténtico como aparenta?”, cuestiona el analista e investigador de la UNAM.

Para Sanjuana Martínez “hemos pasado de la ficción a la realidad, y a una realidad con golpes contundentes: la de López Obrador empezando su sexenio con un golpe certero, valiente, impresionante, contra el huachicoleo, contra esa maraña de corrupción que incluye ex presidentes, ex funcionarios, sindicalistas y empresarios”.

“Pasamos de la ficción de un sexenio casi perdido con grandes afectaciones para los ciudadanos, con reformas nefastas que ninguna ayudó a la gente de a pie y a las que ya empezó a darles vuelta Andrés Manuel, a una nueva realidad. Esa ficción se convirtió en pesadilla en los últimos años del sexenio cuando Peña se dedicó a nadar de muertito, al grado que teníamos nuevo presidente desde un año antes.

“Algunos le han criticado a AMLO su punto final: no meter a la cárcel a los ex presidentes por dedicarse a la cuestión más institucional. Pero ya dijo que va a someter a consulta si debe enjuiciarlos.

“Yo celebro esta nueva forma de gobernar, porque estábamos acostumbrados a los golpes de efecto. El PRI, el PAN o el PRIAN siempre los utilizaron contra la corrupción, encarcelando al señor o la señora impune convertidos en paradigma de la corrupción; meterlos a la cárcel unos años pero que no pasara nada.

“El efecto era la simulación, con detenciones hollywodenses, violando el debido proceso: como con La Quina o el Negro Durazo. Nunca sabíamos si les habían quitado lo robado para devolverlo a los mexicanos o cuántos cómplices cayeron después. Y así de nada servía.

“El nuevo gobierno está en contra de esos golpes de efecto, de violar las garantías individuales, y a favor de preservar la dignidad de la persona. Cualquier ser humano es sujeto a derecho, y hay que respetar los derechos humanos, sea delincuente o no. Es una nueva forma de gobernar que no les gusta a quienes estaban acostumbrados al efectismo”, resume la periodista.

VERDADEROS MEDIOS

Sin mencionar que Sanjuana Martínez fue designada directora de Notimex pues, al parecer, el programa se grabó antes del anuncio oficial del presidente López Obrador, John Ackerman refiere lo dicho por muchos analistas que adelantan que AMLO usará los medios del Estado (entre ellos Canal 11 o el 22) para ideologizar a la población, para manipular a la opinión pública.

Para la invitada “están justificados esos temores porque, hasta ahora, el espectro mediático público había sido un inmenso aparato propagandístico. Esos medios estaban acostumbrados a ser publicaciones de boletines; a enaltecer la figura del presidente en turno; a combatir –eso hay que decirlo– al adversario, lo que es inaceptable; a criminalizar a ciertos personajes que el gobierno consideraba peligrosos, y se les denostaba en esos medios públicos cuando en realidad su función es totalmente distinta”.

“Llega un presidente que le quiere dar vuelta al asunto, quiere que [el Sistema Público de Radiodifusión] sea un ente tipo la BBC, autónomo y crítico, donde no haya censura. Y, lo más importante, medios públicos que compitan con los privados”.

Ackerman subraya que “también los medios privados eran voceros de intereses muy específicos, manipulaban la información, y así como se renuevan los medios privados también los públicos deben hacerlo para generar un espacio mediático plural, de debate y de  información”.

Parece una utopía pero Sanjuana Martínez lo cree posible: “Es el gran reto. Estamos muy entusiasmados. Sí se puede porque lo han hecho en otros países. No sólo en la Gran Bretaña y España, donde la BBC y TVE son medios públicos del Estado. Y que no se nos olvide su estatuto: Notimex es un ente autónomo…”

Es decir, del Estado, añade Ackerman, “para distinguirlo de los medios del gobierno que tienen su ideología y su propio interés. A esos el gobierno los utiliza para promover su punto de vista, mientras el medio público está al servicio de la sociedad”.

Frente a este gran reto es donde López Obrador “va a tener que demostrar su talante democrático”, apunta Martínez. “Él se está comprometiendo a hacerlo, a dejar trabajar a los medios públicos y a su gente para hacer un verdadero periodismo, para hacer lo que siempre hemos hecho: defender el derecho a la información de los mexicanos que ha sido vulnerado durante décadas. Ese derecho nos toca a los periodistas defenderlo y también a los ciudadanos”.

Para Sanjuana Martínez, estamos ante “la gran oportunidad de convertir el espectro público en verdaderos medios, que además de garantizar noticias objetivas tengan que ver con los elementos primordiales de las noticias: la verdad, la investigación de los hechos, la opinión serena, las entrevistas, los reportajes…”

Y John Ackerman agrega: “Es justo lo contrario a lo que dicen los amlofóbicos que pronosticaban que llegaría la censura, siendo que antes, según ellos, con la libertad de empresa teníamos libertad de expresión. Argumentan que, como a la izquierda le gusta el control del Estado, ahora tendremos censura”.

De hecho, subraya Martínez: “Muchos de los periodistas aplaudidores del viejo régimen, sobre todo esos que se convirtieron en la guardia pretoriana del presidente en turno, han sido más oficialistas que los medios públicos. Esos periodistas se enriquecieron manipulando la información para los gobiernos. Algunos de ellos están millonarios y ven que se les va a acabar su negocio. Están preocupados porque ya no habrá prensa oficialista, sino una prensa pública que va a defender el derecho a la verdad, el derecho a la información, a la investigación de los hechos”.

PEDERASTIA CLERICAL

Finalmente, antes de pasar a un diálogo de Sanjuana Martínez con tres estudiantes presentes en el estudio, Ackerman le pregunta cuál de las que ha hecho es su investigación periodística favorita:

“Una apasionante es la de la pederastia clerical. Se han hecho varias películas en las que me han tomado como fuente de información. Es un gran tema que cuando empecé, hace más de veinte años, era intocable. Había un gran tabú y recibí el rechazo profundo de los medios de comunicación en general, aunque siempre con la apertura de algunos como La Jornada. Su directora, Carmen Lira, abrió la ventana para publicar esos reportajes de casos tan dolorosos de pederastia clerical en contra de menores tan pequeños como de tres años.

“Publiqué una trilogía –La cara oculta del Vaticano: de Ratzinger a Benedicto XVI: el papa inquisidor (México: Plaza & Janés, 2005); Manto púrpura: pederastia clerical en tiempos del cardenal Norberto Rivera Carrera (México: Grijalbo, 2006); y Prueba de fe: la red de cardenales y obispos en la pederastia clerical (México: Planeta, 2007)– sobre los submundos de corrupción e ignominia en la Iglesia. Y me da gusto que después de años de reivindicar el derecho de las víctimas a la justicia y la reparación del daño, ahora que el Papa se atreve a hablar del tema y lo combate, la gente me diga: qué razón tenías Sanjuana”.

 

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